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Para Matías Rajnerman, todos los caminos llevan al endurecimiento del cepo

El economista jefe de Ecolatina cree que se puede estabilizar el frente financiero, pero que el BCRA no puede convivir con este nivel de demanda de divisas
23/08/2020 - 06:40hs
Para Matías Rajnerman, todos los caminos llevan al endurecimiento del cepo

Matías Rajnerman es el economista jefe de la consultora Ecolatina. Desde el vamos advierte que la situación financiera luce apremiante por la fuerte demanda de divisas de parte de ahorristas convencidos de que habrá una devaluación.

Sin embargo, Rajnerman cree que si el Gobierno supera las próximas semanas podría tener buenas noticias en el mediano plazo, que el economista mide en meses.

Lo interesante es que propone algunas ideas para llegar a la otra orilla, sin que sea necesario una devaluación abrupta. Y no siquiera una aceleración de las mini devaluaciones diarias que realiza el Banco Central.

A continuación, los principales tramos de la charla con iProfesional.

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Matías Rajnerman, analista de Ecolatina, advierte sobre las amenazas para un deterioro de la estabilidad financiera

-¿Cree, como dice el Gobierno, que la oficialización del acuerdo con los acreedores logrará revertir la dinámica pesimista en el mercado?

-Soy optimista. Va a permitir que en el mediano plazo, en unos meses, baje la incertidumbre. El problema es que hoy la situación luce insostenible: las Reservas netas se encuentran por debajo de los u$s10.000 millones y las compras mensuales de divisas por parte de los pequeños ahorristas ya alcanza al 10% de ese total. Los resultados del canje no va a tener un impacto positivo inmediato en la sociedad, que va a seguir dolarizándose.

-La expectativa del Gobierno es que, más que frenar la demanda en el corto plazo, crezca la oferta de divisas después del canje. ¿Puede que sea así o luce demasiado optimista?

-Sería cauto. En un contexto de cepo, un escenario de "carry trade" no tiene sentido. Puede haber oferta de divisas pero recién a partir de 2021.

-¿Y entonces cómo queda el esquema para el corto plazo, que es lo que todos estamos observando con preocupación?

-La primera semana de septiembre será complicada. También creo que un eventual endurecimiento del cepo no puede anunciarse con antelación, ya que se generaría un efecto estampida y subiría la brecha inmediatamente.

-¿Y entonces? ¿Esta situación es insostenible?

-Hay tres cosas que están pasando en este contexto: una demanda de divisas muy grande, un valor del dólar y un status de cepo que no pueden convivir. Uno de las tres variables tiene que ceder. Esto es: o se endurecen las restricciones; o sube el dólar; o se relaja la demanda de divisas. Este último punto yo creo que se dará en algunos meses, cuando haya menos incertidumbre.

-¿Cuál sería la manera de calzar esa mejor expectativa a mediano plazo con el corto?

-Yo intentaría con una suba de las tasas de interés. Podría ayudar a reducir el apetito dolarizador. Es verdad que el rendimiento de los plazos fijos está por encima de la inflación, pero de la inflación de cuarentena; que no toma en cuenta la aceleración inflacionaria de los próximos meses. Lamentablemente, la incertidumbre es muy grande que obliga a una tasa más elevada de la que tenemos hoy en día.

-¿Y cómo resolvería la inconsistencia de las tres variables juntas: la demanda de dólares, el cupo y el precio del dólar, que usted planteaba?

-Se podría suspender la compra de dólares "oficiales" hasta fin de año, por ejemplo. Una medida transitoria, por una situación excepcional. Se daría un escenario con algo más de previsibilidad. Con la idea de que la brecha debería bajar después de este período. Se trata de minimizar los daños, y una medida de este calibre lo lograría. Es una medida antipática, pero no estamos eligiendo cómo hacer para crecer más sino cómo hacer para caer menos.

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Para Rajnerman, el manejo que haga el Banco Central de la liquidez monetaria será un factor clave a monitorear en los próximos meses

-Algunos economistas plantean que lo mejor sería acelerar el "crawling peg". ¿Usted también?

-Podrían hacerlo. El problema es que por este camino -en lugar de ajustar por las cantidades- tiene un impacto más recesivo y más regresivo hacia la sociedad. En este contexto, acelerar el ritmo de devaluación no sería una buena idea. Porque, además, se alentaría a más gente a comprar el cupo de u$s200.

-¿O sea que su propuesta sería algo así como aguantar estos próximos meses porque hay una salida a la vista?

-Suponiendo, claro, que la expansión del Covid-19 no se agrava, creo que efectivamente, habrá una mejora de la economía. Que lo peor ya pasó. Para que esa mejora se perciba todavía falta. Y falta bastante.

-¿Cómo sería eso?

-Una economía sin el condicionamiento de los rumores por la escasez de Reservas. O con problemas con el cepo. Con una brecha más baja que no presiona al tipo de cambio.

-¿Por qué piensa que vamos a llegar a ese momento, que ahora luce inalcanzable?

-Porque lo que vemos ahora tiene que ver con un escenario muy complicado: tanto por la emisión récord y la expansión del rojo fiscal por la pandemia. Y la incertidumbre por la negociación con los bonistas, que está a punto de despejarse. Ahí estuvieron los problemas. Si la economía vuelve a andar, la situación se va a acomodar y a relajarse.

-¿Cómo percibe la dinámica inflacionaria?

-Julio fue el último mes con una inflación mensual por debajo de dos. Me animo a decir que vamos hacia una inflación mensual por encima del 2,5%.

-Algunos colegas suyos plantean que estará más cerca de 4%, y más también. ¿No lo ve así?

-La clave estará en la cuestión salarial. En la puja distributiva. El Gobierno mencionó una buena alternativa para zanjarla: el diálogo de precios y salarios. Algo que deberíamos esperar más cerca de fin de año, cuando se afiance la idea de una normalización.

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