El dólar en la Argentina sigue siendo el talón de Aquiles del Gobierno. Mientras que la brecha se mantiene alta y el Banco Central continúa con su estrategia de crawling peg (deslizamiento acotado del tipo de cambio), en el mercado creen que más tarde o más temprano tendrá que propiciar un salto del valor del dólar oficial.

Y si bien en el BCRA y en el Ministerio de Economía dicen que el tipo de cambio es "competitivo", hay varias otras voces que alertan por un atraso cambiario.

Una de esas voces es el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), una asociación mundial de la industria financiera con más de 450 miembros de más de 70 países. Los miembros del IIF incluyen bancos comerciales y de inversión, administradores de activos, compañías de seguros, fondos soberanos, fondos de cobertura, bancos centrales y bancos de desarrollo.

El equipo económico cree que el valor del dólar en la Argentina es "competitivo".

Ranking de atraso cambiario

En su último monitor sobre los tipos de cambio, dicen que el dólar estadounidense está sobrevaluado contra la gran mayoría de las monedas de mercados emergentes. Pero que en el caso de la Argentina, es al revés.

Para el IIF, el peso argentino (en el circuito oficial) está 7,4% sobrevaluado contra el dólar. Esto quiere decir que en el país hay cierto grado de atraso cambiario.

En las comparaciones se ve que la gran mayoría de las monedas de América Latina están "baratas" contra la divisa estadounidense. El real brasileño está 20% por debajo de su valor de equilibrio.

Que el peso argentino esté "caro" según la organización que engloba a los principales bancos del mundo, es una luz de alerta hacia adelante en la pulseada que lleva el BCRA para tratar de convencer de que la moneda local no se devaluará bruscamente.

En lo que va del año, el dólar oficial sube en torno al 35% mientras que las cotizaciones más "libres" trepan más de 100%. O sea, el dólar que es intervenido por el Gobierno trepa 3 veces menos que los otros. Pero el Gobierno se niega a propiciar una suba del billete oficial más rápido porque eso tendría efectos sobre la inflación (que ya viene en ascenso y se prevén meses calientes hacia adelante).

La inflación se está acelerando y eso produce que el atraso cambiario sea aún mayor.

Precios en alza presionan al peso

Hacia adelante, el Gobierno deberá, al menos, acelerar el crawling peg. La suba mensual del billete en el carril oficial ni siquiera ahora empata a la inflación y las tasas, que se vienen subiendo a cuentagotas. Pero Martín Guzmán quizás no quiera perder su única ancla ante los precios: el dólar oficial.

Para los economistas del sector privado, es una "frazada corta". La suba del blue del mes pasado disparó la inflación mayorista a 4,7% y la minorista a 3,8%. En el caso de la primera, no sólo el número sorprende sino que también preocupa ya que suele pronosticar cómo irán los precios en los próximos meses (o sea, el traslado de mayoristas a las góndolas).

Para el Gobierno es un serio problema. Ya tiene una inflación muy elevada a pesar de intervenir el dólar en el mercado formal. Pero si se decide por no subir el precio más rápido, con la inflación en estos niveles y lo que se espera hacia adelante, el atraso cambiario podría ser aún peor.

En el corto plazo, el libreto oficial marca que se esperará a que los próximos meses del año próximo empiece la liquidación de divisas de los exportadores para tranquilizar al dólar y la brecha, o al menos que el BCRA pueda comprar divisas y recuperar reservas.