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Si querés que tus hijos sean exitosos, aplicá estas 8 técnicas avaladas por la ciencia

Es probable que muchos padres se pregunten qué hacer para que sus hijos sean exitosos; por eso la ciencia se ocupó de responder esta pregunta
16/05/2021 - 12:59hs
Si querés que tus hijos sean exitosos, aplicá estas 8 técnicas avaladas por la ciencia

¿Qué hago para que mis hijos sean exitosos, o para que al menos tengan herramientas para alcanzar el éxito? Es probable que esta pregunta haya pasado por las cabezas de muchos padres y madres alrededor del mundo desde el momento en que decidieron tener un hijo. Por supuesto que nada garantiza el éxito, y hasta habría que pensar de qué se habla cuando se habla de éxito. 

No obstante, más allá de ese debate, investigadores han indicado una serie de técnicas que se pueden aplicar con los hijos para que estos tengan herramientas para alcanzar el tan anhelado éxito.

1. Cenar en familia

Según una organización sin ánimo de lucro de la Universidad de Harvard, los niños que comen en familias aproximadamente 5 días a la semana exhiben niveles más bajos de abuso de sustancias, embarazo adolescente, obesidad y depresión. También tienen medias de notas más altas, mejor vocabulario y más autoestima.

Comer en la familia es uno de los hábitos que integran este listado
Comer en la familia es uno de los hábitos que integran este listado

2. Limitar el tiempo que pasan frente a la pantalla

Los investigadores han descubierto que el cerebro de los niños pequeños se puede alterar en forma permanente cuando pasan demasiado tiempo usando tablets y smartphones. Puntualmente, señalan que este hábito impide el desarrollo de ciertas habilidades, incluido el enfoque y la atención, el vocabulario y las habilidades sociales.

En este sentido, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) afirma que los niños menores de 18 meses no deberían pasar tiempo delante de la pantalla en absoluto, más allá de las clases virtuales a las que deben someterse actualmente. Para los niños de 2 a 5 años, la entidad recomienda limitar el tiempo a una hora al día. Para los niños mayores de esa edad, es una cuestión de asegurarse de que los medios no reemplacen el sueño, el ejercicio y la interacción social adecuados. La AAP también insta a los padres y madres a que la mesa de la cena, el auto y los dormitorios sean zonas libres del uso de estos dispositivos.

3. Trabajar fuera de casa

Existen beneficios familiares si uno de los dos padres está siempre en su casa, sobre todo cuando es amo o ama de casa. Sin embarfo, los investigadores de la Escuela de Negocios de Harvard han descubierto que cuando las madres trabajan fuera del hogar, hay más probabilidades de que sus hijas e hijos hagan lo mismo, tengan funciones de supervisión y ganen más dinero que compañeros cuyas madres no tienen carreras.

4. Hacerlos trabajar

En una TED talk de 2015, Julie Lythcott-Haims, autora de How to Raise an Adult (Cómo criar a un adulto) y exdecana de estudiantes de primer año en la Universidad de Stanford, cita el Estudio de becas de Harvard, que descubrió que los participantes que lograron el mayor éxito profesional realizaban tareas cuando eran niños.

5. No gratificarlos en exceso

El clásico experimento de la golosina de 1972 consistía en colocara algo frente a un niño pequeño, con la promesa de darle otra si aguantaba 15 minutos sin tocarla golosina mientras el investigador salía de la habitación.

Los estudios de seguimiento durante los siguientes 40 años concluyeron que los niños que resistían la tentación de comerse la golosina crecían hasta convertirse en personas con mejores habilidades sociales, mejores notas y una menor incidencia de abuso de sustancias. También resultaron tener un índice más bajo de obesidad y mejor capacidad para lidiar con el estrés. Para ayudar a los niños a desarrollar esta habilidad, lo ideal es enseñarles a tener hábitos que deben cumplir todos los días, incluso cuando no tengan ganas de hacerlo.

Se debe enseñar a los niños a tener hábitos
Se debe enseñar a los niños a tener hábitos que deben cumplir todos los días

6. Leerles

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York han descubierto que los bebés cuyos padres les leen tienen mejores habilidades de lenguaje, alfabetización y lectura temprana antes de comenzar la escuela primaria. Y los niños a los que les gustan los libros cuando son pequeños se convierten en personas que leen por diversión más adelante, lo que tiene sus propios beneficios. Eso es según la Dra. Alice Sullivan, que ha utilizado el British Cohort Study para comparar varios aspectos de 17.000 personas en Reino Unido.

7. Incentivarlos a viajar

La Asociación de Viajes para Estudiantes y Jóvenes (SYTA, por sus siglas en inglés) encuestó a 1.432 profesores de Estados Unidos que opinan que los viajes internacionales, en particular, tienen efecto en los estudiantes de muchas maneras:

  • Deseo de viajar más (76%)
  • Mayor tolerancia a otras culturas y etnias (74%)
  • Mayor disposición a conocer / aprender / explorar (73%)
  • Mayor disposición a probar diferentes alimentos (70%)
  • Mayor independencia, autoestima y confianza (69%)
  • Más curiosidad intelectual (69%)
  • Mayor tolerancia y respeto (66%)
  • Mejor adaptabilidad y sensibilidad (66%)
  • Ser más extrovertido (51%)
  • Mejor autoexpresión (51%)
  • Mayor atractivo para las admisiones universitarias (42%)

8. Dejar que cometan errores

Si bien puede parecer contradictorio, es una de las mejores cosas que pueden hacer los padres. Según la Dra. Stephanie O'Leary, psicóloga clínica especializada en neuropsicología y autora de Parenting in the Real World: The Rules Have Changed (Crianza de los hijos en el mundo real: las reglas han cambiado), el fracaso es bueno para los niños en varios niveles.

Primero, experimentar el fracaso ayuda a aprender a sobrellevar la situación, una habilidad que sin duda es necesaria en el mundo real. También le proporciona la experiencia de vida necesaria para relacionarse con sus compañeros de una manera genuina. Ser desafiado también inculca la necesidad de trabajar duro y esforzarse.

Con el tiempo, los niños que han experimentado la derrota desarrollarán su capacidad de recuperación y estarán más dispuestos a intentar llevar a cabo tareas y actividades difíciles porque no tienen miedo de fallar. Por el contrario, protegerles del fracaso les lleva a pensar que no confías en ellos.

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