Luiz Inácio Lula da Silva ganó la primera vuelta de las elecciones generales celebradas este domingo en Brasil. Al no haber alcanzado el cincuenta por ciento en esta cita, se disputará la presidencia del gigante sudamericano el próximo 30 de octubre con el actual mandatario Jair Bolsonaro.

Tal y como mostraron los resultados de este primer envite entre Lula y Bolsonaro, la polarización del pueblo brasileño no solo continúa sino que además deja dos propuestas antagónicas más igualadas de lo que cabría esperar. El presidente brasileño rompió todos los pronósticos y ha logrado el 43,3 por ciento de los votos por 48,2 por ciento de su rival, una diferencia de 5,1 puntos, señala Europa Press.

 

El Partido Liberal (PL) de Bolsonaro volvió a ganar en todos los estados en los que quedó en primera posición en 2018 a excepción de las regiones de Amazonas, Amapá y Tocantis (norte) y Minas Gerais (sudeste), que han inclinado la balanza a favor de Lula.

 

Además, el PL volvió a quedar en el primer puesto en lugares de importancia política, económica o administrativa como el Distrito Federal, donde se ubica la capital, Brasilia; el Estado de São Paulo o Río de Janeiro. Y aunque en estos lugares alcanzó un porcentaje de voto cercano al cincuenta por ciento, los más elevados se sitúan en el oeste, en regiones como Roraima, Rondonia o Acre donde ha superado el sesenta por ciento.

 

En el caso de Lula, ha obtenido los porcentajes más elevados de voto en la región de nordeste, superando el 65 por ciento en Piauí, Bahía, Maranhão, Ceará y Pernambuco. En el Distrito Federal ha obtenido un 36,85 por ciento frente al 51,65 por ciento de Bolsonaro y cerca de un 40 por ciento en São Paulo y Río de Janeiro con una desventaja menor respecto a su rival.