Countries y barrios cerrados en alerta: cuáles son las fallas más graves que ponen en riesgo la seguridad
En un contexto donde la demanda por seguridad en barrios cerrados y countries no deja de crecer, la Cámara Argentina de Seguridad Electrónica (CASEL) advierte sobre una serie de falencias estructurales que afectan la eficacia de los sistemas de protección en estos espacios.
La falta de planificación, la ausencia de asesoramiento profesional, el uso incorrecto de tecnología y la ausencia de protocolos de supervisión son algunos de los factores que limitan el desarrollo de modelos de seguridad sostenibles y eficientes.
Según diversos estudios y experiencias recogidas por empresas asociadas a CASEL, muchas urbanizaciones privadas presentan una debilidad común: la ausencia de un responsable directo del dispositivo de seguridad. Esto impide una trazabilidad efectiva ante fallas, la identificación de responsables y genera un enfoque fragmentado, donde la tecnología, los recursos humanos, el entorno y la prevención no se integran como un sistema único.
El Dr. Raúl Castro, Asesor Legal de CASEL, sostiene que "la seguridad debe abordarse como un proceso técnico y legalmente sustentado. Muchos barrios intentan resolver problemas puntuales con soluciones improvisadas, sin criterios profesionales ni análisis de impacto. Eso no solo es ineficiente, sino también riesgoso desde el punto de vista jurídico".
Barrios privados: ¿los problemas de seguridad nacen desde el desarrollo del emprendimiento?
Otro aspecto señalado por los especialistas del sector es que muchos de los problemas actuales en countries y barrios privados se originan durante el desarrollo mismo del emprendimiento. Las decisiones en materia de infraestructura de seguridad suelen tomarse sin asesoramiento técnico y con criterios improvisados, muchas veces luego de que ocurre un hecho delictivo.
Se observa también una falta de planificación en cuanto al mantenimiento de los sistemas. En la mayoría de los casos, no existen protocolos formales ni planillas de trazabilidad de fallas que permitan identificar patrones, reiteraciones o tiempos de inactividad. Esto dificulta la supervisión técnica y el control de calidad del servicio de seguridad. Y como consecuencia de ello, la ausencia de un adecuado diagnóstico de las causales que originaron un evento, piedra fundamental para evitar su reiteración.
Supervisión, control y cultura preventiva
La necesidad de incorporar sistemas de control más robustos, incluyendo monitoreo tecnológico, rondas auditables por GPS y supervisión documental, es vital. La simple visita esporádica o la dependencia exclusiva del personal de seguridad no garantizan la eficacia del sistema. La implementación de auditorías independientes y supervisión cruzada entre actores es una herramienta clave para detectar falencias y mejorar la gestión.
Un punto crítico —y frecuentemente silenciado— en la gestión de los countries, es la asignación de recursos económicos. Las observaciones de especialistas del sector, sumadas al análisis de empresas proveedoras de soluciones, permiten advertir una tendencia preocupante: la seguridad suele ocupar un lugar secundario dentro del presupuesto general de los barrios privados, muy por detrás de áreas consideradas más "visibles" o "valoradas socialmente", como el paisajismo, la infraestructura deportiva o los espacios comunes de esparcimiento.
Mientras se destinan fondos importantes a la renovación de canchas de tenis, mejoras en el club house o ampliaciones del gimnasio, los sistemas de videovigilancia, control de accesos o mantenimiento de tecnologías de seguridad quedan postergados o sujetos a decisiones de urgencia, muchas veces adoptadas tras la ocurrencia de un incidente. Este comportamiento reactivo evidencia una falta de cultura preventiva que pone en riesgo la eficiencia del sistema de protección integral.
El rol del consultor externo y las nuevas tecnologías
La figura del consultor de seguridad independiente adquiere creciente relevancia como actor técnico y estratégico en la auditoría de prestadores de servicios, el control de procesos y la identificación de oportunidades de mejora. No obstante, persiste cierta resistencia por parte de algunas administraciones, especialmente cuando la incorporación de estos profesionales implica visibilizar falencias que no siempre se está dispuesto a asumir.
Entre las prácticas que comienzan a observarse en distintos barrios del país, se destacan:
- Creación de roles específicos en seguridad interna en barrios privados.
- Uso de acuerdos de nivel de servicio (SLA) con parámetros claros para proveedores.
- Capacitación sistemática del personal de seguridad.
- Implementación controlada de nuevas tecnologías: drones, analítica de video y sistemas avanzados de control de accesos.
Estas medidas, aplicadas con marco técnico y legal adecuado, muestran una evolución hacia modelos más maduros de gestión de la seguridad.
La seguridad basada en planificación y evidencia, no improvisación
En un escenario dinámico, con demandas crecientes y nuevas amenazas, los desafíos de los countries y barrios cerrados en materia de seguridad no pueden abordarse desde la improvisación, sino desde el conocimiento, la evidencia técnica y la voluntad de construir entornos más seguros para todos. En definitiva, estas urbanizaciones deberán afrontar la decisión de cómo invertir su dinero, sea esto en prevención y superación constante de sus niveles de seguridad, o en la satisfacción de los reclamos económicos de los integrantes de su comunidad que se vean afectados por los hechos de inseguridad.