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Después del dato de diciembre, ¿Massa llegará a abril con una inflación mensual inferior al 4%?

Dólar, tasas de interés, paritarias y la propia inercia inflacionaria plantean un escenario de alta complejidad al Gobierno. ¿Podrá resolverlo?
13/01/2023 - 11:00hs
Después del dato de diciembre, ¿Massa llegará a abril con una inflación mensual inferior al 4%?

"Queremos que, en abril, el dato de inflación empiece con tres", viene diciendo Sergio Massa desde hace varios meses. Es el mantra que repite a quien quiera oírlo, como parte de su fuerte apuesta a consolidar un "sendero de desinflación" que permita alinear las principales variables macroeconómicas (dólar, tasas y precios) en un escalón inferior al actual.

El dato de inflación de 5,1% en diciembre que dio a conocer este jueves el INDEC, a priori, es positivo. Sin embargo, parece dejar gusto a poco después de que fue el propio ministro de Economía el que, días atrás, había dado a entender que estaría, al igual que en noviembre, por debajo del 5%. El manejo de las expectativas es un factor crucial para el ministro de Economía, y alcanzar la meta de una inflación menor al 4% que fijó para el inicio del otoño luce mucho más difícil de lo que parece.

La combinación de una fuerte inercia en los precios, la gigantesca emisión endógena por el pago de intereses de los pasivos monetarios del Banco Central -bien arriba del 5% mensual- y las dificultades para sumar dólares frescos a las reservas en tiempos de sequía y cosecha fina no hacen más que poner piedras en el camino del Gobierno. ¿Alcanzará a cumplir la meta?

Dólar, paritarias y aumentos programados: ¿combustible para la inflación?

El problema de las economías de alta inflación, como la Argentina, es que la tendencia de todos los actores económicos -empresas, sindicatos, gobiernos o cualquier ciudadano- es la de proyectar a futuro los aumentos de hoy. Así, la tarea de bajar los precios se encuentra con la resistencia de los propios actores, que no están dispuestos a resignar dinero a la hora de renegociar cualquier contrato, ya sea de alquiler, laboral o financiero.

"Vemos un promedio de 5,5% de inflación para los próximos meses. Es poco viable que la inflación siga bajando", señaló a iProfesional Ricardo Delgado, economista y director de la consultora Analytica. Y agregó: "Hay dos elementos que así lo indican: la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial y las paritarias que se cerraron en noviembre del año pasado van corriendo al 5% o 6 % mensual. Con ambos componentes avanzando así, es difícil llevarla por debajo del 4".

La proyección que tienen en Analytica es que el salario formal le gane a la inflación en los próximos meses, mientras que la tasa de depreciación del peso frente al dólar dependerá de la política del BCRA. "Coordinar esos dos elementos será clave -dijo Delgado- y, en el medio, tenés que atravesar el verano. Es decir, no tener eventos cambiarios significativos en un período en el que los dólares no llegan, porque aún no hay soja, entra poca cosecha hasta abril y estamos cruzando los dedos para que empiece a llover".

2022 cerró con una inflación anual de 94,8% y Massa busca una reducción drástica este año.
2022 cerró con una inflación anual de 94,8% y Massa busca una reducción drástica este año.

En ese sentido, la sequía puede resultar un factor clave a la hora de definir el futuro del plan económico. Las últimas proyecciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indican que las exportaciones de los principales cultivos del país (soja, maíz, trigo, cebada y girasol) caerán entre un 21% y el 33% respecto a la campaña 2021/22, lo que equivaldría a una merma en el ingreso de dólares al país de entre u$s9.226 y u$s14.115 millones durante 2023. Además del impacto en la balanza comercial, esto también implicaría una caída en la recaudación vía derechos de exportación de entre el 18% y 27% respecto a la campaña anterior.

Para evitar la disparada del dólar y frenar los precios, el Gobierno está echando mano desde hace algunos meses a la tasa de interés. Desde septiembre que el Banco Central fijó la tasa en un nivel del 75% nominal anual y del 107,35% efectiva anual, lo que permite que tanto los depósitos en pesos a plazo fijo le ganen tanto a la inflación como a los dólares financieros.

Al mismo tiempo, para ayudar a este proceso, el Central viene desacelerando fuertemente la velocidad con la que devalúa el peso: pasó de un nivel en torno al 6,5% mensual en octubre y noviembre, a otro del 5,5% en diciembre, y en enero apenas abajo del 5%.

"El Banco Central bajó un poquito el crawling peg, pero no estás en el 4 por ciento mensual todavía, mientras que las tasas siguen arriba del 100 por ciento. Llevar esa tríada de decisiones (dólar, tasa y precios regulados) no es fácil, porque corrés el riesgo de que, si apreciás aún más el tipo de cambio apreciado y bajás la tasa de interés, tengas una huida del peso como te pasó a mediados del año pasado que te haga saltar la brecha. Eso sería el final político para el Gobierno", aseguró Delgado

Precios Justos: el rol del programa oficial

"Llegar a abril con una inflación menor al 4% no es, para nada, imposible. Pero tampoco es una probabilidad alta, en el sentido de que hay muchos riesgos al alza que podrían distorsionar el sendero desinflacionario que el Gobierno espera tener; entre ellos: las subas de tarifas de servicios públicos, combustibles, salud", apuntó a iProfesional Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.

En ese sentido, la aparición del programa Precios Justos -que fija aumentos máximos del 4% para una canasta de 20.000 productos- es una versión "un poco más sofisticada" de programas anteriores que, simplemente, intentaban congelar los precios. "La idea de aumentos moderados aporta ir fijando un esquema de aumentos y no pensar que se puede frenar la inflación, sino desacelerar. Pero creer que los acuerdos de precios por sí solos son una herramienta que puede afectar significativamente la inflación es utópico", afirmó Kalos.

Precios Justos: el programa oficial permite subas graduales.
Precios Justos: el programa oficial tiene la novedad de permitir subas graduales.

Uno de los mayores riesgos para la desinflación es el exceso de pesos que se derivó de los programas de dólar soja y de las intervenciones del Banco Central en mercados secundarios durante diciembre, y eso se suma a lo que ya había ocurrido en septiembre y ahora que ya había ocurrido en el primer semestre del año.

"El mayor problema hoy es poder estabilizar todas las variables nominales: la tasa de interés, la tasa de devaluación y la tasa de inflación. En el último mes se han tendido a estabilizarse y a encarar un sendero de reducción gradual. Pero la tasa de emisión, si queremos verlo así, sigue siendo alta y puede terminar empujando a las otras, sobre todo a través del impacto en el canal de los canales de dólares paralelos, y que eso mueva nuevamente coberturas, riesgos y expectativas", añadió.

Precios en marzo: ¿qué va a pasar cuando se "despierte" la carne?

Perforar el 4% en abril dependerá de lo que ocurra en marzo, uno de los peores meses del año en materia de inflación a nivel histórico, por el cambio de estación y comienzo de las clases con aumentos de educación. A eso hay que agregarle los aumentos de medicina prepaga ya estipulados y la indexación en los pasajes de transporte de colectivos, entre otras subas programadas.

"Hay que tener en cuenta que la mayoría de los acuerdos paritarios se empiezan a renegociar en marzo y abril, y venís con aumentos salariales en torno al 6% mensual para recuperar el poder adquisitivo perdido. Va a ser un primer trimestre desafiante. Será difícil que la inflación promedio esté por debajo del 5%, con lo cual, vas a tener que bajar más de un punto para que perfore el 4% al llegar a abril, si querés cumplir con la meta", explicó el director de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina.

Entre los factores que pueden derrumbar el castillo de naipes está el precio de un bien clave: la carne, que representa cerca del 10% de ponderación en la canasta de bienes y servicios que utiliza el INDEC para medir la inflación.

El precio de novillo en pesos está planchado desde hace casi seis meses, producto de una sequía que hizo que haya menos pasturas y agua para los animales, mientras que la demanda internacional, sobre todo China, tuvo una caída fuerte por las continuas cuarentenas y caída de la actividad que tuvo por las medidas para frenar la transmisión del Covid-19. Sin embargo, la lógica indica que en algún momento recuperará el terreno perdido.

Preocupación: el precio de la carne podría dar un salto e impactar con fuerza en el índice de inflación.
Preocupación: el precio de la carne podría dar un salto e impactar con fuerza en el índice de inflación.

"Cuando empiecen las lluvias, para el comienzo del otoño, los animales que hoy se envían a faenar se van a conservar para engorde. Ahí bajará mucho la oferta, al mismo tiempo que aumentará la demanda internacional por China. Lo que estuvo quieto mucho tiempo, de repente pegará un salto alto, y si eso llega a suceder en abril o marzo, justo en época de las negociaciones paritarias, puede tener un efecto muy negativo", analizó el economista de Equilibra.

Y agregó: "No solo porque va a acelerar la inflación, justo cuando el Gobierno quiere llegar a bajar a menos de cuatro, sino, además, porque hace menos creíble la meta de inflación hacia adelante en cuanto a expectativas".

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