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Final de campaña con la violencia en el centro de la agenda: ¿pierden las posturas moderadas?

La seguidilla de hechos violentos -un nuevo crimen en el conurbano y una muerte en el marco de la represión policial- cambiaron el eje del debate electoral
11/08/2023 - 06:12hs
Final de campaña con la violencia en el centro de la agenda: ¿pierden las posturas moderadas?

En un clima enrarecido y violento, la agenda política argentina cambió bruscamente de temas prioritarios, aunque no cambió la lógica de sectores que confrontan en una grieta irreconciliable.

La sucesión de hechos trágicos -el crimen de Morena en la escuela de Lanús, la muerte del manifestante Facundo Molares en el marco de la represión policial, el asesinato de un cirujano en Morón a manos de ladrones que se llevaron su auto-, hizo que el país dejara de hablar de la inflación, el dólar blue y las negociaciones con el FMI.

Súbitamente, el eje de la discusión cambió: ahora se centra en cómo abordar el crimen, el narcotráfico y los problemas ligados a la marginalidad, así como cuál debe ser la forma de manejar la protesta social.

En otras palabras, la grieta ya no es "ajustadores versus gastadores" ni entre liberales y keynesianos. Ahora es entre los partidarios de la "mano dura" y los progresistas que plantean una mirada social sobre la delincuencia y que defienden el "garantismo" contra el "punitivismo".

En ese marco, no solamente se corrió el eje del debate, sino que el ambiente se llenó de sospechas sobre utilización política de situaciones trágicas, e incluso de creación de hechos violentos adrede. Resultó muy sugestivo un paro ferroviario con corte de vías, en el que simultáneamente surgieron presuntos pasajeros enojados, munidos con gomeras, que protagonizaron desmanes y se enfrentaron a la policía.

El ministro del interior, Aníbal Fernández -que un día antes había manifestado no tener jurisdicción para opinar sobre el crimen de Morena- opinó sobre ese conflicto gremial e insinuó que alguien había tratado de generar un foco de caos en la estación Constitución, para sacar un rédito electoral.

La muerte de Facundo Molares durante la represión en el obelisco puso al accionar policial en el centro del debate al cierre de la campaña
La muerte de Facundo Molares durante la represión en el obelisco puso al accionar policial en el centro del debate al cierre de la campaña

Además, hubo otras situaciones violentas, como el incendio de la sede municipal de Mar del Plata, una ciudad gobernada por Juntos por el Cambio.

Pero, sobre todo, lo que se vio en los medios de comunicación y en las redes sociales fue el intercambio de acusaciones de asesinato político. Desde la oposición se responsabilizó al Gobierno nacional por los hechos de Morena y el cirujano de Morón. Y desde el kirchnerismo y la izquierda se calificó como "asesinato" la muerte de Facundo Molares en los incidentes del obelisco.

¿Voto castigo en el nuevo "choque de modelos"?

Por momentos, la jornada del jueves hizo recordar al clima previo a las elecciones legislativas de 2017, cuando el país discutía en torno a la desaparición de Santiago Maldonado y la eventual responsabilidad que le pudiera caber al Estado.

Lo cierto es que, a 48 horas de que los argentinos vayan a las urnas, se prevé una jornada de viernes dominada por manifestaciones masivas de repudio a la represión de la policía de la Ciudad. Y, simultáneamente, en el sentido contrario, expresiones de condena a la inacción policial frente al delito en zonas problemáticas como el conurbano bonaerense.

En definitiva, la discusión electoral sigue girando en torno al enfrentamiento de "dos modelos de país" -como definió Sergio Massa en su mensaje de cierre de campaña-, pero ahora ya no se discute sobre la receta económica, sino sobre las consecuencias sociales de la crisis.

Y, en rara coincidencia, ambas facciones dicen que lo vivido en las últimas horas es un adelanto de lo que ocurrirá tras el cambio de gobierno.

Así, para Juntos por el Cambio, quedó en evidencia la vocación del kirchnerismo y la izquierda por llevar el conflicto a la calle en una búsqueda por limitar el programa de reformas. En cambio, para Unión por la Patria, tanto los crímenes como la represión policial son la muestra de algo que puede verse multiplicado si se aplican políticas de ajuste que agraven la pobreza.

Inevitablemente, empezó la especulación sobre quién se favorece y quién se beneficia con el enrarecimiento del clima político y la violencia instalada en la agenda pública.

Los hechos de violencia pusieron nuevamente el foco en cuál de los dos contendientes de JxC expresa mejor la
Los hechos de violencia pusieron nuevamente el foco en cuál de los dos contendientes de JxC expresa mejor la "mano dura" contra el delito y la protesta callejera

Los politólogos suelen afirmar que en situaciones como esta, la gente tiende a confirmar sus posturas previas, y que es raro que haya cambios significativos en la intención de voto. No es que resulte imposible un cambio, pero en general está asociado a hechos de una conmoción extrema.

Por ejemplo, ha sido caso de estudio a nivel mundial lo ocurrido en España en 2004 tras el atentado terrorista en la estación de tren de Atocha. La derecha, en el poder, venía liderando las encuestas, pero cuando se supo que el atentado -que dejó 193 muertos- no había sido obra de la guerrilla vasca ETA sino del yihadismo islámico, la opinión pública tuvo un vuelco. Súbitamente, el gobierno que recibía el apoyo por su "mano dura" contra el separatismo vasco, pasó a ser repudiado por haber expuesto al país al terrorismo islámico, como consecuencia de su alineamiento con Estados Unidos en la invasión a Irak.

Pero, salvo casos de esa magnitud, las situaciones de violencia urbana como las que vive Argentina producen cambios marginales. Hay antecedentes históricos recientes de crímenes ocurridos en la previa a elecciones, que pese a haber causado una conmoción social, no se tradujeron en un "voto castigo" a las autoridades.

¿Podría ahora ser diferente? Entre quienes ya tienen su voto definido desde hace tiempo, es poco probable que haya una revisión.

Sin embargo, hay un factor que hace que esta elección no sea exactamente igual a las demás, y es la propensión al abstencionismo o al voto en blanco. Los analistas no descartan que, entre ese público, que manifiesta su desilusión respecto de todo el sistema político por la vía de no votar, la ocurrencia de crímenes de alto impacto pueda llevar a un apoyo a los candidatos más identificados con un discurso de "mano dura", como Patricia Bullrich o Javier Milei.

Reacomodamiento en las internas

Los candidatos han mostrado relativa cautela en sus declaraciones de este cierre de campaña. Bullrich, que suspendió su acto de cierre -y que indirectamente había sido tocada por las críticas a la intendencia municipal de Lanús, donde mataron a Morena- fue la más activa en los medios de comunicación. Reafirmó su discurso de defensa del accionar policial aunque evitó la confrontación directa con líderes de la oposición como el gobernador Axel Kicillof.

Tal vez una de las consecuencias inesperadas de lo ocurrido en las últimas horas fuera un acercamiento de Bullrich con su contendor en la interna, Horacio Rodríguez Larreta. Mientras el jefe de gobierno sufría las acusaciones por el presunto exceso de la policía en la represión a un acto de protesta en el obelisco, Bullrich apoyó la forma en que se realizó el operativo y deslindó responsabilidades por el fallecimiento del manifestante.

El caso Morena podría mover a los abstencionistas a una nueva actitud de
La conmoción social por el caso Morena podría mover a los abstencionistas a una nueva actitud de "voto castigo" contra el Gobierno

Así, súbitamente, Rodríguez Larreta, que cargaba en la interna con el estigma de ser un "blando" ante la protesta callejera, pasó a ser acusado de personificar la "mano dura". Una situación inesperada, que acaso pueda emparejar el perfil de ambos competidores ante los ojos del electorado opositor.

En la otra vereda, Sergio Massa buscó mantener el equilibrio. Evitó una condena expresa a la policía de la Ciudad, aunque buscó diferenciarse, al detallar cómo en su gestión como intendente de Tigre se había puesto foco en la prevención antes que en la represión, mediante la instalación de cámaras de seguridad, que dotaron a la policía de más herramientas para combatir el delito. Destacó que se había reducido en 90% la delincuencia en ese distrito.

"Estoy convencido de que lo mismo que hicimos en Tigre se puede hacer en toda Argentina", planteó, y reclamó que la política de seguridad dejara de ser un tema de debate político y pasara a ser "una política de Estado".

No parece una postura compartida por el resto de su espacio político, donde abundaron las acusaciones contra la policía porteña y sus responsables políticos. Más bien, muchos dirigentes compartieron la posición del otro candidato de UxP, Juan Grabois, que interpretó la muerte de Morena como una consecuencia de la exclusión social y de "la negligencia sistemática del Estado". Y, explícitamente, habló de que la existencia de "zonas liberadas por la policía", no solamente en Lanús sino en todos los barrios populares. Es decir, hizo extensiva la crítica indirectamente a la gestión de Kicillof y el ministro Sergio Berni.

Recordó que el papá de la nena asesinada integra el Movimiento de Trabajadores Excluidos, una forma de tomar distancia de las acusaciones que había recibido sobre su defensa de los menores delincuentes.

"Demasiada muerte, demasiada crueldad, demasiada violencia; que no nos sea indiferene la vida de nadie, no nos acostumbremos, no nos resignemos a esto", escribió Grabois en referencia al manifestante muerto en el obelisco.

En un tono marcadamente diferente, Massa centró su mensaje en pedir que no hubiera abstencionismo el domingo. "Te pido que vayas a votar" fue la frase que repitió más veces en su discurso. El diagnóstico que hace su equipo es que quienes se abstienen son, básicamente, votantes del Frente de Todos en 2019, que ahora manifiestan su desilusión. Por consiguiente, supone que cada abstencionista que cambie de actitud y decida ir a votar, será un voto recuperado para su candidatura.

Sin embargo, es un análisis que en los últimos días ha sido puesto en duda. Para quienes están enojados con el sistema político en general, apareció el atractivo de Javier Milei, por su discurso de condena a "la casta". Entre los más aterrorizados por el delito, probablemente más sensibilizados por los últimos hechos, tiene más penetración el discurso "duro" de Bullrich. Y entre los peronistas clásicos, se ve como más cercana la figura de Grabois.

A pocas horas de que se abran las urnas, el escenario tuvo un giro inesperado. En un clima dominado por la violencia, los candidatos que apostaron al discurso moderado y conciliador sufren el desafío de quedar desplazados por las posturas más extremas.