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Con inflación dura de bajar, el Gobierno prepara el terreno para medidas intervencionistas en el campo

La resistencia a una suba de retenciones o cupos de exportación pierde fuerza: la estrategia comunicacional llama a "priorizar a los consumidores de acá"
03/06/2022 - 13:00hs
Con inflación dura de bajar, el Gobierno prepara el terreno para medidas intervencionistas en el campo

Las señales políticas se van acumulando: el Gobierno está preparando el terreno para adoptar medidas intervencionistas en el campo si la inflación no baja a la velocidad prometida por el ministro Martín Guzmán.

El reciente cambio de eslogan oficial –"Primero la gente"- y la campaña publicitaria del Gobierno dan pie para pensar en el debate que se quiere instalar: "El mundo estuvo dos años parado por la pandemia, y ahora nos toca decidir, ¿queremos un país que ponga en pausa cualquier medida para que nuestro sueldo le gane a la inflación o queremos una Argentina que piense en los consumidores de acá en vez de los de afuera?".

El mensaje es claro: si hay inflación en Argentina y los salarios no alcanzan es porque no se han tomado medidas que prioricen al trabajador local, que ve sus intereses supeditados al consumo externo.

El concepto va en línea con la prédica que se ha intensificado en las últimas semanas, al calor de las noticias internacionales, que marcan una seguidilla de países que han impuesto retenciones, cupos o directamente cierres exportadores, con el argumento de que debían garantizar la autosuficiencia alimentaria.

Y lo llamativo es que los reclamos para introducir medidas excepcionales ya no se limitan únicamente a los referentes del kirchnerismo, sino que también provienen de figuras que han estado más cercanas a la línea del presidente Alberto Fernández.

Es el caso del economista Emmanuel Álvarez Agis, frecuentemente mencionado como "ministeriable", quien hizo una elocuente traducción del nuevo mensaje contenido en la campaña "Primero la gente".

"En los países que producen petróleo la nafta es barata; en los países, como Noruega, que producen salmón, el salmón es barato; acá producimos trigo y el pan es caro. Dejémonos de joder, seamos normales en una cosa", fue la expresiva definición del economista, entrevistado en C5N.

Para el economista, el mayor ingreso de dólares por la suba de materias primas puede tener una consecuencia carísima para el mercado interno: "El pan en vez de estar al precio de referencia de 250 dólares va a estar a 450, nos va a ir peor que a Ucrania".

Pero se diferenció del reclamo que viene haciendo el kirchnerismo -centrado en una suba generalizada de las retenciones a la exportación de productos agrícolas- y propuso explorar una alternativa: "Hay que pensar en un cupo, pensar cuántas toneladas hay que destinar el mercado interno para que el precio del trigo, la harina y el pan sea razonable. Y al sector exportador le podés ofrecer que el excedente lo exporten incluso a una retención más baja".

Distintos sectores del Gobierno le piden al Presidente que tome medidas contra el campo
Distintos sectores del Gobierno le piden al Presidente que tome medidas contra el campo

La inflación no cede y hay más señales de medidas contra el campo

También otra figura del peronismo no kirchnerista, Felipe Solá, -ex canciller, ex gobernador bonaerense y ex secretario de Agricultura, que en el histórico conflicto de la 125 se había opuesto a la medida de Cristina Kirchner- se manifestó de acuerdo con pensar en medidas intervencionistas.

Destacó que "el trigo jamás estuvo en este precio", pero también advirtió que que "si le van a subir tres puntos a las retenciones del trigo, no van a solucionar el problema del precio del pan".

Para el ex funcionario, la solución es eminentemente política: propuso que se implemente "una mesa urgente entre el Gobierno y los productores de trigo para hacer un acuerdo de largo plazo", pero que antes debe haber una fuerte señal de unidad entre los sectores en pugna en la coalición gubernamental.

Con inflación dura de bajar, el Gobierno prepara el terreno para medidas intervencionistas en el campo

La nueva estrategia busca un villano

En esa línea ya se había expresado el ex ministro Agustín Rossi, otro protagonista histórico de la confrontación con los sojeros por las retenciones móviles: "Hoy estamos en mejor condición de dar el debate que en 2008. La situación del trigo hoy no es la misma que hace dos o tres meses cuando se decidió no aplicar esos tres puntos más de retenciones que hay que aplicar".

Según Rossi, hoy el contexto internacional, sumado a la inflación interna de Argentina, hace que sea más fácil ganarse el apoyo de la opinión pública, pero que lo que está obstaculizando esa situación es la falta de una estrategia comunicacional adecuada en el Gobierno.

Y hasta hubo propuestas que previeron la forma de neutralizar una eventual oposición de los gobernadores de las provincias agropecuarias: algunas de las sugerencias implican que con el cobro de las retenciones se constituya un fondo anti-cíclico, parte del cual podría coparticiparse a las provincias, y que incluso pueda prever una devolución a los productores en caso de una baja en los precios internacionales.

Pero si hay alguien que ha expresado de manera elocuente las limitantes políticas a la hora de tomar medidas intervencionistas del comercio agrícola ha sido el propio Alberto Fernández. En sus últimos mensajes dejó en claro que considera a las retenciones como una herramienta eficaz para "desacoplar" los precios domésticos de los internacionales, pero que si no las aplica es por la segura falta de apoyo en el Congreso.

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El Presidente considera a las retenciones una herramienta eficaz para "desacoplar" precios domésticos de internacionales

Es allí hacia donde apunta su nueva estrategia comunicacional, al afirmar que "tenemos la decisión política y los mecanismos formales para combatir la inflación".

Entre los expertos en comunicación política hay dudas sobre la efectividad del mensaje. Por caso, Carlos Fara, encuestador y analista de opinión pública, apunta: "La primera pregunta que se hará alguien que no llega a fin de mes es: ‘tenés la decisión? Bue… ponele. Y si tenés los mecanismos y no está dando resultado ¿por qué no probás con otra cosa?’. Es decir: ver para creer, la enunciación por sí sola no mueve el amperímetro". 

Y agrega que, para que la nueva estrategia tenga resultado, debe al menos transmitir convincentemente que el Presidente intenta "pero hay algún perverso que se lo impide".

El kirchnerismo quiere un decreto

Mientras tanto, las respuestas del kirchnerismo han apuntado a que todo depende de él. Afirman que está dentro de las potestades del Presidente aumentar las retenciones por decreto y que, si se animara a hacerlo, compensaría la falta de apoyo de la oposición con un contundente respaldo político del peronismo, los sindicatos y las organizaciones sociales.

Ese es el camino que parece haber empezado a andar el Gobierno. Sobre todo luego del fiasco del fideicomiso del trigo, que no sólo se ha revelado poco operativo e ineficaz para evitar la suba en el precio de los panificados, sino que hasta ha dado lugar a acusaciones de corrupción contra el renunciado secretario de Comercio, Roberto Feletti, por un presunto favoritismo hacia la endeudada Molino Cañuelas.

Por otra parte, las expectativas para el IPC de mayo -ya después de dos meses de vigencia de la "guerra contra la inflación" son malas, con otro registro superior al 5%. Y, según estiman las principales consultoras, otra vez el rubro alimentos estará entre los que más empujen la inflación, con no menos de 4,5% de suba.

Para mayo, los economistas vuelven a pronosticar una inflación por encima del 5% y crece la presión para nuevas medidas
Para mayo, los economistas vuelven a pronosticar una inflación por encima del 5% y crece la presión para nuevas medidas

Ante un agravamiento en el malhumor social por la persistencia de una inflación alta, el Gobierno se verá presionado a abandonar su actual postura -la defendida por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez- y plantear abiertamente la necesidad de medidas intervencionistas.

Nadie lo entendió con más claridad que los dirigentes de las gremiales rurales, que ya se están preparando para el anuncio de medidas que impliquen un recorte en sus márgenes de rentabilidad.

Fue por esto que la Mesa de Enlace se adelantó y planteó la discusión en el Congreso. "Estamos a disposición del presidente de la Nación para llevarle las propuestas que oportunamente requirió, ya que más allá de la queja, tenemos propuestas concretas para llevar soluciones a la sociedad en su conjunto. Desde el sector podemos generar más producción si contamos con previsibilidad, a través de señales que propicien la confianza", dijo Elbio Laucirica, vicepresidente de Coninagro.

La postura de los empresarios es que las retenciones, además de no tener sustento legal, no son una herramienta eficaz para solucionar la inflación y, para colmo, pondrían en riesgo el nivel de exportaciones argentinas, justo cuando el país necesita un mayor ingreso de divisas. En consecuencia, plantean que la solución debe focalizarse en incentivos fiscales, más orientados a subsidiar la demanda que la oferta.

Guzmán, en una carrera contrareloj

En principio, no parece que el ministro Guzmán parezca muy interesado en escuchar ninguna propuesta que implique alivios fiscales. Ya tuvo que acceder, bajo presión política, al adelanto en la suba del mínimo no imponible de Ganancias, un impuesto que explica el 22% del total de la recaudación.

Y, en cuanto a las retenciones, hasta ahora ha dado muestras de tener una postura firme tomada en contra de esa medida, probablemente motivada en su obsesión por maximizar las exportaciones, para lograr la meta de acumulación de u$s5.800 millones a la que se comprometió con el Fondo Monetario Internacional.

Sin embargo, su capacidad de resistencia a las medidas intervencionistas del campo se está erosionando en la medida en que el malestar por la inflación se agrava y la economía no ofrece buenos números.

Martín Guzmán, en el centro de los cuestionamientos, por una inflación que no da señales de aflojar
Martín Guzmán, en el centro de los cuestionamientos, por una inflación que no da señales de aflojar

Los economistas cercanos al Gobierno ya no ocultan su divergencia con la estrategia del ministro, que sostiene que lo que hará caer la inflación será el acuerdo con el Fondo, cuando entre los analistas hay cierto consenso de que el programa es inflacionario en su esencia.

Es por eso que Alberto Fernández está preparando la próxima etapa, en la cual apelará a unidad del Frente de Todos para dar una respuesta más política a la inflación. Las señales de acercamiento a Cristina Kirchner se han repetido en los últimos días: desde el endurecimiento del discurso contra Mauricio Macri -a quien llamó "ladrón de guante blanco"- hasta las proclamas por una reforma en la Corte Suprema de Justicia, un tema que desvela a la vicepresidente.

En un acto con dirigentes sindicales, tras recordar que la última vez que el peronismo se dividió, eso allanó el camino de Macri a la presidencia, dejó frases que se emparentan con algunos de los postulados de Cristina. Por ejemplo, cuando pidió una distribución adecuada para que las ganancias de la actividad productiva "no se vayan al bolsillo de unos pocos mientras millones quedan sumidos en la pobreza". 

Para el Presidente, es fundamental una recuperación del apoyo político, dado que ha tenido demasiados reveses por medidas vinculadas al campo -desde el frustrado intento de estatización de Vicentin hasta el malogrado plan para bajar los precios de la carne-. Y, si los caminos llevan a la adopción de nuevas medidas, al menos deberá asegurarse que el anuncio esté acompañado por una dosis de "épica". Para eso, nada mejor que acercarse a Cristina Kirchner.