Impulsada por la pandemia, la transformación digital avanza aceleradamente y de manera transversal a todas las industrias. Sin embargo, la falta de profesionales para cubrir posiciones de tecnología en las empresas podría ponerle freno a este desarrollo.

Según datos de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI), históricamente en el país hay un déficit de 5.000 puestos sin cubrir, cifra que puede convertirse en 15.000 si se contempla, además, la demanda insatisfecha de posiciones IT en otros sectores de la economía.

El último estudio de Argencon sobre Economía del Conocimiento enciende una señal de alarma sobre la "significativa fuga de cerebros protagonizada por profesionales de nivel medio y alto que migran al mercado informal para cobrar sus servicios en ‘dólares libres’, y una fuga de empresas que ubican sus operaciones en países con mejores contextos normativos, cambiarios y tributarios, donde pueden percibir el valor pleno de sus exportaciones".

Lo cierto es que además de existir una brecha (creciente) entre los profesionales disponibles y lo que las compañías demandan, retenerlos es cada vez más complicado porque las empresas radicadas en el país no pueden competir en términos de sueldos y beneficios con las de afuera.

Al tipo de cambio oficial, el salario del sector en dólares creció un 30% entre enero de 2020 y julio de 2021, mientras que en pesos, la CESSI estima un aumento del 22% entre julio de 2021 y lo proyectado a enero de 2022. Esto ubica la remuneración promedio para comienzos del 2022 en $198.400.

"Las dificultades que encontramos para contratar este tipo de profesionales están relacionadas con la escasez de recursos formados, pero también con el impacto que tuvo en nuestro país la devaluación de la moneda local que hace que personas formadas en carreras relacionadas con las TICs elijan trabajar para multinacionales que pagan salarios en dólares o a valor dólar. Eso descolocó la oferta y la demanda laboral", suma Juan Domínguez, presidente de Tecnored

Si pagar los sueldos que demanda el mercado es una dificultad para las empresas privadas, el panorama puede ser aún más complejo para las estatales.

En ese sentido, Néstor Pablo Tognetti, presidente de ARSAT, aclara que si bien su compañía, a diferencia de otras empresas estatales, tiene la ventaja de generar ingresos propios a través de los servicios que ofrece, todas las empresas enfrentan la dificultad de retener a los profesionales que fueron formados en instituciones argentinas, pero al estar expuestos a los vaivenes económicos que se viven cíclicamente en el país, son atraídos por ofertas salariales en moneda extranjera.

La alta demanda de profesionales tecnológicos también complica a las universidades que tienen problemas para retener a los estudiantes. En ese sentido, Alfredo Debatista, vicedecano de las Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales, de la Universidad Nacional de San Luis, explica que, "en las carreras de ingeniería los niveles de egresabilidad están entre el 5 y el 10%, porque el mercado laboral capta estudiantes que no finalizaron sus estudios, y una vez que están dentro de una empresa tecnológica cobrando un buen sueldo y trabajando con tecnología de punta, es muy difícil que vuelva a terminar la carrera".

Falta de talento IT: aproximación al problema

El déficit de profesionales de IT tiene varias aristas, una de ellas es la falta de políticas públicas orientadas a contener el problema. En ese sentido, para Tognetti es necesario que el Estado fomente el desarrollo de proyectos e iniciativas en el campo de la Ciencia y la Tecnología para retener a los profesionales.

Desde ARSAT están impulsando un convenio con el Instituto Balseiro para invertir en becas de posgrado en la carrera de telecomunicaciones. "Nuestra intención es poder fomentar el estudio y que los profesionales se perfeccionen en estas áreas para que después puedan ingresar a la empresa", agrega.

La alta demanda de profesionales complica a las universidades que tienen problemas para retener a los estudiantes

Debatista suma otra dimensión al problema: la necesidad de que la Universidad adapte sus métodos de enseñanza, diseñe carreras y formaciones más cortas y cursos de posgrado más específicos.

"Los estudiantes ya tienen otra cabeza y la universidad debe cambiar sus métodos, trabajar con competencias, habilidades blandas, escenarios multidisciplinarios y trabajo en equipo. Otro tema son los presupuestos universitarios que son muy acotados y en las carreras tecnológicas es un problema muy serio no poder contar con laboratorios y sistemas actualizados. Por último, hay que plantearse cómo trabajar con las escuela primaria y secundaria, para atraer a los estudiantes a que elijan carreras de ingeniería. Hay que articular con el Gobierno nacional, con las universidades y con la propia industria", enfatiza Debatista.

Mientras que, para Domínguez, lo más importante para generar un cambio es que existan incentivos para trabajadores y empleadores que permitan que los profesionales realicen su formación laboral en empresas nacionales y también en multinacionales que cuenten con oficinas e inversiones en el país.