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Trabajar por cuenta propia: cómo es un empleo freelance

Cada vez hay más personas que trabajan en forma freelance, es decir, de manera independiente; qué ventajas y desventajas tiene esta modalidad
07/02/2020 - 15:45hs
Trabajar por cuenta propia: cómo es un empleo freelance

Trabajar en forma independiente. No depender de un empleador. Hacer trabajos para muchas personas al mismo tiempo. No tener jefe. Emprender por cuenta propia. Buscar clientes de manera exhaustiva.

Entre otras, estas son algunas de las características que definen el día a día de una persona que trabaja en forma freelance. Cada vez son más los trabajadores que deciden -sea por preferencia o por necesidad- brindar sus servicios de esta manera.

Pero, ¿cómo es exactamente ser un freelancer?

El concepto es sencillo y fácil de explicar. Un freelancer es una persona que trabaja de manera independiente, es decir por su propia cuenta, para varios empleadores o clientes que contratan sus servicios profesionales.

Es una forma de trabajar que se puede aplicar a muchos rubros. Desde proyectos que se pueden realizar en línea como programación, diseño gráfico, diseño web, traducción, hasta trabajos que requieren cierta presencia, al menos eventual, como fotografía, ventas, clases particulares, organización de eventos. 

¿Cuáles son las ventajas del trabajo freelance?

La primera de la lista es el manejo del tiempo. Un freelancer administra su tiempo como quiere, como mejor se adapta a sus necesidades diarias, como le parece, porque el único objetivo es que el trabajo solicitado esté hecho para la fecha de entrega.

Si trabaja de noche, o de día, si lo hace en su casa o en un bar, si lo hace en forma paulatina o todo junto, son aspectos que el cliente no mira porque no está en el día a día del trabajador, como sí sucede con un jefe que está presente en la oficina durante toda la jornada.

Los trabajadores freelance pueden hacer sus tareas en cualquier lado
Los trabajadores freelance pueden hacer sus tareas en cualquier lado

El trato directo con el cliente es otro de los aspectos positivos que se le puede destacar a esta forma de trabajo. Cuando se trabaja para una empresa que brinda servicios el trato con los clientes suele ser menos directo y más intervenido por los superiores que se encuentran entre el empleado y quien contrata el servicio. Los freelancers, por el contrario, hablan en forma directa, lo cual facilita la negociación de las condiciones de trabajo -pagos, plazos, entregas, reuniones-. Para aquellos rubros que no requieren presencia para desarrollar el trabajo -programación, diseño gráfico, redacción, por citar algunos ejemplos- una ventaja es que la cartera de clientes puede estar en cualquier parte del mundo. Solo se necesita el contacto y se puede empezar a trabajar y a entregar tareas sin necesidad de reunirse o de estar en forma física en el mismo sitio.

Por último, el trabajo independiente podría ser un disparador para el comienzo de un emprendimiento propio. En aquellos rubros donde sea posible y quienes estén interesados en hacerlo podrán empezar a hacer las primeras herramientas para el manejo de un negocio a través del empleo freelance.

Sin embargo, la realidad es que no todo es color de rosa. El mundo freelance es complejo en muchos aspectos, es decir que tiene una serie de desventajas que se deben tener en cuenta al momento de comenzar a trabajar de esta manera.

Los ingresos pueden no ser fijos cada mes, como sí sucede cuando se trabaja en relación de dependencia a cambio de un salario. El freelancer cobra en función de los trabajos que realiza y el principal problema es que esos encargos no siempre depende de él. Básicamente, si no hay clientes o los clientes no tienen trabajos para realizar, el programador, ilustrador, fotógrafo, por ejemplo, que trabaja en forma freelance no cobra.Otro de los puntos a considerar es que los clientes no siempre son puntuales y precisos a la hora de realizar los pagos. Muchos de ellos pagan a 30, 60 o 90 días, y no siempre lo hacen en las condiciones acordadas.

La seguridad que brinda el trabajo en relación de dependencia es otro de los puntos en contra del trabajo freelance. Los aportes jubilatorios, las cargas sociales, el pago de una obra social o empresa de medicina prepaga, el sueldo anual complementario, las vacaciones pagas, son algunos de los beneficios que se pierden a partir de la decisión de trabajar independientemente.

El freelancer debe estar al tanto de esa situación antes de lanzarse al mercado, y debe tener en cuenta que debe ocuparse de sus aportes, su cobertura de salud, entre otros puntos centrales.

Aunque administrar el tiempo propio es un elemento positivo de ser freelance, la realidad es que no siempre es fácil. Es necesario encontrar un equilibrio entre la vida ociosa y cotidiana y el trabajo, para que la balanza no se incline hacia el trabajo constante, que roce la obsesión, ni hacia el ocio permanente, que no permita realizar las tareas necesarias.

¿Cómo empezar a trabajar como freelancer?

Tal como se mencionó, trabajar de esta manera no es fácil. Tener definidos los objetivos, las pautas y las condiciones en las que se va a trabajar.

En primer lugar, es necesario definir qué tipo de servicio se ofrecerá. Por supuesto, debe estar relacionado a la profesión que se tiene, pero es importante pensar cómo será el servicio, qué beneficios le brindará a sus clientes y cómo hacer que el producto que se ofrece sea completo y atractivo.

La relación con los clientes es fundamental
La relación con los clientes es fundamental

En segundo lugar, se debe hacer un análisis de la competencia y del mercado en el que se quiere entrar. La mayoría de los servicios que se pueden brindar los puede realizar cualquier colega del rubro -programador, fotógrafo, entre otros-. En este contexto, se debe pensar cómo ofrecer un servicio integral y diferencial para destacarse ante los ojos del cliente y poder captarlos con mayor facilidad.

Otro de los tips a considerar es crear un portfolio y pedir recomendaciones a aquellos con los que se ha trabajado. Las referencias positivas siempre son útiles y se constituyen como una ventaja al momento de captar clientes.

En relación al portfolio, es una herramienta necesaria para poder mostrar el trabajo que se realiza y cómo se lleva a cabo. De este modo, antes de consultar y eventualmente tener una reunión, el cliente tendrá la chance de conocer con mayor detalle el trabajo que se le ofrece.

Crear un perfil profesional es una de las formas de "venderse" o mostrarse para atraer potenciales clientes. Tener un logo personal, que identifique al negocio o al trabajador freelance, tener perfiles en las redes sociales -sobre todo para trabajos muy visuales que se pueden mostrar con mayor facilidad-, y tener un correo electrónico especial para el trabajo, son algunas de las herramientas que aportan profesionalismo y dan una imagen más seria.

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Por último, hay plataformas especiales donde los freelancers se pueden inscribir y ofrecer sus servicios de ese modo. Páginas como SoyFreelancer.com permiten reunir a todas las personas que trabajan de esa manera en un mismo lugar, lo cual hace más fácil la búsqueda para los ojos de los clientes.