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Indignación: así le contestó el ex ministro de Agroindustria al Presidente sobre la posibilidad de aumentar las retenciones

Buryaile señaló que los productores agropecuarios "no son formadores de precio" y no tiene poder para influir en impuestos ni supermercadistas
07/02/2021 - 20:40hs
Indignación: así le contestó el ex ministro de Agroindustria al Presidente sobre la posibilidad de aumentar las retenciones

La relación entre el campo y el gobierno está tirante, luego de que el presidente Alberto Fernández lanzara la advertencia de que podrían aumentar las retenciones o poner un cupo a las exportaciones, en respuesta a los aumentos de precios, y si los productores no cumplen con las regulaciones establecidas por el Estado.

Los comentarios fueron rechazados por distintos referentes del campo y hasta fueron objeto de una carta abierta firmada por el diputado nacional por Formosa (UCR) Ricardo Buryaile, que se difundió en redes sociales.

El Presidente advirtió que podría subir las retenciones si no cumplen acuerdo de precios

Allí, Buryaile señaló que los productores agropecuarios "no son formadores de precio". "¿Cómo puede pedirle al primer eslabón que determine el precio que paga el consumidor cuando ni siquiera puede incidir en el propio precio al que vende su producción?", se preguntó el exministro de Agroindustria.

Según el exministro, el productor agropecuario "no tiene capacidad de influir en los impuestos nacionales y provinciales, en el precio del transporte y mucho menos en las utilidades que reciben los intermediarios y supermercadistas". Buryaile apuntó contra el presidente Fernández y dijo: "Está escondiendo la intención de recaudar 400 millones de dólares adicionales a los más de 10.000 millones de dólares que va a recaudar en 2021 por las retenciones".

Para concluir, Buryaile señaló que la imposición de políticas de este estilo sería un regreso a la "tristemente famosa ONCCA-Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario". "Fue un antro de discrecionalidad y corrupción; esa política ya fracasó", sostuvo, y subrayó:"A los únicos que benefició fue a los grandes exportadores, es como poner a un zorro a cuidar un gallinero, porque lo primero que sucede cuando se establecen cupos es la depresión de los precios internos, lo que lleva a los productores a mal vender sus productos a los exportadores quienes, cuando logran acceder a un cupo, venden todo a precio pleno.

"Señor Presidente, es hora de plantear una política económica, fiscal y monetaria seria para luchar contra la inflación en lugar de poner como enemigos número uno de la sociedad a los productores agropecuarios", cerró Buryaile.

Exportación de soja: ¿cuánto reciben los productores?

En las últimas semanas el precio de la soja subió a alrededor de los u$s500 y por la tonelada para la posición Marzo21, el productor que vende soja recibe por cada tonelada exportada cerca de $27.000, descontando derechos de exportación y fletes.

En Rosario, el valor de la soja disponible ronda los  u$s325. A esta cifra, se le debe descontar unos u$s20, el costo de un flete de 250 kilómetros. De esta manera, a valor de dólar oficial, el productor cobra por cada tonelada unos $26.320. En materia impositiva, y de acuerdo al último informe elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), de cada $100 que los productores generan en soja, en manos del Estado quedan $64,4.

En materia de exportaciones para la presente campaña, si bien el clima recortó las estimaciones de cosecha de la oleaginosa en unos tres millones de toneladas, la recomposición en los precios internacionales permitirá sostener los ingresos por exportaciones de este grano.

De acuerdo a estimaciones elaboradas por el consultor Pablo Adreani, y con una soja a u$s500 la tonelada, en 2021 la cadena de valor del cultivo generará divisas por u$s19.555 millones, que representa un aumento de u$s2.494 millones en relación al año pasado. De las estimaciones para este año, se espera que la harina de soja aporte u$s11.825 millones, el aceite u$s5.520 y el grano u$s2.610.

Se espera que China importe 98,1 millones de toneladas de soja en la campaña 2020/21, por encima de las previsiones anteriores de 95,1 millones de toneladas, en medio de una creciente demanda para producir harina de soja destinada a la alimentación de animales de granja.

Los que suscriben la teoría de que Dios es argentino tuvieron en las últimas horas nuevos motivos para confirmar sus creencias: en medio de una temporada de sequía, por fin llegaron las lluvias, y lo hicieron de forma pareja en toda la zona productiva agrícola, poniendo en duda los pronósticos negativos sobre un recorte en la producción para esta campaña.

Las lluvias no solamente se dieron en el núcleo sojeros (Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe y norte de Buenos Aires) sino también en el norte, que venía afectado por la falta de agua y donde había más dudas sobre un recorte en la siembra.

Para mejorar el cuadro, la lluvia en Argentina se da en simultáneo con la continuidad de sequía en otras regiones del mundo, lo que implica que seguirá habiendo problemas en la oferta global y, por ende, el precio continuará con su empuje al alza. Ya bien despegado del límite simbólico de los u$s500 millones por tonelada, los expertos del sector esperan ahora que el grano se ubique en la zona de u$s507.

"Las condiciones del tiempo volvieron a inestabilizarse, esta vez de la mano del avance de un sistema frontal, el cual se prevé tenga un recorrido completo hacia el norte del país con lluvia generalizadas a su paso", informó la Bolsa de Comercio de Rosario. Esa frase, que en pleno enero puede provocar la irritación de los turistas, sonó como música a los oídos de los productores y, sobre todo, de funcionarios del área agrícola, preocupados por saber cuántas divisas aportará el campo en un año crucial.

De hecho, en los últimos días, la probabilidad de una sequía severa había hecho que los expertos pusieran en revisión sus pronósticos de producción para este año, sobre todo por la afectación que podrían sentir regiones como el NEA y el centro y norte de la Mesopotamia, que a esta hora están recibiendo lluvias en un momento crucial para los cultivos de maíz y de soja.

La llegada de las lluvias trae nuevamente optimismo sobre que este año pueda darse un salto exportador en el rubro agrícola
La llegada de las lluvias trae nuevamente optimismo sobre que este año pueda darse un salto exportador en el rubro agrícola

Un entorno global que ayuda

Como contrapartida, en Estados Unidos las autoridades alertaron por la falta de lluvias, lo cual las llevó a una revisión a la baja en términos de producción. Dado que tiene un compromiso de un alto nivel de exportación al mercado chino, los expertos especulan con la posibilidad de que Estados Unidos pueda quedarse sin stock para abastecer su propio mercado interno.

Ante lo cual, la posibilidad de que se demande producción argentina para el país de norte adquiere mayor probabilidad. En un momento en el que la caja del Banco Central se transformó nuevamente en el principal indicador económico a monitorear, el hecho de que aumente la probabilidad de ingreso de dólares es una de las noticias más relevantes.

A esta situación se le agrega un dato de exportación brasileña menor al esperado. Y, cómo no, también las noticias de conflictos sectoriales que llegan desde Argentina -tanto las huelgas portuarias de fin de año como la renovada vocación intervencionista del Gobierno para trabar exportaciones- hacen que en el mercado de Chicago la tendencia siga con precios al alza.

"No hay nada en los gráficos que les indique a los fondos que se retiren de su apuesta alcista en este momento, y no se espera que esto cambie hasta que al menos el mercado observe los números del USDA el próximo martes. Y es posible que aun ni con ese informe cambien radicalmente las circunstancias, ya que las expectativas señalan una mayor demanda tanto de maíz como de soja conforme a una menor oferta en USA", afirmó en su último informe Celina Mesquida, experta de la firma RJ O’Brien.

La apuesta a la soja salvadora

Lo cierto es que en la planificación financiera de 2021 ya se cuenta con el aporte de la exportación agrícola como uno de los motores de la recuperación. Un informe de la Fundación Mediterránea indica que, salvo que se dieran eventos climáticos sumamente desfavorables, el país podrá completar la superficie prevista, y vender a precios que no se veían desde 2014.

En un escenario promedio, esto implicaría que el campo aportaría u$s31.100 millones, una mejora de u$s4.600 respecto del 2020. Y en el mejor de los casos, esos números podrían estirarse hasta u$s6.500 millones.

Pero hay cifras incluso más optimistas. Como las de la Bolsa de Comercio de Rosario, que calcula que con el empuje que están experimentando los precios a nivel internacional, la exportación argentina podría llegar a u$s34.896 millones, lo que implicaría más de un 30% de incremento sobre las divisas que dejó el campo en 2020.

En términos de volumen, el informe del a Bolsa rosarina prevé que los rubros líderes sean la harina y pellets de soja, seguidas por el aceite de soja y finalmente el poroto de soja. En total, el complejo sojero aportaría u$s21.825 millones.

En cuando a la cadena de maíz, hoy en el candelero por la polémica restricción de exportaciones que impuso el Gobierno, es estima que podría aportar ingresos por u$s8.704 millones, mientras que el trigo ocuparía el tercer lugar con ventas por u$s3.255 millones.

Claro que todas estas proyecciones están realizadas tomando como base los valores de mercado actuales, pero hay quienes argumentan que están dados los factores como para una mejora en los precios: por el lado puramente agrícola, la cuestión climática y el incremento de la demanda china. Y por el lado financiero, la perspectiva de debilitamiento del dólar, que hace que los inversores tiendan a refugiarse en otros activos, lo cual pone mayor presión al precio de los commodities.

¿Un nuevo "viento de popa" cuando faltan dólares?

A primera vista, Argentina debería festejar la situación internacional que lo pone otra vez ante la perspectiva de un año con "viento de popa". Sobre todo porque esas divisas extras coinciden con la necesidad de un Banco Central con la caja exhausta.

La compra de dólares que pudo realizar en la tregua findeañera de diciembre -cuando el mercado se desprende de divisas por mayor necesidad de pesos- le permitió recomponer u$s758 millones. Un festejo que podría ser efímero en la medida en que los dólares paralelos recuperen empuje en las próximas semanas y si se toma en cuenta que las reservas de u$s39.400 millones dejan apenas un nivel neto de u$s1.500 millones para enfrentar una eventual corrida.

Por otra parte, según una estimación del economista Esteban Domecq, aunque la cuenta corriente -es decir, la diferencia entre los dólares que entran y los que salen- sigue dando un resultado positivo por u$s3.100 millones, el número se torna negativo cuando se considera la cuenta financiera: por pagos al exterior, en 2020 salieron u$s5.100 millones, a lo que se debe sumar la "fuga" de ahorristas por u$s3.040 millones.

Y el gremio de los economistas no cree que las perspectivas luzcan más prometedoras para este año. Por lo pronto, nadie cree que exista margen como para liberar el cepo cambiario sin que se corra el riesgo de una devaluación violenta.

El Gobierno se fijó un objetivo de que la balanza comercial deje un superávit de u$s10.000 millones, una meta ambiciosa, dado la forma en que están creciendo las importaciones, y que únicamente luce alcanzable en la medida en que continúen las restricciones que ya insinuó el Banco Central para la compra de bienes "suntuarios".

Pero aun con el aporte del campo, hay que hacer frente a pagos financieros -unos u$s10.000 millones, si se incluyen vencimientos con el FMI que probablemente sean pospuestos-, a lo que se debe agregar importaciones por al menos u$s48.000 millones -según el consenso REM del mercado-, más obligaciones financieras de empresas privadas. Y, claro, la formación de activos externos -la clásica "fuga" de capitales- que suele intensificarse en años electorales y difícilmente baje el nivel de u$s3.000 millones registrado en 2020.

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