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Vinos: nuevos Malbec que desafían a los incrédulos del terruño

Unos kilómetros de distancia pueden hacer una gran diferencia en un vino. Y una bodega lo hace bien visible en una línea donde habla mucho el terroir
28/05/2019 - 15:05hs
Vinos: nuevos Malbec que desafían a los incrédulos del terruño

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Hay una gran legión de consumidores de vinos que descreen del impacto del terruño en las características organolépticas del producto final. O, mejor dicho, que no consideran que dichas diferencias sean fácilmente perceptibles a la hora de llevar la copa a la nariz y el vino al paladar.

Tal vez porque la industria en general todavía no supo cómo llegar a ellos. O porque todavía hay mucha información circulando sin demasiado sustento científico. O, simplemente, porque se trata de un camino de "evangelización" que aún está en plena construcción.

Más allá de las causas, lo cierto es que hay una legión de incrédulos del "terroir". Y cuando llegan vinos nuevos cuyo objetivo es mostrar, justamente, esas diferencias, es una oportunidad para volver sobre estos conceptos.

Esto es un poco lo que se propuso Trivento, con su nueva línea de vinos Gaudeo: son tres ejemplares de distintas zonas de Valle de Uco, hechos por el mismo enólogo (Germán Di Césare) y con el mismo estilo pero que muestran, como es de esperar, muchas diferencias entre sí. Algunas son sutiles; otras, muy marcadas.

Según explica Di Césare, "este proyecto surge como una interpretación de la diversidad y matices del Valle de Uco", con el objetivo de crear "vinos que sorprenden con la mejor expresión de cada microterroir".

La variedad elegida fue Malbec. Y esto responde a que es una de las cepas más plásticas para reflejar sin tantas interferencias las particularidades de cada terruño.

Y, antes de arrancar con el juego de las diferencias, hablemos del hilo conductor, de los factores en común que tienen estos tres vinos: en primer lugar, son sutiles en nariz. No son vinos explosivos ni exuberantes.

En esto contribuye que hay una madera integradísima. De hecho, el roble se expresa poco y nada y no tapa a la materia prima. Esto tiene que ver con que se cría en fudres de 5.000 litros de primer y segundo uso. Estos recipientes de madera de mayor tamaño garantizan que la superficie en contacto con el vino sea menor y, por ende, también sea menor su impacto.

Siguiendo con las similitudes, todos muestran una frescura intensa y palpable. Y, muy importante, ninguno de los tres va por el camino de los Malbec golosos. Tienen un pulso más bien seco, sin resignar buena estructura en general.

¿Y qué los diferencia? Vayamos por parte:

Trivento Gaudeo Tupungato 2015

 

Está elaborado con uvas de Gualtallary. Di Césare señala que los suelos son arenosos, pobres y pedregosos, con mucho carbonato de calcio (ese componente que se asocia con la mineralidad de los vinos, si bien algunos detalles de cómo influye en los vinos están todavía en debate).

Vinos & Bodegas lo degustó y se encontró con un ejemplar bastante austero en nariz, donde hay algo de fruta, hierbas y especias. Pero, sin dudas, habla más fuerte en el paladar. Coincidimos plenamente con el enólogo: tiene muy buena estructura pero sus taninos granulosos están muy bien trabajados y le dan apoyo a este vino que tiene un desarrollo largo, con carácter, pero bien fluido. La acidez, sin ser estridente, está muy presente. La fruta roja pura manda en su medio de boca, otorgándole un gran impacto aromático, sumado a un alcohol que, al final, puede llegar a sentirse un poco. Esto le garantiza un larguísimo recuerdo.

Trivento Gaudeo Paraje Altamira 2015

 

Según el enólogo, proviene de San Carlos, donde prevalecen suelos pobres y con buen drenaje. El viñedo ya tiene unos 14 años de antigüedad.

Vinos & Bodegas lo degustó y se encontró con un ejemplar algo más expresivo en nariz, sin llegar a ser voluptuoso, con dejos a fruta roja, flores y especias. En boca, lo primero que impacta es su fruta roja intensa. Corre con un poco más de amplitud, apoyado en una energía ácida realmente vibrante. Si bien tiene pulso seco, hay un dejo apenas graso que le imprime presencia. Deja una textura rugosa muy notoria y la boca queda salivando un largo rato. Un vino que apreciarán mucho los Sommeliers y aquellos consumidores que busquen un vino con mucho nervio, frescura y carácter.

Trivento Gaudeo Tunuyán 2015

 

Proviene del distrito de San Pablo y, según el enólogo, en la finca hay mucha presencia de carbonato. En nariz es, posiblemente, el más clásico, con fruta roja, flores, algo de hierbas y notas de barrica muy sutiles. En boca tiene mucha estructura pero lo encontramos también fluido y, pese a su ímpetu, tiene algo elegante. La acidez marca un diferencial: al comienzo no se palpa tanto, pero luego avanza en un in crescendo que finaliza en una frescura casi masticable.

¿Su precio? Cada etiqueta (se consigue en vinotecas) se comercializa a un precio sugerido de $1.200.