Las viejas unidades de Cellebrite UFED, el dispositivo que utilizan agencias como el FBI o el DHS para hackear teléfonos, no pueden revenderse según las normas de la propia compañía. Y menos aún si todavía tienen información en su interior.

Según informó la revista Forbes, es posible encontrar estas herramientas en el portal de comercio electrónico eBay por entre 100 y 1000 dólares. El precio de uno de estos dispositivos nuevos es de varios miles de dólares, pero los modelos más antiguos no sirven para "hackear" las versiones más modernas de iOS y Android.

La firma israelí que fabrica estos terminales envió una carta a sus clientes para recordarles que no está permitida su reventa, porque se pueden usar para acceder a información personal e, incluso, a la que hubiese obtenido alguno de los cuerpos de seguridad.

Cuando una agencia quiere deshacerse de un modelo viejo, debe enviarlo de nuevo a la empresa. Sin embargo, parece que alguien lo vendió o tiró sin haber borrado todos los datos que contenían.

Matthew Hickey, un investigador de ciberseguridad, consiguió con varios UFED y descubrió que todavía tenían en su interior información como la marca de los dispositivos que habían hackeado, su número IMEI, cuándo tuvo lugar este hackeo y qué información se había extraído. Aunque sospechaba que podría haber obtenido más datos e información personal, prefirió no comprobarlo.

A esto hay que unir que Cellebrite utiliza vulnerabilidades en los sistemas operativos de Apple y Google para "entrar" en los teléfonos, pero no comparte con las compañías cuáles son.

Esta información se encuentra -encriptada- en sus dispositivos y ahora podría llegar a las manos equivocadas. Hickey, por su parte, planea usar la pantalla táctil de los terminales para jugar al Doom.