Con más de 1700 empleados alrededor del mundo, la empresa informática Intive tiene 14 centros de desarrollo en Alemania, Polonia, Estados Unidos y la Argentina. Entre sus clientes se encuentran compañías como Audi, BMW, Credit Suisse, Deutsche Telekom, Esprit, ING, Microsoft, Viacom, Vodafone, Volkswagen y Vorwerk.

En la siguiente entrevista con iProfesional, Andrés Vior, country manager de esta empresa, con sede central en Munich, Alemania, analiza la situación del sector del software y servicios informáticos en el contexto de las medidas económicas anunciadas en lo que va de la gestión de Alberto Fernández.

-¿Cómo cierra Intive este año la venta de servicios al exterior en materia de software en comparación a 2018?

-2019 fue un año con muchos cambios, donde terminamos un proceso de integración a nivel global muy productivo, y mantuvimos nuestro foco en las exportaciones para el mercado estadounidense, que siguen representando el 90% de nuestro producto.

-¿Cómo les afectan las restricciones cambiarias?

-Como toda compañía exportadora, Intive está sensiblemente expuesta a las variaciones en el tipo de cambio y las restricciones cambiarias. El desdoblamiento del tipo de cambio representa una baja de la competitividad de las empresas exportadoras.

-¿Cuáles son las perspectivas para 2020?

-En un mundo cada vez más desafiante, creemos en mantener y mejorar nuestra propuesta de valor. Seguiremos apostando a nuestra pasión por la tecnología, invirtiendo en investigación y capacitación. La formación de nuevos profesionales será una de las claves para el sector hacia el futuro.

-La economía del conocimiento está en expansión en todo el mundo. Con las medidas económicas anunciadas por el gobierno de Alberto Fernández, ¿cómo quedarán las condiciones de la Argentina para jugar en el mercado global?

-Esperamos y confiamos en que el nuevo gobierno logre la reactivación de la economía sin provocar un ahogo impositivo a las empresas y las personas. Será fundamental que se mantengan los beneficios logrados con la LEC (ley de economía del conocimiento), para impulsar un sector que está siendo fomentado en prácticamente todos los países de Latinoamérica. La competencia es muy intensa y el mercado es global. Los países que estén mejor preparados tomarán la delantera.

-Bajo la nueva etapa económica, ¿cuáles serían las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de las empresas argentinas exportadoras de software? Por ejemplo, el bajo costo de la mano de obra, la alta calidad de sus profesionales, la competencia de la India o los países del centro y el este de Europa, el déficit en la cantidad de profesionales capacitados.

-Una fortaleza será la reactivación del mercado interno, si efectivamente la economía despega. Creo que las amenazas serán la fuerte carga impositiva y las restricciones cambiarias -que reducen la competitividad y la eficiencia de las empresas exportadoras-, así como también las empresas que desde el exterior ofrecen sueldos en dólares para atraer la atención de los profesionales en el mercado laboral. La gran debilidad del mercado interno continúa siendo la necesidad de contar con más talento. Por ende, la gran oportunidad será la de invertir con políticas públicas en la formación de profesionales que se puedan sumar a un sector que no puede cubrir su demanda.

-A la luz de la nueva etapa económica, ¿la ley de economía del conocimiento resulta suficiente para participar en los grandes mercados globales?

-Es temprano para decirlo, las nuevas leyes aún no fueron promulgadas ni reglamentadas. La expectativa nuestra es que no se pierdan los beneficios y la estabilidad prometida con la LEC.

En general, la Argentina tiene que lograr mantener una estabilidad y generar confianza en el rumbo económico del país para lograr participación con escala en los principales mercados globales.