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Los secretos más oscuros de Abercrombie & Fitch: desde abusos sexuales hasta negros en el almacén

Un nuevo documental de Netflix relata el ascenso y la caída de la marca más popular entre los jóvenes de los 2000. Los detalles en la siguiente nota
27/04/2022 - 11:17hs
Los secretos más oscuros de Abercrombie & Fitch: desde abusos sexuales hasta negros en el almacén

"Abercrombie decía que no era discriminación racial, solo que no éramos lo suficientemente guapos para trabajar allí". Estas palabras de la ex empleada de la tienda, Carla Barrientos, son del todo surrealistas, pero hace menos de dos décadas la marca más deseada por los jóvenes lo gritaba a los cuatro vientos. Así lo revela un nuevo documental de Netflix.

A&F –las siglas de Abercrombie & Fitch- creó un término medio entre el sexo que vendía Calvin Klein y el estilo pijo estadounidense que desprendía Ralph Lauren. Una marca con la suficiente clase pero no tan cara para que resultara inalcanzable. Resultó ser un bombazo. Todos los jóvenes y adolescentes de todo el mundo querían vestir una camiseta con el logo de Abercrombie & Fitch en el pecho. Era casi una necesidad. "Quieres lo que lleva el que se considera el tío guay". Y así sucedió durante muchos años.

"En el blanco: El ascenso y la caída de Abercrombie & Fitch", el último grito de Netflix en materia de documentales sobre denuncia social, relata con múltiples entrevistas a extrabajadores de la compañía –y con una acusada ausencia, la de su CEO Mike Jeffries- cómo se vivió el furor por una de las marcas más discriminatorias de la historia de la moda.

Barrientos narra cómo vivió su primera experiencia en la tienda: "nada más llegar a la puerta te encontrabas a dos chicos altos, guapos y musculosos. Ambos estaban sin camiseta, vaqueros y con un gorro de Papá Noel, ¡claro!, estábamos en plena campaña de Navidad.". La compañía consiguió hacer de la tienda en sí una experiencia, un lugar en el que la gente se acercaba para pasar el rato.

Los secretos más oscuros de Abercrombie & Fitch: desde abusos sexuales hasta negros en el almacén

Abercrombie & Fitch antes de Jeffries

Abercrombie, antes de que Mike Jeffries reimpulsara la marca, estaba dirigida a amantes de la naturaleza, un retrato fiel del espíritu y carácter estadounidense. Se dirigía a deportistas de élite, de caza. Vendía al presidente de los EEUU Theodore Roosevelt o al escritor y periodista Ernest Hemingway. Pero pese a comercializar cosas de todo tipo, desde libros a objetos de pesca, las buenas cifras brillaban por su ausencia.

Jeffries fue llamado a ser el salvador de la casa, el último cartucho de la compañía. El objetivo: ser la marca preferida de los jóvenes de entre 18 y 22 años. La fórmula: el legado de Abercrombie, que se dirigía a un grupo privilegiado (élite), combinándolo con una imagen muy sexual y con un aire de exclusividad de lo que él consideraba estar en la onda.

"La moda no busca darle a la gente lo que pide, si no hacer que pidan lo que ofreces". Una frase que resonaba en la cabeza del CEO como la melodía de la canción del verano. En 1996 consiguieron salir a bolsa y la marca estaba en lo más alto. Se lanzó Abercrombie Kids y Hollister, que vendía la idea del sueño californiano. Entre todos monopolizaban el mercado de la ropa de moda.

La ex promotora de ventas, Kjerstin Gruys, explica que en su primera semana de trabajo, "la representante de recursos humanos dijo que se podía escribir Abercrombie & Fitch con mierda de perro en una gorra y venderla por 40 dólares. En ese punto estamos".

Los
Los "modelos" de Abercrombie & Fitch

Bruce Weber, un festival de testosterona

El fotógrafo Bruce Weber era el encargado de fotografiar las campañas, unas en las que solo habían jóvenes, sexo y espíritu estadounidense. En las imágenes se podían ver muchos atisbos de la cultura gay, unos que curiosamente pasaban desapercibidos por el público objetivo, el típico universitario heterosexual ‘cool’. Con esto consiguió dirigirse a todo tipo de públicos, sin importar la orientación sexual, porque era lo que Weber vendía. Un festival de testosterona.

Las fotos de Weber se exponían en las tiendas, unas que representaban un campus universitario concreto. Se buscaban los chicos más guapos de las fraternidades. Era como el marketing con influencers de la era pre-digital. Aquí empezó el conflicto. Los "reclutadores" seguían unas directrices muy concretas: "hay que reclutar a personas atractivas. Teníamos hasta un libro". No importaba cuánto fuera el carisma del trabajador, solo importaba su físico.

Jeffries íntimo amigo de Epstein y Weber denunciado por abusos sexuales

Jeffries y Weber seguían acompañados por polémicas que no acababan de salir a la luz. Ex trabajadores aseguran que el fotógrafo les invitaba a su casa y después les intentaba tocar. "Te ponía la mano en el pecho encima de la tuya, como para tranquilizarte, y luego te decía voy a bajar la mano, dime cuando parar", explicó un exmodelo de A&F. Años después, otros modelos se atrevieron a interponerle demandas por abusos sexuales. 

Mientras dirigió Abercrombie, Jeffries no había salido del armario, pero ya se había convertido en un icono gay. A pesar de lo escándalos, seguía obsesionado con su fetiche, el joven americano ‘cool’. "Sí, somos exclusivistas, por supuesto, no todo el mundo puede llevar nuestra ropa. No quiero que cualquiera vista nuestra marca". A lo que muchos les decían: "si el 60% de vuestro comprador utiliza tallas grandes, ¿por qué no los incluís?".

Gente paseando las bolsas con modelos desnudos de Abercrombie & Fitch
Cartel gigante de Abercrombie & Fitch en Hong Kong, China

En 2013 el negocio ya estaba de capa caída y estaba perdiendo el atractivo para sus clientes. Ya no era guay. Abrercrombie & Fitch acabó desapareciendo porque la exclusión era la clave de su éxito y la exclusión en sí misma ya no estaba bien vista. 

Jeffries dimitió el 7 de diciembre de 2014. Al exCEO se le vigiló por su estrecha relación con Jeffrey Epstein , agresor sexual y magnate financiero caído en desgracia. De hecho hizo que Epstein pasara por descubridor de modelos de Victoria’s Secret, uno de los motivos por los que este pudo rodearse siempre de mujeres atractivas es que ellas creían que él podría darles ese empujón o hundirlos.