"Verdaderamente, no es lo mismo haber escuchado a Freddie Mercury con Queen en 1981 que el desastre que armaron con el recital del Duki en octubre. Parecía una zona de guerra. Pirotecnia, un sonido que saturaba, vidrios y paredes que vibraban, la gente vagando por las calles aledañas al estadio sin poder entrar, ensuciándolo todo, durante esos días nadie pudo dormir en el barrio, somos todos gente de laburo", explicó Jorge Lamanna, vecino del estadio, que, con 63 años, pudo escuchar al recordado Freddy Mercury a comienzos de la década de los ‘80.

No es casual que Vélez se haya convertido en uno de los escenarios más requeridos del país en materia musical. El aforo, la acústica adecuada, la comodidad en los ingresos y la rapidez para la desconcentración por su ubicación privilegiada son los argumentos que esgrimen los productores para escoger al estadio José Amalfitani.

Pero en los últimos tiempos la felicidad y entusiasmo de los asistentes a los shows es inversamente proporcional a la bronca y desazón de los vecinos del club.

La Ciudad limitará recitales a cielo abierto: las causas

"Vélez y la Comuna 9 estuvieron ausentes durante los recitales de Duki y Daddy Yankee y la policía miró para otro lado. La única que se mostró activa fue la productora, que se ocupaba de su negocio. A Vélez sólo le interesa la plata, se desentiende de los inconvenientes que estos recitales le generan a los vecinos", sostuvo el arquitecto Alejandro Ruggiero, vecino de Barragán al 100, y referente de la comunidad barrial en Liniers Norte.

Ahora bien, el reciente rebrote de casos de Covid-19, enciende las alarmas en las oficinas de los ejecutivos de las productoras nacionales. Por el momento no se limitaron los recitales en espacios cerrados pero "nadie puede saber cómo se desarrollará esta epidemia maldita" afirmaron desde la cámara empresarial que los reúne.

Además, en tiempos estivales, los recitales a cielo abierto continúan siendo una alternativa sumamente válida para evitar posibles contagios, y, así parece haberlo entendido el propio ministro Avogadro que desde su gestión cultural está difundiendo recitales y encuentros artísticos a cielo abierto para vivir el verano como los que auspicia en Palermo o en la Usina del Arte entre otros centros culturales.

Recitales como el de Coldplay y Duki provocaron numerosos reclamos de vecinos por la contaminación acústica.

A pesar de esta política desplegada desde el gobierno de la Ciudad, los certificados de aptitud ambiental, documentos necesarios pero no excluyentes para realizar recitales, brillan por su ausencia en las oficinas de los clubes de fútbol y otros espacios privados con terrenos a cielo abierto.

Estos certificados los libra la agencia de protección ambiental (APRA) luego de analizar el impacto ambiental, presente o futuro de un proyecto determinado. De hecho, cualquier emprendimiento que esté previsto realizarse en la ciudad debe obtener el Certificado de Aptitud Ambiental antes de su ejecución.

Pues bien, esto no sucedió en el caso de los recientes recitales realizados en Vélez Sarsfield. Ni tampoco en los convocantes shows de la banda británica Coldplay en River Plate.

La información recabada indica que River Plate opera con el Certificado de Aptitud Ambiental vencido. Con respecto a los usos que tenía habilitado ninguno de ellos correspondía a recitales o megaeventos musicales.  

El Observatorio publicó que "con relación al Estadio de River Plate, la Agencia de Protección Ambiental nos informó que: Por Expediente N° 28626/2008 se inició el trámite a fin de obtener el Certificado de Aptitud Ambiental para las actividades: "Club Atlético River Plate". Rubros según normativa vigente: "Estadio (800.230)"; "Club social, cultural y deportivo (instalaciones cubiertas) (800.181); "Club deportivo con instalaciones al aire libre (800.191)"; "Escuela primaria (700.040)"; "Escuela de educación media (700.050)" que se desarrolla en el predio sito en Av. Pte. Figueroa Alcorta N° 7597, en cumplimiento con el procedimiento técnico administrativo establecido en el Artículo 40° del Régimen de Adecuación de la Ley N° 123. Con posterioridad, dichas actuaciones fueron digitalizadas en el Expediente N° EX-2015-33898989-MGEYA-DGET, por el cual se continúa con dicha actuación. Por Informe N° IF-2021-20758606-GCABADGEVA de fecha 13 de Julio, se reiteró la intimación al titular para la presentación de documentación faltante, la cual fue respondida por el requirente mediante RE-2022-25509796-GCABA-APRA. Luego, en fecha 26/07/2022 se realizó un nuevo requerimiento de documentación el cual fue respondido mediante RE-2022-29674652-GCABA-APRA."  

El Certificado vencido no es patrimonio del club millonario solamente. Vélez Sarsfield albergó a Daddy Yankee de la misma manera.

Larreta decidió calmar los reclamos vecinales, poniéndole un límiete a recitales a cielo abierto.

La información consultada indica que la Agencia de Protección Ambiental, "Mediante Expediente Nº 73670/2007 tramitó el Certificado de Aptitud Ambiental Nº 16.747 de fecha 6 de Febrero del 2012, para las actividades: "Estadio y Campo de deportes del Club Atlético Vélez Sarsfield". Rubros según normativa vigente: "Restaurante, cantina (602000). Café Bar (602020). Parrilla (602060). Confitería (602070). Club Social, Cultural y Deportivo (Instalaciones cubiertas) (800181). Club deportivo con instalaciones al aire libre (800191). Estadio (800230). Natatorio (800420)", que se desarrolla en Av. Juan B. Justo N° 8900/ 9200 (Distrito de zonificación: E4-60), sobre una superficie total de 184.749 m² y bajo la titularidad de Club Atlético Vélez Sarsfield Asociación Civil, en los términos establecidos en el Régimen de Adecuación, Artículo 40° de la Ley N° 123. Dicho Certificado fue otorgado por Resolución N° 017-APRA-12, resultando las actividades categorizadas como de Impacto Ambiental Con Relevante Efecto y contando con una vigencia de 4 (cuatro) años.

La ONG Observatorio de la Ciudad relevó que el "GCBA está autorizando megaeventos sin exigir que se sometan al procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental para las actividades con 'relevante efecto', que implica la realización de un Estudio de Impacto Ambiental, la convocatoria a Audiencia Pública y la Declaración de Impacto Ambiental", explicaron en un comunicado.

"De esta forma, los recitales en el Campo Argentino de Polo y en el Hipódromo de Palermo están siendo cuestionados en la justicia. Recientemente, residentes aledaños al Estadio de Vélez Sarsfield padecieron la contaminación sonora del recital de Duki el 6 y 7 de octubre pasado", explicó Jonatan Baldiviezo, titular del Observatorio, que además explicó, "... La intensidad de la música no tiene forma de ser mitigada en espacios abiertos, porque no hay posibilidad de insonorizar el espacio. Entonces, la fuerte contaminación sonora es inevitable".

Las quejas de vecinos por recitales llegaron hasta el despacho de Larreta

Indudablemente, estas cuestiones llevaron a la gestión de Horacio Rodríguez Larreta a bajar la exposición a las críticas de los vecinos por las autorizaciones para realizar recitales a cielo abierto, a pesar que se están constituyendo como una de las maneras más eficaces para prevenir contagios de Covid-19 y saciar las expectativas de miles de consumidores de espectáculos musicales.

Hasta el momento, la Ciudad de Buenos Aires, sólo le aprobará 8 fechas al club de Liniers a pesar de que la ley Nª 5641 de noviembre de 2016, que regula los eventos masivos, entendiendo como tales a los espectáculos y diversiones públicas de carácter eventual, le permite hasta 12 eventos anuales previa presentación de un plan de acción.

Por el momento, ni siquiera los vecinos más molestos con la realización de los recitales plantean que no se los realicen.

Los clubes siguen recibiendo artistas, pero no cuentan con la documentación y certificados correspondientes.

El periódico local Cosas de Barrio entrevistó a los vecinos más molestos que expresaron, "Nosotros no nos oponemos a que se hagan recitales en Vélez, simplemente pedimos que el Gobierno de la Ciudad haga cumplir las normas, por ejemplo, que se corten las calles como corresponde y que esos cortes se anuncien y se publiquen previamente, que se brinde seguridad, higiene y que, una vez terminado el recital, se realice una limpieza adecuada", puntualiza Alfredo Gegundez.

Luego explicó que "con los recitales de Daddy Yankee y Duki la zona fue un desastre: desviaron el tránsito sobre la calle Fragueiro hacia Juan B. Justo y las motos circulaban por las veredas. Además, teníamos gente desde las 8 de la mañana haciendo fila para entrar. No había baños químicos y algunos orinaban contra las paredes. Se observaban conexiones de electricidad irregulares, tomando energía de los postes de la calle. De casualidad no quedó nadie electrocutado. Había muy poca policía y el personal de seguridad era el de la productora, cosa que no está permitida. Las veredas de Juan B. Justo estaban intransitables por la cantidad de autos estacionados. El barrio quedó hecho un caos".

Gegundez se detuvo en el tema de la pirotecnia. "Las bombas de estruendo fueron terribles. Tenemos un vecino con el hijo autista que sufre muchísimo esas explosiones, lo mismo ocurre con las mascotas y las personas mayores. Supongo que alguien debe estar haciendo negocio con eso y nosotros lo padecemos", especuló.

Desde la conducción del club se informó que hubo reuniones con los vecinos del barrio y quedó registrado que tras el recital de Ciro y los Persas, el club cumplió con su parte de lo acordado en la reunión.

Esa vez no hubo pirotecnia, el sonido volvió a estar acorde al del resto de los recitales y se realizaron las tareas de limpieza comprometidas.

A pesar de esta buena letra, el club de Liniers, no está logrando ocupar el calendario con nuevas fechas para el 2023, actividad que necesita para sanear las finanzas de la institución deportiva.