Los retos visuales son juegos. Así, atienden a esa parte lúdica y divertida que las personas no tienen más remedio que alimentar de vez en cuando. Son entretenimiento puro y duro, sin más pretensiones, y esas ganas de pasarlo bien representan una de las características principales que se buscan cuando se navega por Internet.

Otra de las cualidades por las que triunfan es porque retan directamente a la mente. A los seres humanos les gusta esa sensación de sentirse un poco  perdidos, pero convencidos de que hay una solución a ese enigma al que, antes o después, se llegará. En general, la satisfacción es que sea antes, por eso genera tanta ansiedad encontrar rápido la respuesta correcta. Una respuesta que, tal vez, es mucho más lógica de lo que se puede pensar.

Otra característica identifica a los retos visuales. Lo interesante es darle vueltas a una imagen, desafiarse a uno mismo, pero, al mismo tiempo, poder contar con la tranquilidad de saber que no nos jugamos nada, aporta la dosis aventurera suficiente para calmar la necesidad de desafío.

Por supuesto, también hay satisfacción al poder compartir esos retos visuales con los demás. Una vez que ya se sabe la respuesta correcta.

"Cuando el truco se ha desvelado ante nuestros propios ojos, pasamos a ser cómplices del enigma. Lo compartimos en nuestras redes y desafiamos a nuestros amigos. Como si ese juego lo hubiéramos inventado nosotros. Nos sentimos satisfechos de aportar tan ingeniosos contenidos y, claro está, si podemos, presumimos de lo sencillo que ha resultado para nosotros resolverlo", explican los expertos en este tipo de juegos.

O sea, que los retos visuales son divertidos, son ingeniosos, no requieren un lapso de tiempo demasiado largo… Todo ello les convierte en altamente virales.