En este año complejo para la actividad económica en general, de la mano de una caída del PBI y del consumo, y para el sector vitivinícola en particular, debido a la contracción de las ventas, no abundaron las buenas noticias.

Sin embargo, antes de que concluya 2018, Familia Arizu, propietaria de Luigi Bosca, comunicó la que es, a estas alturas, la noticia del año para esta rama de actividad: la empresa argentina acaba de firmar un acuerdo de asociación estratégica con L Catterton Latin America, la mayor empresa global de capital privado dedicada al sector consumo.

Desde la bodega informaron que a través de esta inversión, "L Catterton se asociará con la familia Arizu para impulsar tanto el crecimiento global de las icónicas marcas de la bodega como así también su visión a largo plazo para expandirse hacia los mercados internacionales más importantes".

L Catterton tiene como accionistas principales a Louis Vuitton Moët Hennessy y al grupo Arnault. Y en la Argentina ya tenían operaciones, tras comprar una participación de la marca de indumentaria Rapsodia, para luego incorporar a Caro Cuore y Baby Cottons. 

En diálogo con iProfesional, Alberto Arizu, director comercial de la compañía, recalcó que se trata de "una alianza estratégica, con foco en el mercado internacional, en la que encontramos grandes oportunidades para desarrollar nuestro negocio. Nos asociamos porque tienen una presencia internacional muy fuerte y vemos que hay posibilidad de trabajar conjuntamente para dar un salto internacional significativo. Ellos por su parte, quisieron asociarse porque vieron lo que sabemos hacer, así como nuestro expertise".

-¿La familia va a mantener el control de la empresa?

Totalmente. Continuaremos al frente de la compañía. Hay que entender que todo esto es parte de un proceso que comenzó hace dos años y medio y que forma parte de un plan estratégico que incluyó la llegada de Pablo Cúneo, que hoy está a cargo de los viñedos y de la bodega. Además, hubo todo un cambio generacional y un proceso de profesionalización en determinadas áreas. Esta alianza termina de consolidar todo ese proceso, que no fue corto, viene de hace tiempo. Y es muy positivo no solo para nosotros, sino también para la Argentina: el hecho de que venga un grupo de esta envergadura, justo cuando el país está necesitando inversiones, es una excelente noticia.

-La lectura inicial, especialmente en las redes, era que se había vendido la bodega…

-Eso es un error. No hemos vendido. Para nosotros lo positivo es que vengan a invertir. Para nosotros, la alianza con L Catterton es una gran señal para la Argentina. Estamos hablando del fondo más grande del mundo en el sector consumo que viene a asociarse con una empresa local para potenciar su plan de negocios. Es algo que dice mucho.

-¿Qué les atrajo puntualmente de este fondo?

-L Catterton tiene u$s15.000 millones en activos alrededor del mundo. Pero lo interesante es que no compran compañías: se asocian con empresas, con familias, y siempre están vinculados al rubro consumo y con marcas importantes, del segmento premium. Estas fueron algunas de las razones que nos motivaron a trabajar en conjunto.

-¿Cuál fue el monto de la inversión?

-Es un dato que no vamos a comunicar. Así lo decidimos en los términos del acuerdo.

-¿Van a ampliar la superficie de viñedos? 

-Veníamos ya con un plan de ampliación pero también, en paralelo, iniciamos un proceso de reconversión de viñedos muy importante, que todavía continúa. Actualmente tenemos unas 600 hectáreas y la idea es crecer en zonas como Luján de Cuyo y Valle de Uco. A ver, no tenemos un número en mente en cuanto a nuevas hectáreas, pero sí que vamos a seguir apostando por tierras en las mejores zonas de Mendoza. Y eso es importante: no vamos a salir de la provincia. 

-¿El objetivo es potenciar las ventas al mundo?

-Sí, todo el negocio, pero con foco principalmente en los mercados externos. Nosotros tenemos presencia en 60 países, así que tenemos una posición muy sólida y tenemos fortalezas para encarar esta etapa. Además, estoy convencido de que esta alianza llega en un momento clave, en el que la Argentina está ante la posibilidad de un renacimiento de sus exportaciones con un potencial gigantesco.

-¿Tienen un plan de exportaciones definido, con metas de crecimiento?

-Estamos comenzando a trabajar en eso. Nosotros siempre hacemos planes a cinco años y los venimos cumpliendo. Ahora es el momento de sentarse y estudiar para ver cómo acelerar esos planes.

-¿Qué prevén para las exportaciones de vinos argentinos de cara al 2019 después de un período poco expansivo?

-La Argentina está revirtiendo su tendencia negativa. Avisoro un panorama mejor para 2019 que, en parte, responde a los cambios que se dieron en la economía. Pero hay que tener en cuenta que un tipo de cambio más competitivo impacta doce meses después de haberse producido. Hay que tener en cuenta que el mundo está muy competitivo, no es tan expansivo y la Argentina ya no es la novedad que era hace una década, así como tampoco el Malbec, que ahora es una categoría reconocida y firme, lo cual es muy positivo. 

-¿Cómo ves el futuro del Malbec en los mercados internacionales? ¿Cómo lograr que siga creciendo?

-El Malbec es una variedad impuesta en el mundo. Ahora tenemos un gran desafío: encarar la segunda etapa y mostrar la diversidad. Y esto se logra comunicando terruños. Esto nos abre una puerta gigantesca y requiere enviar un mensaje más sofisticado, que requiere más tiempo, pero es necesario para seguir consolidando la imagen de la Argentina en el mundo.