Ante la competencia por la inteligencia artificial entre las empresas del Silicon Valley californiano, el cofundador de Google, Sergey Brin (en la foto), volvió a poner manos a la obra con el código de software, después una ausencia desde 2019 en la operación diaria.

El 24 de enero, Brin presentó su primera solicitud en años para acceder al código, según las capturas de pantalla que observó el medio estadounidense Forbes.

Dos fuentes aseguraron a ese medio que la solicitud estaba relacionada con Lamda, el chatbot de lenguaje natural de Google, un proyecto anunciado en 2021, pero que acaparó mayor atención hace poco tiempo a medida que Google intenta defenderse de su rival OpenAI, que lanzó el popular bot ChatGPT en noviembre.

Brin presentó una "CL", abreviatura de "lista de cambios", para obtener acceso a los datos que entrenan a Lamda, dijo una persona que vio la solicitud. Se trataba de un cambio de dos líneas en un archivo de configuración para añadir su nombre de usuario al código, dijo esa persona.

Varias docenas de ingenieros dieron a la solicitud el visto bueno LGTM (sigla en inglés por "me parece bien"). Algunas de las aceptaciones procedían de trabajadores ajenos a ese equipo, aparentemente deseosos de decir que habían dado su visto bueno a la revisión del código del cofundador de la empresa, añadió esa persona.

Se trata de un pequeño cambio técnico, pero subraya la seriedad con la que la empresa se toma la amenaza de OpenAI y otros competidores.

Vuelta al ruedo

Brin y el otro cofundador de la empresa, Larry Page, han estado ausentes de la compañía desde 2019, cuando este último entregó las riendas a Sundar Pichai para convertirse en director general ejecutivo de la matriz de Google, Alphabet.

Pero Pichai llamó recientemente a los fundadores de la compañía para revisar la estrategia de inteligencia artificial de la compañía y ayudar a formar una respuesta a ChatGPT, según informó el diario The New York Times. La intervención de Brin puso de manifiesto el nivel de implicación que adoptaron los cofundadores.

Al parecer, la empresa considera la situación tan urgente que Pichai declaró un "código rojo", cambiando el trabajo de varios grupos dentro de la empresa para presentar una contramedida. Al parecer, Google presentará una serie de nuevos productos de inteligencia artificial a finales de este año.

La petición de código de Brin también recibió algunas críticas de los empleados. En respuesta, una persona comentó: "Arregla Google primero". Otra escribió: "Al menos habla con nosotros", en referencia al distanciamiento de los cofundadores en los últimos años. Algunas enlazaron a publicaciones del foro interno de memes de Google. Algunos de los memes mostraban a ancianos peleándose, dijo una fuente a Forbes.

Cuando Pichai anunció en enero la mayor ronda de despidos de la historia de Google –afectó a 12.000 empleados, el 6% de la plantilla–, lo hizo con la vista puesta en reorientar la compañía hacia la inteligencia artificial.

"Tenemos ante nosotros una gran oportunidad con la inteligencia artificial en todos nuestros productos y estamos preparados para abordarla con audacia y responsabilidad", escribió en un correo electrónico a los empleados.