En línea con EE.UU., Argentina no acompañó el documento final del G20 en Sudáfrica
En un nuevo gesto de alineamiento internacional con la administración de Donald Trump y con Israel, la Argentina volvió a marcar distancia del G-20. Este sábado, el gobierno de Javier Milei decidió no acompañar el documento final de la cumbre realizada en Sudáfrica, luego de que el presidente Javier Milei optara por no viajar al encuentro y delegara la representación en el canciller Pablo Quirno y en el sherpa Federico Pinedo.
Según explicó la Cancillería en un comunicado oficial, el país rechazó la declaración porque -afirman- se quebró el principio de consenso, la regla básica sobre la que funciona el G-20 desde su creación. El Gobierno sostuvo que la presidencia sudafricana dio por aprobado un texto que no tenía el respaldo unánime de todos los miembros, incluida la Argentina, lo que a su entender "erosiona la legitimidad del foro".
El Gobierno expresó diferencias con el G20
La administración Milei también planteó diferencias de fondo con el enfoque geopolítico del documento, especialmente en lo relativo a Medio Oriente. En sintonía con la posición israelí y con la actual política exterior argentina, el Gobierno cuestionó que la declaración refleje una mirada "parcial" del conflicto y que ignore factores estructurales y el contexto regional que, a su juicio, son indispensables para avanzar hacia una solución equilibrada y duradera.
Durante su intervención en la cumbre -realizada en inglés-, Quirno desarrolló públicamente los argumentos que luego se consignaron por escrito. Recordó que el G-20 es, ante todo, un espacio para coordinar políticas económicas globales, sustentado en la búsqueda de acuerdos unánimes. "Preservar la integridad del proceso exige reconocer cuando no existe consenso", afirmó el canciller, quien lamentó que los puntos "inaceptables" señalados por la Argentina hayan permanecido en el texto final.
En referencia al conflicto en Medio Oriente, el ministro subrayó que la declaración omite elementos centrales, como la situación regional más amplia y el reconocimiento internacional de los actores en disputa. Citó además la Resolución 2803 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada el 17 de noviembre, que reclama un proceso integral para encauzar un acuerdo de paz justo y sostenible, en el marco de la tregua alcanzada entre Israel y Hamas con mediación de Estados Unidos y países árabes.
Aun así, Quirno sostuvo que la Argentina mantiene su "compromiso pleno" con la cooperación multilateral y con el rol del G-20 como principal ámbito global para la estabilidad financiera y el crecimiento económico. Cerró su discurso remarcando que el país seguirá defendiendo el respeto al consenso, el diálogo entre los miembros y la adhesión al derecho internacional como condiciones necesarias para que el foro conserve su relevancia.
El mensaje del G20 por una "paz justa, integral y duradera"
En un escenario internacional atravesado por conflictos armados, tensiones geopolíticas y disputas por recursos estratégicos, el G20 cerró su cumbre anual en Johannesburgo con un llamado enfático a reforzar la paz mundial y a garantizar la estabilidad de las cadenas de suministro de minerales críticos, insumos esenciales para la transición energética y tecnológica.
La declaración final, aprobada este sábado bajo la presidencia de Sudáfrica, reafirma el compromiso del foro -que reúne a las principales economías del mundo- con el multilateralismo y la cooperación internacional, en un momento en que proliferan crisis humanitarias y disputas regionales.
El documento plantea la necesidad de avanzar hacia una paz "justa, integral y duradera", en línea con los principios de la Carta de las Naciones Unidas, y menciona de manera explícita los conflictos en Sudán, la República Democrática del Congo, los Territorios Palestinos Ocupados y Ucrania. Según la declaración, los líderes del G20 se comprometen a apoyar acciones diplomáticas que permitan reducir la violencia y encaminar negociaciones sostenibles.
Al mismo tiempo, el foro resaltó la importancia estratégica de los minerales críticos —como el litio, el cobre, el grafito y las tierras raras— cuya demanda global crece a un ritmo acelerado por la electrificación del transporte, el desarrollo de baterías y la expansión de la tecnología digital. Los países advirtieron sobre la vulnerabilidad actual de estas cadenas de suministro y coincidieron en que deben fortalecerse mediante inversiones, diversificación de proveedores y cooperación internacional para evitar interrupciones que puedan afectar al crecimiento global.
Con esta declaración, el G20 busca enviar una señal de estabilidad y compromiso colectivo frente a dos de los grandes desafíos de la década: la redefinición del orden geopolítico y la competencia por los recursos claves del futuro.