La provincia de Córdoba se convirtió en un escenario central del balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei. Si bien la razón obvia es el peso determinante de esta provincia en el padrón nacional, la pulseada puso en estado de convulsión al poderoso PJ cordobés, en el que ambos candidatos buscan apoyo territorial en medio de la transición entre el gobernador saliente Juan Schiaretti y el electo Martín Llaryora.

En momentos en que distintas encuestas muestran una carrera cada vez más pareja -con ventaja para Milei en algunas y para Massa en otras- el candidato de La Libertad Avanza y el ministro-candidato de Unión por la Patria empezaron a jugar fuerte en la segunda provincia de mayor importancia electoral después de Buenos Aires, con el 8,6% de los votantes a nivel nacional.

El ministro sale a buscar el voto peronista para subir su piso e intenta romper con el histórico rechazo del electorado cordobés al kirchnerismo, mientras que el libertario apuesta a repetir su triunfo de las PASO y las generales y a crecer con la ayuda del ex presidente Mauricio Macri, popular entre los cordobeses. Esta competencia involucró al PJ local como nunca antes en la pelea nacional y expuso una división interna.

Al calor de la inminente segunda vuelta, Schiaretti (dueño de un codiciado porcentaje de votos como ex candidato presidencial) empezó a marcar distancia pública de Massa, al contrario de Llaryora e intendentes cordobeses que se le acercan. Ambos dirigentes procuran no ser explícitos pero los gestos son cada vez más claros y en el medio operan otros factores.

Uno de ellos es el operativo de seducción que empezó a desplegar Milei hacia Schiaretti y los suyos con una invitación a sumarse a su eventual gobierno. El otro es el intento de Massa por reflotar a través de Llaryora y otros dirigentes su vieja alianza (devenida en amistad) con el fallecido ex gobernador José Manuel de la Sota, cuyo recuerdo y popularidad se mantiene entre los cordobeses.

Massa no resigna Córdoba: ¿cuál es su plan para atraer nuevos votos? 

Córdoba es la parada más difícil para Massa. Además de haber quedado en cuarto lugar en octubre, una encuesta reciente de CB Consultora le dio a Milei una intención de voto del 70% que coincide con lo que ya están viendo dirigentes peronistas y radicales de la provincia. Uno de ellos señaló a iProfesional que se habla de la "fórmula Fernet, 70-30" y que los votantes cordobeses "vieron con buenos ojos el acercamiento de Macri" al libertario.

Córdoba es la segunda provincia de mayor peso electoral y Massa no quiere darla por perdida para el balotaje

El candidato de Unión por la Patria necesita subir ese piso de votos (que fue menor en las generales, donde apenas alcanzó el 13%) y se apoya en dos pilares: el apoyo velado de Llaryora como gobernador electo e intendente saliente de la Capital y el recuerdo de De la Sota. Ambas cosas se vieron en la visita que hizo Massa este lunes a la provincia.

El ministro-candidato encabezó en Río Cuarto la puesta en marcha de la Tarjeta SUBE para 7 localidades de la provincia. Además del intendente local, Juan Manuel Llamosas, y su par de Alta Gracia, Marcos Torres, también participaron el secretario de Transporte de la Ciudad de Córdoba, Marcelo Rodio, hombre de Llaryora, y la secretaria de Economía de San Francisco, Pilar Gioino, enviada por otro jefe comunal de línea directa con el gobernador electo como es Damián Bernarte.

Durante el acto Massa recordó varias veces a su amigo y ex aliado político De la Sota. "Seguramente desde el cielo debe estar soñando que el 10 de diciembre empecemos a construir esa Argentina de la unión nacional con la que tanto soñó", expresó el candidato oficialista, quien además eligió para el acto de cierre de su visita la sede del Club General Paz Juniors, del que era fanático el ex gobernador cordobés.

Esto se suma al apoyo explícito que ya recibió por parte de la diputada nacional Natalia de la Sota, hija del histórico dirigente y de otras figuras del PJ cordobés como la vicepresidenta de la Legislatura, Nadia Fernández, quien afirmó que "en esta coyuntura la mejor opción es Sergio Massa", y la secretaria de Prevención de la provincia, Liliana Montero, que la semana pasada se mostró junto a Malena Galmarini.

Así, Massa recibe apoyo de intendentes y funcionarios del peronismo cordobés que juegan con Llaryora pero también de algunos que son cercanos a Schiaretti. Fuentes del espacio deslizaron a este medio que es el efecto de la "prescindencia" que ensayó el gobernador saliente tras perder en las presidenciales pero reconocen que por ese mismo motivo la decisión del gobernador saliente empezar a desandar esa postura agitó las aguas.

Milei apuesta por el efecto Macri: ¿puede atraer a Schiaretti?

Cuando Schiaretti criticó el juicio político contra los jueces de la Corte Suprema que lleva a cabo el oficialismo en la Cámara de Diputados y responsabilizó al "gobierno kirchnerista del ministro Sergio Massa", el viernes pasado, tomó por sorpresa al PJ cordobés. La división en torno a la pulseada entre Massa y Milei se hizo visible.

Milei confía en el empuje de Macri y mira a Schiaretti, mientras Massa apela a su vieja alianza con De la Sota

El gobernador saliente no ve con buenos ojos la posibilidad de que Massa llegue al Gobierno nacional. Por eso salió a marcar la cancha cuando vio que buena parte de la estructura dirigencial del peronismo cordobés se acercaba al oficialista, con el aval implícito de su sucesor. Y lo hizo con la palabra más sensible para los votantes de la provincia: kirchnerismo.

Milei intenta por estos días explotar esa división en el PJ cordobés, así como la animadversión del electorado hacia el kirchnerismo. Atento al interés que puso Massa en la provincia, el candidato de La Libertad Avanza hará la semana próxima un acto de cierre de campaña en Córdoba con el fin de revalidar el apoyo recibido en agosto y octubre y aprovechar el envión que le dio su acuerdo político con Macri.

Un dirigente cordobés de Juntos por el Cambio señaló a iProfesional que esa jugada ayuda al libertario en la provincia, porque los votantes que le dieron el triunfo al ex presidente en el balotaje de 2015 contra Daniel Scioli y varios de los que apoyaron a Schiaretti en este turno "empiezan a pensar que a un loco se lo puede controlar pero a un tipo como Massa no". Eso ven, según este dirigente, los votantes cordobeses en el pacto Milei-Macri.

Pero además, el último domingo Milei mostró otra carta. Guillermo Francos, su potencial ministro del Interior, señaló que le gustaría "una Argentina conducida con gente como la que integra el equipo del gobernador Schiaretti". Fue un intento de seducción directo al gobernador saliente por parte de uno de los políticos más hábiles que tiene hoy La Libertad Avanza.

"Francos tiene mucha experiencia y amigos en todos los partidos políticos. Si Milei le da cabida va a ser un jugador central en la campaña pero sobre todo después, si ganan", comentó ante iProfesional un referente de la UCR que lo conoce y se incluyó a sí mismo entre los amigos del potencial ministro del libertario.

La matemática electoral y la importancia de Córdoba

En el oficialismo está todavía fresco el recuerdo del balotaje de 2015, cuando Macri le ganó a Scioli por una diferencia de 680.607 votos. La provincia de Córdoba fue fundamental para ese resultado: el ex presidente sacó el 71% y el por entonces gobernador bonaerense obtuvo el 28% en este distrito.

Massa necesita recortar la diferencia con Milei en Córdoba para compensar posibles derrotas en otros distritos  

En aquella elección, a Scioli le jugó en contra que en la provincia de Buenos Aires consiguió una ventaja de apenas 200.000 votos que no le alcanzó para compensar el resultado de Córdoba y la caída en otras provincias "pesadas". Por eso Massa no quiere dar por perdida la pelea en el segundo distrito de mayor peso electoral: necesita aprovechar que en Buenos Aires ya logró una diferencia de 2 millones de votos a favor.

En el oficialismo se preguntan cuánto más puede crecer en el territorio bonaerense, teniendo en cuenta que parte de los votos que logró Patricia Bullrich en octubre irán para Milei. Esta es la clave de la decisión que tomó Massa de salir a buscar el voto peronista de Córdoba en el tramo final y no resignar este territorio como hzo Scioli en 2015, aunque sea una búsqueda difícil.

La encuesta de CB en Córdoba midió tanto la imagen de cada candidato, como el "techo" electoral y la intención de voto efectiva. Milei se impuso en todas las variables. En lo que respecta a la intención de voto, tuvo el 61,4% contra el 25,2% de Massa, mientras que el 8% de los consultados respondió que votará en blanco y el 5,4% se mostró indeciso.

Pero además, al proyectar solo los votos afirmativos la consultora arrojó que el candidato libertario alcanzaría el 70,9% mientras que el oficialista llegaría apenas al 29,1%, una diferencia aplastante que se asemeja de forma casi calcada a la que se dio entre Mauricio Macri y Daniel Scioli en el balotaje de 2015.