La inminente "guerra fría" entre Villarruel y Bullrich en el nuevo Senado, bajo la sombra de Karina Milei
El Senado se prepara para cambios importantes a partir de la renovación de diciembre y la principal afectada será la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien quedaría definitivamente aislada entre el juego de Patricia Bullrich, que llega ya confirmada como nueva jefa del bloque oficialista, y la vigilancia permanente que le quiere poner Karina Milei en la presidencia provisional de la Cámara.
Milei confirmó esta semana que Bullrich presidirá la bancada de La Libertad Avanza, que pasará de 7 a 20 senadores. El nombramiento, como contó este medio, ya circulaba en el oficialismo e incluso hubo una charla previa entre la ministra y senadora electa y el actual jefe del bloque, Ezequiel Atauche, para que no quedaran rencores. Y así fue.
Bullrich es "la persona que va a articular", según les indicó el Presidente a los legisladores electos que recibió en Casa Rosada antes de partir hacia Estados Unidos. Los jefes de bloque son, efectivamente, los que arman la estrategia para los debates y van a las reuniones de Labor Parlamentaria donde se define el temario y el orden de cada sesión.
La elegida del Presidente y su hermana ya empezó con esa tarea. Tuvo una reunión con el nuevo bloque de senadores de LLA donde impartió las primeras directivas de cara a los debates que vienen sobre el Presupuesto y la reforma laboral -como no entrar en "chicanas" y enfocarse en sumar todos los votos que están por afuera de Unión por la Patria, que tendrá 28 bancas- pero a Villarruel ni siquiera la nombró y, según supo iProfesional, hasta ahora no hubo ningún contacto entre ellas.
El nuevo Senado: ¿guerra fría entre Victoria Villarruel y Patricia Bullrich?
Villarruel y Bullrich arrastran rencillas desde 2023, cuando Milei le dio a la entonces excandidata presidencial del PRO los ministerios de Seguridad y de Defensa, donde la vicepresidenta esperaba influir. Pero además, intercambiaron duras críticas a través de redes sociales en la primera mitad de este año, durante una de las sesiones en las que el oficialismo se encaminaba a una derrota sonora.
Bullrich le reclamó a Villarruel que se levantara de su silla. "No denigre la institución que preside. No sea cómplice del kirchnerismo", le lanzó. La vice no se calló nada: le respondió que "la democracia fue denigrada" por "personas que integraron orgas terroristas como en su caso" y la acusó de haber "pululado de partido en partido".
Si bien todo esto genera expectativa -cuando no morbo- por la convivencia en el Senado, pero ambas evitan alimentarla por estos días y el clima que se perfila es más de frialdad y distancia. Bullrich no hace referencia a la vice y en su entorno esquivan cualquier consulta al respecto. En tanto, cerca de Villarruel se apegan al protocolo y apenas señalan que la relación será "correcta e institucional, como sucede con todo el cuerpo actualmente".
En cualquier caso, Villarruel sabe que los Milei quieren vaciarla por completo de poder y que Bullrich llega con el respaldo total de la Casa Rosada. Pero el aspecto más inquietante para la vicepresidenta es que por primera vez Karina Milei pondrá un pie en el Senado. Tras promover a la ministra como jefa de bloque, ahora va por la presidencia provisional para asegurarse el control.
Karina Milei hace pie en el Senado: quién será su "halcona" y qué cambia en el esquema de poder
Hace días que en el Senado suena fuerte el nombre de Nadia Márquez, actual diputada nacional y senadora electa por Neuquén, para ocupar la presidencial provisional donde hoy está el puntano Bartolomé Abdala. La impulsa Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados donde Márquez fue este año una de las principales espadas libertarias.
Karina Milei aceptaría a Márquez no solo porque tiene el aval de Menem -su principal alfil en el Congreso- sino por su comprobado alineamiento con la Casa Rosada, que es exactamente lo que quiere para la presidencia provisional del Senado, que dirige las sesiones cuando no está Villarruel y es, además, el segundo lugar en la línea de sucesión de Milei.
Este es un punto clave para la interna del Gobierno que Milei intenta cerrar. Hasta ahora, Karina Milei tenía control sobre Diputados a través de Menem, mientras que en el Senado el hasta ahora jefe de bloque Ezequiel Atauche reportaba al asesor Santiago Caputo.
Con el reemplazo de Atauche por Bullrich y la posible entronización de Márquez en la presidencia provisional, la hermana del Presidente no solo dejaría completamente marginada a Villarruel sino que también correría a Caputo y se aseguraría la vigilancia sobre las dos Cámaras del Congreso.
Las pulseadas que asoman en el Senado y la última trinchera de Villarruel
En el Gobierno dejan trascender que no tienen grandes inconvenientes con Abdala, aunque en algunos despachos lo ven muy "cercano" a Villarruel. No obstante, el puntano no está nada contento con que lo corran de ese lugar, que le da algo de visibilidad. "Quiere ser candidato a gobernador de San Luis", comentaron fuentes parlamentarias a iProfesional. Por ello, amaga con resistir.
A diferencia de Diputados, en el Senado las autoridades se eligen en febrero. El presidente provisional y las vicepresidencias de la Cámara son votadas por el cuerpo y Abdala cuenta con la ventaja de que varios opositores dialoguistas y sobre todo Unión por la Patria (que seguirá siendo el bloque más numeroso) le reconocen su imparcialidad al presidir las sesiones y podrían votar por su continuidad.
Lo que no está para nada claro es que eso le alcance para ir contra la voluntad de Karina Milei. De hecho, nadie imagina que Abdala vaya a meterse realmente en una pelea así porque además la confrontación no es su estilo, todo lo contrario. En el caso de Atauche, lo compensarían dejándole su lugar como presidente de la estratégica Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Por otro lado, el nuevo contexto agrava otro problema de Villarruel. La secretaría administrativa que maneja ni más ni menos que "la caja" del Senado está vacante y hasta ahora no logra cubrirla. Primero renunció María Laura Izzo y luego Emilio Viramonte Olmos, un amigo de la vice que duró un mes y se fue.
Ese cargo también debe ser votado por el pleno del Senado. Villarruel quiere ocuparlo con alguien de su confianza pero hasta ahora no consiguió el consenso. El gran interrogante es si lo logrará en la sesión preparatoria de febrero, cuando Bullrich y Márquez ya estarán en sus bancas y la mano de Karina Milei llegará hasta el recinto. Perder control sobre la secretaría administrativa sería un tiro de gracia para la vice.
De esta forma, el nuevo Senado podría convertirse en otro escenario de las internas libertarias. Es exactamente lo que Patricia Bullrich no quiere, para poder conducir sin inconvenientes los debates sobre el Presupuesto y la reforma laboral que desvelan a Javier Milei. Tampoco Karina Milei, pero su forma de tratar de evitarlo y ayudar será cercar a Victoria Villarruel y terminar de asegurarse de que en el Congreso haya un solo "Jefe".