El mantenimiento periódico de un vehículo es fundamental para circular con mayor seguridad, y más allá de los gastos básicos como seguro, patente, hacer el service y mantener al vehículo limpio, el cambio de líquidos o la revisión de determinados componentes, es imprescindible no dejar para último minuto acciones tan básicas como cargar combustible.

Circular con el depósito en reserva tiene consecuencias perjudiciales para el vehículo, para la seguridad de quienes van en el auto y la del resto de usuarios de la vía.

Este elemento se encarga de succionar el combustible del depósito y transportarlo a través del circuito del motor a los cilindros. Para realizar este proceso, el nivel de carburante debe de ser suficiente sino la bomba tendrá que realizar mucho más esfuerzo y el desgaste será mayor. Asimismo, si no hay suficiente combustible no lubricará y enfriará suficientemente a la bomba y esto puede llevar a provocar una avería en este componente, que, según el RACC, tiene un coste de reparación muy elevado.

La falta de líquido hace que se concentre una mayor cantidad de oxígeno en el tanque y que se quemen las impurezas que se concentran en el fondo del depósito, provocando que estas vayan a parar al motor. Si bien es cierto que el filtro de combustible se encarga de tomar parte de estas partículas, hay sustancias como "las parafinas que pueden llegar al sistema de inyección, dificultando la labor de los inyectores o gripando parte de ellos".

Andar con la reserva del auto puede causar graves problemas.

Asimismo, cabe destacar que con el depósito vacío la evaporación del líquido es mayor, por lo que el rendimiento disminuye y el consumo de combustible aumenta.

Quedarte tirado

Gracias al cuadro de instrumentos del auto, esas luces que se encienden en ocasiones tras el volante, podemos saber qué incidencias mecánicas se producen en el vehículo y solucionarlas. Uno de los testigos luminosos es el que nos avisa de cuándo el depósito entra en reserva, señal de que debemos acudir lo antes posible a una estación de servicio.

Lo primero que se nota es que el auto da tirones y se ahoga. Entonces, se deben activar inmediatamente las luces de emergencias y dirigirse con precaución a una zona segura fuera de la ruta y detener el vehículo.

Para evitar problemas con el auto, es mejor siempre tener combustible.

A continuación, el conductor deberá advertir a los demás usuarios de la vía sobre la presencia de su vehículo averiado en la vía pública con la colocación de los triángulos de señalización. No hacerlo conlleva una multa.

Si el seguro no cubre esta incidencia se deberá ir caminando hacia la estación de servicio más cercana, comprar combustible y trasladarlo en un recipiente adecuado para poder cargar el tanque de combustible.

Otro dato a tener en cuenta: muchas veces el vehículo informa la autonomía que tiene pero no siempre hay que confiarse en eso, porque suele haber errores y lo que decía 50 kilómetros de combustible se convierte en mucho menos en la práctica, o si agarra un congestionamiento de tráfico, hay que acelerar y frenar más veces y eso hace que se gaste más.