Vinos: así es como Doña Paula redobla la apuesta por la frescura
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Si hay una bodega que desde hace años viene "evangelizando" sobre cómo los terroirs de altura del Valle de Uco dejan en los vinos una huella característica y única, es Doña Paula.
Martín Kaiser, ingeniero agrónomo y gerente Vitícola y Enológico de la bodega, es de esos profesionales apasionado por el rigor científico.
Y no solo contagia su entusiasmo para que comprendamos más sobre las características de terruños relativamente modernos para lo que es la historia del vino a nivel mundial, sino que también es uno de los responsables de que, como consumidores, entendamos más sobre qué hace especiales a los vinos de altura.
Como ingeniero agrónomo, desde hace muchos años Kaiser viene impulsando un intenso trabajo, a través de calicatas, mapeos de suelos con tecnología de punta y elaboraciones experimentales, con el objetivo de comprender cómo la interacción entre altura, suelos y tiempos de cosecha, inciden en el perfil de los vinos.
Y mucho de este trabajo, sin dudas, se fue reflejando, a través de las añadas, en la línea Estate, una de las más representativas de Doña Paula, porque le permite a los consumidores, a partir de un precio razonable, acceder a vinos elaborados a partir de una viticultura de punta.
Así, para presentar los vinos de la cosecha 2020, la bodega organizó una cata virtual, en la que también se reveló la nueva imagen de la línea, que ahora, desde la etiqueta, pone mucho más énfasis en la altura como un valor agregado.
"La línea Estate es un clásico de Doña Paula, porque es la más antigua de la bodega. Y su nombre responde a que todos los vinos están producidos con uvas propias", comenzó Kaikser.
"Para nosotros, esta línea es importante porque nos permite ofrecer vinos que tienen varios atributos, dentro de un precio razonable: buscamos que sean expresivos, que tengan sentido de lugar y que tengan un balance entre la complejidad de aromas y la textura", detalló, para luego agregar que "todo esto nos permite ofrecer vinos que acompañan bien las comidas. Por eso es fundamental el equilibrio entre acidez y madurez".
¿Y qué ofrecen estos vinos? A continuación, tres ejemplares de la línea Estate cosecha 2020 para entender cómo Doña Paula está redoblando la apuesta por vinos de perfil más fresco, pero siempre manteniendo un estilo bebible y versátil.
Doña Paula Estate Sauvignon Blanc 2020
Kaiser explicó que este Sauvignon Blanc, en un principio, provenía íntegramente de Finca Los Cerezos, ubicada en Tupungato. Sin embargo, en las últimas cosechas ganó terreno Finca Alluvia, emplazada en Gualtallary y a unos 300 metros más de altura sobre el nivel del mar. En la cosecha 2020, de hecho, esta finca participa con el 85%.
"Esos 300 metros de diferencia hacen de cada una de las fincas dos realidades totalmente opuestas. Los Cerezos tiene 6 grados más, en promedio, que Alluvia; eso es muchísimo en términos de temperatura. Antes, el vino era más exuberante en nariz pero en boca, más lineal. Ahora, Alluvia nos da más complejidad y austeridad en nariz pero con una mayor presencia en boca", resumió.
¿Qué propone? Cuando lo sirvas, posiblemente notes un juego entre las notas herbales, los trazos cítricos, que tiran al clásico pomelo pero también hacia otras frutas de perfil un poco más dulce, y algo de fruta blanca pero muy sutil, lejos de los Sauvignon Blanc que tienden al "tropicalismo". En boca exhibe una atractiva energía ácida, con una frescura que se prolonga, llegando a una sensación ligeramente mordiente. Es notable su volumen y peso, nunca flaquea.
Doña Paula Estate Malbec 2020
Además de uvas de la finca que poseen en Gualtallary, suma un componente de Finca Los Indios, en El Cepillo, ubicada más al sur, en la zona de San Carlos. La razón de por qué se optó por un blend de terroirs, según Kaiser, es que es difícil elaborar un vino 100% de Gualtallary en esta gama, "ya que te da una estructura o tanicidad que a veces se puede descontrolar. Y el aporte de Los Indios nos viene muy bien porque nos da vinos más expresivos y abiertos".
Así, el ingeniero agrónomo aseguró que a este ejemplar "lo podemos definir como un Malbec bien Valle de Uco, con algo del norte y algo del sur. Y nos encanta elaborarlo porque expresa nuestra filosofía, por el cuidado que le ponemos a los viñedos".
¿Qué busca Kaiser con esta etiqueta? El experto lo definió de una manera muy particular: "Queremos lograr un ‘efecto ¡guau!'; es decir, que genere sorpresa en la nariz por su linda fruta". En ese sentido, señaló que no es el típico Malbec promedio, que es más especiado, sino que éste tira más hacia la nota floral, que se vuelve más nítida por la menor incidencia de la madera.
¿Qué propone entonces este vino? Cuando acerques la nariz a la copa, este Malbec va a entregar una estimulante nota de frutas negras y algo de frutas rojas, bien brillantes, así como las notas florales a las que hizo referencia Kaiser (realmente se perciben). En boca es definitivamente fresco, con una textura marcada, taninos de grano fino sin aristas y un toque graso que le da presencia. Sin ser excesivo, es un vino con carácter y de largo recuerdo, gracias a esa fruta crujiente que queda latente en el paladar.
Un dato interesante: el ingeniero agrónomo de Doña Paula aseguró que es un Malbec que puede evolucionar muy bien a través de los años. Es más: habló específicamente de una década.
"Es loco pensar esto para un vino ideado para consumo más bien rápido. Esto habla de la nobleza de los taninos y de la frescura que buscamos darle", amplió.
Doña Estate Black Edition 2020
Se trata de un corte de "inspiración" bordelesa, conformado por un 60% de Malbec, 35% Cabernet Sauvignon y 5% Petit Verdot. A diferencia de las otras dos etiquetas, nace en Luján de Cuyo.
"Lo que buscamos en este vino es complejidad pero con la amabilidad que puede dar Luján de Cuyo. Podemos discutir de dónde viene el mejor Malbec, pero es difícil que haya un Petit Verdot o un Cabernet Sauvignon mejores que los de Luján de Cuyo", amplió Kaiser.
¿Qué propone? Es un vino expresivo, en el que se percibe una "puja" entre los aromas más "rojos" y los de perfil más "negro", de la mano de fruta apenas madura y un buen colchón especiado. En boca ofrece buena concentración pero, no por tener una etiqueta negra y ser un blend se puede hablar de demasiada estructura: hay balance, con ese perfil de taninos para nada extremos y tan amables a los que nos tiene acostumbrados esta zona de Luján de Cuyo. Además, sin ser filoso, está marcado por una frescura que le da vivacidad.
La cosecha 2020, que se conforma además por otras cinco etiquetas, ya está disponible a un precio sugerido de $835.
Y, como marcábamos al comienzo, esta nueva añada llega con una renovada imagen. Desde la bodega explicaron que, en el centro de la etiqueta, se destaca la representación de una montaña junto a La Cordillera "para reflejar la altitud de los viñedos como un elemento diferencial".