No es solo la fecha: qué hay que revisar del pasaporte antes de un viaje al exterior
Para muchos turistas, viajar al exterior no siempre es un proceso tan sencillo como parece. Si bien a los argentinos para visitar los países del Mercosur basta con tener el DNI vigente, para el resto del mundo es indispensable contar con el pasaporte en regla. La mayoría de los viajeros se enfocan en un solo requisito: que el documento tenga una validez de al menos seis meses a partir de la fecha de entrada al país de destino. Sin embargo, hay un factor igual de crucial que muchos descuidan y que podría arruinar un viaje antes de empezar: la condición física del pasaporte.
Los agentes de inmigración de casi todos los países están entrenados para detectar cualquier señal de alteración o daño en los documentos. Incluso un simple pasaporte que tenga un leve pliegue, una página suelta o una mancha de humedad puede levantar sospechas y, en el peor de los casos, terminar en una denegación de entrada. Esto se debe a que el pasaporte no es solo una prueba de identidad, sino un documento legal que debe ser legible y confiable para las autoridades.
Por qué un pasaporte dañado puede arruinar tus vacaciones
La razón por la que un documento en mal estado es tan problemático es doble: tecnológica y de seguridad. Los pasaportes modernos tienen un chip, códigos de barras y hologramas de seguridad. Si alguno de estos elementos se ve comprometido por un rasguño, una mancha o una rotura, los escáneres en los puestos de inmigración pueden fallar en verificar la autenticidad del documento.
Más allá de la tecnología, la percepción también importa. Para un agente, una página con una esquina doblada o una mancha de agua podría ser interpretada como un intento de alteración o manipulación del documento. Ante la duda, los oficiales de inmigración, en especial en países con políticas fronterizas muy estrictas, optarán por la cautela y podrían negar el ingreso. Lo mismo ocurre con las aerolíneas, que realizan sus propios controles antes de embarcar y tienen la facultad de negarte el vuelo si detectan alguna irregularidad.
Por eso, antes de emprender tu próximo viaje, te recomendamos tomar estas precauciones:
- Inspeccionarlo con anticipación: No te limites a ver la fecha de vencimiento. Abre tu pasaporte por completo y revisa cada página en busca de cualquier señal de desgaste, rotura, o páginas sueltas.
- Protegerlo de la humedad: Una de las causas más comunes de daño es el contacto con líquidos. Guarda tu pasaporte en un estuche o funda impermeable para protegerlo de derrames accidentales.
- Renovarlo ante la duda: Si tienes la menor sospecha de que tu pasaporte no está en óptimas condiciones, no arriesgues tu viaje. El costo de una renovación es mucho menor que el de una cancelación o un vuelo perdido.
- Evitar doblarlo o sobrecargarlo: No uses tu pasaporte para guardar papeles, billetes o pasajes de avión. Esto puede deformar las hojas, doblar el chip o dañar la información de seguridad.
Si el pasaporte está dañado, ¿cómo renovarlo en Argentina?
Si al revisar tu pasaporte notas que tiene algún daño que podría comprometer tu viaje, lo mejor es renovarlo. En Argentina, existen tres modalidades de trámite para obtener un nuevo pasaporte, con diferentes costos y tiempos de entrega, para adaptarse a cada necesidad.
Tanto el pasaporte común como el express y el al instante tienen una vigencia de 10 años para mayores de 18 años y de 5 años para menores. Renovar un pasaporte dañado a tiempo es una inversión que te puede ahorrar miles de dólares en vuelos y hoteles no reembolsables, y, lo más importante, te asegura que tus planes de viaje no se vean arruinados.