El economista Daniel Artana estimó "una inflación anual del 70%" para 2022
El economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Daniel Artana habló sobre la situación económica del país, las proyecciones para el mes siguiente y lo que queda del año. El panorama no es bueno: la inflación seguirá punzando en el bolsillo de los argentinos.
Según explicó Artana, el índice de 2022, de acuerdo a sus estimaciones, rondará el 70%. Un récord sin precedentes en los últimos años. Mientras que en lo inmediato, se espera que el mes de abril deje aumentos altos, pero menores que en marzo, cuando el IPC del Indec dio 6,7%.
"Nosotros creemos que será más baja que marzo, lucía alrededor del 5%, pero falta una semana. En cualquier caso es una inflación estrafalaria. Calculamos que este año la inflación quedará en 70%", dijo en declaraciones al programa radial Sábado Tempranísimo.
El economista de FIEL elaboró una explicación para estos números en rojo: "La preocupación central pasa por la inflación, se ha recuperado la actividad tras la pandemia. Cuando el gobierno se mandó la fiesta monetaria y fiscal del año pasado hizo saltar la inflación de este año".
Y siguió: "Cuando pisaste precios en algún momento tienen que compensar cosas que no hiciste antes, por eso entiendo el aumento de las prepagas. Algo parecido pasa con las tarifas que aumentaste un 9% con 50% de inflación".
Para Artana, sin embargo, hay un índice intangible que provoca aún más incertidumbre económica que la inflación: "La gente no toma decisiones mirando la inflación hoy sino que proyecta de acuerdo a lo que hace el gobierno, y el gobierno no es claro, por eso es importante la previsibilidad".
La inflación de abril
Los datos de inflación alarman a los analistas, sobre todo después del 6,7% registrado en marzo, la cifra histórica mensual más alta en 20 años. Ahora, advierte que en abril puede arrojar un número bastante elevado.
Todo en un marco en el que el dólar, por el momento, se encuentra en un valor controlado, las señales de crecimiento son muy difusas y las negociaciones salariales toman temperatura.
De acuerdo con el último informe de la consultora LCG, fundada por el economista Martín Lousteau, el registro de inflación de abril estará "por encima" del 5%.
"En cualquier circunstancia, ese dato será difícil de procesar. Podrá ser presentado como una desaceleración respecto al 6,7% de marzo, pero en el gabinete económico seguirá preocupando. Es que ya deja un piso de inflación del 65% a 70% para 2022, incluso cuando desacelere por debajo del 4,5%", alerta el estudio.
Por lo tanto, para los economistas de LCG, esta situación obligará al Banco Central a realizar otra suba de la tasa de interés en mayo, "algo que no va en la dirección que pretendía el Gobierno: camuflar el ajuste con el relato de la recuperación maquillada de crecimiento".
Por otro lado, afirman que la inflación en estos niveles "no permite" una recomposición salarial importante, y la única ancla nominal estricta que le queda al Gobierno, sin desviarse del acuerdo con el FMI, "es justamente el salario".
Inflación, costos políticos y acuerdo con el FMI
Toda esta situación, para los analistas, "pega de lleno en el ´proyecto´, en las chances electorales del oficialismo y en el malestar interno de la coalición, y, además, claro, en la actividad".
En resumen, para los próximos meses, a todo este escenario de inflación muy alta y salarios que van por debajo de los precios, se le suman las revisiones del Fondo Monetario.
"Luego de la revisión de mayo del FMI, el Gobierno posiblemente se enfrente al dilema de traicionar o no el acuerdo", alertan desde LCG.
A respecto, consideran estos economistas que "la clave" es el ritmo de movimiento del tipo de cambio nominal.
Dólar y suba de tasas de interés
Hasta el momento, opinan los expertos que el Banco Central estuvo convalidando una suba de la tasa de depreciación del peso, "pero difícilmente quiera aceptar un ritmo devaluatorio en torno al 5% o 6% mensual por mucho tiempo. Más en este contexto".
Así, sostienen que la autoridad monetaria "tendrá la excusa de que no hay una meta cuantitativa de tipo de cambio real, pero sí hay una meta de reservas internacionales".
El problema que se plantea es que el objetivo de aumentar la cantidad de dólares que posee el Banco Central "será difícil de cumplir con un dólar que vuelve a atrasarse, sin afectar importaciones vía más controles".
Por eso, se afirma que la "suerte" de la recuperación también empieza a estar ligada a la balanza comercial.
Es que en un período estacionalmente favorable como el actual, por la época del año de venta de cosecha gruesa del campo y, por ende, de mayor liquidación de divisas, el BCRA no logró acumular reservas más allá del desembolso recibido por parte del FMI.
Segundo semestre: ¿complicado?
En esta sintonía, todas las miradas se posan a la segunda parte del año, cuando no ingresa de forma genuina un caudal relevante de divisas por parte de las exportaciones.
"La economía del segundo semestre aparenta ser una de disimulo del atraso cambiario compensado con mayores controles, lo que llevará a mayor conflicto con industriales, que verán mermada su capacidad de recurrir a insumos y tendrán presiones salariales fuertes", alertan desde LCG.
Y agregan los economistas: "Empieza así a notarse que lo que lucía como un acuerdo light, sólo puede ser catalogado así en sus objetivos, quizás, poco ambiciosos comparados con otros programas con el FMI. Pero, así y todo, el costo para el oficialismo es muy elevado".
Sobre todo, porque se afirma que peso de la decisión recaerá íntegramente sobre el Presidente Alberto Fernández y, en especial, sobre su equipo económico.
"Aún resta mucho tiempo para distraer al público con el entusiasmo de unas nuevas elecciones, en las cuales el Presidente podría intentar un relanzamiento de su gestión. Pero hacer eso implica deshacerse de gente que es propia, cuestión que podría ser una señal de debilidad en la discusión dentro de la coalición", concluyen los analistas de LCG.
Sobre la arremetida del kirchnerismo contra Guzmán
Por último, el economista opinó sobre la situación del ministro de Economía, Martín Guzmán. El kirchnerismo duro está llevando adelante su última arremetida contra este funcionario, que cuenta con el respaldo del presidente Alberto Fernández. "Cuando uno tiene una situación complicada, uno requiere un ministro que controle varias áreas. Guzmán ha perdido credibilidad desde el episodio con Basualdo (subsecretario de Energía que lo desobedeció sobre la decisión de aumentar tarifas) el año pasado y sus proyecciones de inflación", dijo.
Y concluyó: "¿A quién van a poner, a alguien de La Cámpora, a Feletti que ha fracasado? Todas las alternativas que tenía el camporismo en todos los lugares donde están, están mal. A Guzmán lo esmerilan sus subordinados. En el acuerdo con el FMI tuvieron una fractura importante con Máximo Kirchner".