Los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) encienden las alarmas: se registró un amplio aumento de casos de cáncer de piel, con una particularidad: la suba se da en todos los grupos etarios. La clave está en la prevención y detección temprana gracias al control médico, pero sobre todo al autoexamen: ¿cómo hacerlo de manera correcta? 

En 2020 se diagnosticaron en el mundo más de 1,5 millones de casos de cáncer de piel como consecuencia de la exposición excesiva a la radiación ultravioleta. El dato destacable es que la mayoría de los casos se curan, sobre todo si se tratan en la etapa inicial.

Si bien el cáncer de piel es el tipo más frecuente, lo que alertó el estudio de la OMS es que se registró un aumento progresivo en todos los grupos etarios. "Tradicionalmente, su prevalencia era mayor luego de los 50 años, pero vemos un descenso en edad de debut", explica la especialista Ana de Pablo, profesora de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y subjefa del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Austral (HUA). 

Al mismo tiempo, explica que este cambio está "relacionado con la mayor cantidad de actividad al aire libre (deportiva, recreativa) en los últimos 30-40 años, el mayor tiempo de exposición y el uso indiscriminado de camas solares". 

El autoexamen es clave para detectar en la etapa incial el cáncer de piel

Cáncer de piel: la clave para hacer un correcto autoexamen

De Pablo da un tip clave para realizar un autoexamen correcto al detallar que "una forma simple para detectar características sospechosas en un lunar es seguir la regla del ABCD":

• Asimetría: una mitad en distinta de la otra
• Bordes: irregulares
• Color: varios colores, más de 1 (marrón, rojo, negro, pérdida de color)
• Diámetro: mayor a 5 mm

Y a estos cuatro puntos, se le suma "una E de evolución en el tiempo. Generalmente, esta técnica permite reconocer la mayoría de los cambios que se observan".

Cáncer de piel: qué es y qué tipos hay

Este tipo de cáncer hace referencia a lesiones malignas, y hay diferentes tipos: "El carcinoma basocelular (75%, el más frecuente) y el carcinoma espinocelular (alrededor del 15%) se asientan predominantemente en áreas fotoexpuestas, es decir, que siempre están expuestas a la luz del sol u otras fuentes de radiación ultravioleta (RUV). Esas áreas de mayor fotodaño son cara, cuello, escote, pabellones auriculares, dorso de manos y antebrazos, cara anterior de piernas", detalla la especialista.  

Y advierte que "la exposición crónica al sol o camas solares, así como el antecedente de quemaduras solares en reiteradas ocasiones, han sido confirmados como favorecedores del desarrollo de todas estas formas de cáncer de piel".

Al mismo tiempo, De Pablo explica que "el melanoma representa alrededor del 5% de los cánceres de piel y a pesar de no ser el más frecuente, es el más relevante en cuanto al riesgo de vida, ya que existe la posibilidad de extenderse más allá de la piel".

En adultos que no son de "alto riesgo" se recomienda un chequeo anual con el dermatólogo

"Si es detectado a tiempo, el cáncer de piel es curable en la mayoría de los casos", remarca la dermatóloga para concientizar sobre la importancia del control periódico y el autoexamen. En cuanto a otros tipos, la médica hizo mención de tres tipos:

• El carcinoma basocelular -el más frecuente- rara vez puede provocar la muerte, "en general no da metástasis". Pero a pesar de esto, De Pablo aclara que "puede ser agresivo localmente, es decir, que en su crecimiento puede ir destruyendo estructuras que ocasionen sufrimiento en la función"
• El carcinoma espinocelular, "tiene un mayor riesgo de hacer metástasis ganglionares, en especial en algunas localizaciones como la cavidad oral, área genital, entre otras".
• El melanoma, si es detectado en la etapa inicial, "puede tener un pronóstico muy favorable".

Cómo prevenir el cáncer de piel

La medida preventiva primaria es ser conscientes que la exposición frecuente a radiación ultravioleta (RUV) es la principal causa del desarrollo de cáncer de piel. A estas se suman "la exposición crónica al arsénico inorgánico, a radiaciones ionizantes (radioterapia); infecciones virales como el virus del papiloma humano (HPV o VPH)) y las condiciones genéticas".

La especialista insiste en que se debe cambiar el concepto que asocia al bronceado con salud porque "es la reacción de la piel, que se defiende del daño produciendo melanina y otorgando el bronceado". Admite que "se ha incorporado el concepto del daño solar acumulativo, pero no se interpreta que el bronceado es perjudicial".

"La piel saludable es aquella que permanece el mayor tiempo posible con su color natural", remarca Ana de Pablo, y agrega: "Para una detección temprana se debe fomentar el autoexamen y el examen por el especialista con dermatoscopia (manual), para reconocer características sospechosas de cáncer de piel".

Tener un registro de nuestras "manchas" puede ayudar a un diagnóstico temprano

Al mismo tiempo, explica que son pacientes de alto riesgo las personas con pieles muy blancas o fototipos bajos; rubios o pelirrojos; con pecas, muchos lunares; historia personal de cáncer de piel; historia familiar de cáncer de piel. Y en estos casos "puede ayudar la dermatoscopia digital (el registro de imágenes del cuerpo en general y de los lunares, en particular) que permite el seguimiento en el tiempo, detectar nuevas lesiones o cambios de lesiones ya presentes".

"En los adultos habitualmente se realiza un control anual: esta periodicidad puede incrementarse (2 o 3 veces al año) cuando existen lesiones de riesgo o antecedentes familiares de cáncer de piel", comenta y detalla que estos chequeos deben comenzar a temprana edad en pacientes de alto riesgo.

Y si bien "la frecuencia de cáncer de piel en los niños y adolescentes es muy baja", esta población está en la etapa clave para "incorporar las medidas de cuidado a temprana edad, para lograr disminuir la frecuencia de desarrollo de lesiones premalignas y malignas en el futuro".