"Es por seis meses", Luis "Toto" Caputo se sinceró ante un banquero amigo. Fue antes de que el "Messi de las finanzas" -apodo que le puso Mauricio Macri y que en las últimas horas recordó la prensa internacional- diera la confirmación para su cargo al frente del Palacio de Hacienda. Al filo de la última jornada hábil antes de la asunción de Javier Milei, en bancos y Alycs daban por hecho que "Toto" Caputo será el ministro de la transición. Nadie imagina una extensa experiencia del financista.

Bajo su cargo estará la prioridad del desarme de las Leliqs y de los pases, algo que Milei considera clave para evitar una espiralización inflacionaria que desemboque en una híper. También tendrá la responsabilidad de traer fondos frescos a la Argentina. Es un especialista en la colocación de deuda y en hacer atractivas ingenierías financieras para conseguir financiamiento. El desafío es hacerlo ahora, con un Banco Central con más deudas que activos, y con un "cepo" férreo y caótico.

Caputo, como ya informó iProfesional, tentó a Milei con la posibilidad de conseguir dólares, aún bajo esta circunstancia. En aquel informe de su consultora Anker -ahora cerrada-, el designado ministro habló incluso de la chance de una dolarización.

Plan de shock urgente: los precios vuelan

Milei está convencido de que su gobierno debe arrancar con un shock fiscal. Ahí no hay medias tintas. Distinto es el caso del mercado cambiario, donde no habrá un desarme total de los controles. Hay cepo para rato. Justamente, el dólar "razonable" de $650 apuntado por Guillermo Francos va en ese sentido: la señal de que la nueva administración no correrá con el riesgo de una maxi devaluación incontrolable.

El problema ahora es otro. Las empresas se han lanzado a una ola de remarcaciones pocas veces vista cuando no hay una disrupción de por medio. Sin una devaluación, compañías de diversos sectores -desde alimenticias hasta laboratorios y cadenas de electrodomésticos- tomaron coberturas, para algunos incluso exageradas, ante lo que puede suceder desde el próximo lunes 11.

Manda la incertidumbre. Una devaluación, por más anunciada que esté, siempre es disruptiva en la Argentina. Más ahora, con el Banco Central sin dólares suficientes para defender un determinado tipo de cambio y con un Gobierno con múltiples deudas en moneda dura, comenzando por los importadores. Las subas de precios de las últimas horas llegaron al 50% en rubros sensibles para el consumo popular: lo dicho, desde alimentos a remedios y televisores.

Los productos más dolarizados fueron los que mayor remarcación de precio sufrieron

Desde una de las principales cadenas de electrodomésticos admitían, en diálogo con iProfesional, que los consumidores incrementaron las compras de pequeños productos (en cuotas) en las últimas semanas. Al mismo tiempo, contaron que los más dolarizados (televisores, computadoras o importados) sufrieron remarcaciones muy fuertes en los últimso días. 

Una TV que a comienzos de año se vendía a $220.000 en 12 o 18 cuotas sin interés, ahora se ofrece a $750.000. Casi cuatro veces más. El financiamiento ya está recargado, además. Cualquier consumidor atento verá que los aumentos fueron en la misma proporción en el rubro de las notebooks o las tablets, sobre todo en aquellos productos más caros, de última generación.

Riesgos y un mensaje categórico del lado libertario

"Que triste el país que dejan: la economía destruida, la educación despedazada y la mitad de la Argentina pobre", escribió Miguel Adorni en la red social X. El twittero será el portavoz presidencial del gobierno libertario desde el domingo. Adorni, con su declaración, da una pista de lo que viene en cuanto a la comunicación oficial. Pasarle la responsabilidad del agravamiento de la crisis al Gobierno que se va el 10 de diciembre.

Razón no le falta. La pregunta que se formulan en las empresas y en los bancos del sistema financiero ya refiere a las medidas que tomará Milei y su equipo a partir del lunes, con el objetivo de estabilizar el mercado cambiario. Sin perspectivas de la llegada de dólares, la devaluación se quedará rápidamente "corta", y los financistas y empresarios sacarán cuentas esperando un nuevo salto cambiario.

Sin medidas que generen confianza, que den vuelta el escenario actual, la espiralización inflacionaria será inevitable. De ahí que Milei piense más ahora en la potente señal fiscal antes que en el desarme del cepo. Ese es, al parecer, el inicio de la hoja de ruta. Pero sólo es eso. El comienzo de algo nuevo. La salida de la crisis económica requerirá de una buena dosis de pragmatismo y de arte. Ver para creer.