Xiaomi ha presentado en el Mobile World Congress que se realiza esta semana en la ciudad catalana de Barcelona  su móvil de mayor rendimiento, mejor cámara y más versatilidad. Su gran gama alta, el Mi 9.

Su director del mercado internacional y vicepresidente, Wang Xiang, fue el encargado de mostrar al mercado internacional este teléfono, que busca competir con el iPhone XS, y el Galaxy S10 presentado hace escasos días y el Huawei P20, con el que guarda un gran parecido.

La firma china apuesta por un diseño colorido de reflejos metálicos en varios tonos. Un estilo muy de moda que aporta una sensación aún más lujosa al exterior del terminal que tiene un interior totalmente premium.

El lector de huellas es su principal novedad, que ahora vendrá incorporado debajo de la pantalla. Para desbloquear el teléfono con el dedo, sus compradores deberán dejar cualquiera de sus huellas dactilares en un área designada de la pantalla.

La compañía ha especificado que se trata de un lector de huellas de "quinta generación", y que es hasta 25 veces más rápido que el disponible en los modelos anteriores de Xiaomi.

Sus especificaciones técnicas siguen con el Snapdragon 855 de Qualcomm, el mejor sistema de procesadores disponible para este tipo de móviles. El chipset viene acompañado de 6 u 8 GB de memoria RAM, dependiendo del modelo elegido, y su almacenamiento contará también con tres versiones: 64, 128 y 256 GB de espacio. El cliente deberá escoger con cuidado el tamaño porque no tiene tarjeta microSD, así que no puede ser expandida de forma fácil.

Su pantalla de 6,4" cuenta con una resolución Full HD+, esto es 1080x2340, debido a su ratio de pantalla extendido de 19:9. Según las medidas de la compañía, esto se traduce en que la pantalla ocupa el 91% del teléfono, dejando unos marcos muy reducidos en todos sus laterales.

La pantalla es tecnología Super-AMOLED, que ofrece unos negros muy puros y un consumo de batería menor. El Galaxy S10 y el iPhone XS, también usan esta tecnología.

El Mi 9 de Xiaomi abandona el "notch" de su antecesor, sustiyéndolo por una singular "gota" que se incrusta en la pantalla para contener la cámara frontal, de 20 megapíxeles. Este cambio es quizá algo más estético, depende de gustos, pero hace que el nuevo terminal solo tenga un sensor frontal: la cámara, mientras que el modelo de 2018 contaba con un sensor láser de identificación facial biométrica.