El dólar volvió a caer: el dato clave que mira el mercado para saber si seguirá en baja
En la última rueda de la semana, el dólar oficial operó este viernes 7 de noviembre con una caída de treinta pesos, a $1445, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se vendió a $1.415 tras una caída de $67 en los últimos tres días.
En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vendió $1.488 (-0,17%), y el MEP se ubicó a $1.468 (-0,55%). Por último, en el segmento informal, el blue se negoció con un retroceso de $20, a $1.415.
El mercado cambiario argentino atraviesa una etapa de aparente calma, pero con señales que los analistas leen con atención. La combinación de tasas estabilizadas, un dólar que se mantiene alrededor de los $1.450, incluso menos y movimientos recientes en el balance del Banco Central (BCRA) generan una lectura mixta: la sensación de que el sistema recupera oxígeno, pero con riesgos latentes bajo la superficie. En el centro del análisis aparece una pregunta clave: ¿el dólar encontró un nuevo punto de equilibrio o solo está en pausa antes de otro salto?
Las licitaciones del Tesoro y la política monetaria del BCRA lograron normalizar buena parte de la liquidez de corto plazo. Las tasas en pesos se estabilizaron en torno al 32% anual, mientras las operaciones overnight se ubican cerca del 20%. Este contexto permitió que la curva de deuda muestre una leve pendiente positiva, signo de confianza incipiente y mayor previsibilidad en la renovación de vencimientos. Sin embargo, detrás de esa aparente estabilidad, el mercado sigue mirando un indicador decisivo: el nivel real de las reservas netas.
El dato que más ruido generó en los últimos días proviene del propio balance del BCRA. Allí se observó una caída significativa en el rubro de "Letras y Notas en moneda nacional" y un aumento simultáneo en "Otros pasivos". Este movimiento, que podría parecer técnico, es leído como un cambio de composición contable que podría impactar sobre la medición de reservas. Si parte de esos pasivos están denominados en dólares y vencen dentro de los próximos doce meses, el efecto sería directo: menos reservas netas disponibles y, por lo tanto, mayor vulnerabilidad frente al mercado.
En este marco, el foco de los inversores se desplazó hacia las próximas publicaciones oficiales. El Banco Central dará a conocer el 20 de noviembre la planilla de reservas internacionales y de liquidez en moneda extranjera al 31 de octubre. Ese documento permitirá confirmar si, efectivamente, el movimiento contable implica una exposición mayor en dólares o si solo se trató de un reacomodamiento interno sin efectos reales sobre las reservas netas.
Tasas estables, inflación en baja y menor presión sobre el dólar
Desde Max Capital señalaron que el proceso de normalización del mercado de deuda en pesos continúa avanzando de manera sostenida. Las tasas a lo largo de la curva se consolidaron alrededor del 32% anual, y las licitaciones recientes lograron rollovers superiores al 100%, preservando la liquidez del sistema y evitando la emisión monetaria adicional. Este comportamiento contribuye a mantener bajo control las expectativas cambiarias en el corto plazo.
Los analistas del bróker destacaron la decisión del Banco Central de reducir la tasa overnight de las "simultáneas" del 25% al 22%, buscando incentivar el desplazamiento de fondos hacia bonos más largos. Esta medida, junto con la normalización de las tasas de corto plazo, permitió que la curva se aplane sin generar tensiones. En palabras de los especialistas, el resultado es un mercado más ordenado, donde la liquidez fluye sin necesidad de incentivos extremos y el costo del dinero se mantiene previsible.
En este contexto, Max Capital subrayó que la inflación de octubre rondaría el 2,5%, pero estimaron que continuará descendiendo de forma acelerada, acercándose a valores por debajo del 1% mensual hacia fines de 2026. De confirmarse esta tendencia, la presión sobre las tasas nominales disminuiría, generando una compresión adicional en el tramo largo de la curva, lo que podría afianzar la estabilidad del tipo de cambio.
Los especialistas interpretaron que la clave pasa por sostener la confianza del mercado local en los instrumentos en pesos. Si las tasas reales se mantienen positivas y la inflación continúa moderándose, el atractivo por permanecer en moneda local podría fortalecer la demanda de deuda interna y contener los movimientos del dólar financiero, al menos en el corto y mediano plazo.
El rastro contable que preocupa al mercado
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) analizaron con detalle el balance semanal del Banco Central y encontraron señales que despiertan interrogantes sobre la composición de sus pasivos. Según su lectura, desde el 23 de octubre, el rubro "Otras Letras y Notas en Moneda Nacional" cayó en u$s1.862 millones, mientras que "Otros Pasivos" aumentó en u$s2.755 millones. Este cambio, explicaron, sugiere que los pesos adquiridos por el Tesoro de Estados Unidos en la previa electoral podrían haber sido reemplazados por una deuda en dólares a través del swap de monedas.
Para PPI, esta modificación contable es más que un dato técnico: podría tener consecuencias directas en la forma en que se calculan las reservas netas bajo la metodología del Fondo Monetario Internacional (FMI). Si esos pasivos son en moneda extranjera y tienen vencimiento dentro de los próximos doce meses, deben descontarse de las reservas netas. Bajo esa hipótesis, las reservas efectivas del BCRA —que ya se estiman en torno a u$s1.660 millones— serían aún menores.
Los analistas señalaron además que, incluyendo la liquidez bruta (con los Derechos Especiales de Giro), el BCRA contaría con alrededor de u$s17.840 millones, aunque aclararon que no toda esa cifra equivale a disponibilidad inmediata. Parte de esos fondos se encuentran comprometidos, lo que deja al Central con un margen operativo acotado ante eventuales movimientos abruptos del mercado.
Para los expertos de PPI, el punto clave será confirmar en las próximas semanas si efectivamente se produjo el pasaje de pasivos en pesos a pasivos en dólares. De ser así, el Tesoro estadounidense habría pasado de estar long peso a long dólar, lo que implicaría un giro relevante en su estrategia y una señal que el mercado no dejaría pasar desapercibida.
Tesoro en acción: compras de dólares y estrategia de cobertura
En paralelo a los movimientos del BCRA, el Tesoro Nacional volvió a intervenir en el mercado de cambios tras las fuertes ventas previas a las elecciones. Según los analistas de Max Capital, el organismo habría retomado la compra de divisas, acumulando u$s13 millones el viernes y u$s64 millones el lunes siguiente. Si bien los montos son moderados, representan un cambio de tendencia que apunta a recomponer su posición en dólares.
PPI complementó este diagnóstico con datos monetarios recientes. Indicaron que los depósitos en moneda extranjera del Tesoro aumentaron u$s64 millones, mientras que los depósitos en pesos cayeron en una magnitud equivalente, lo que sugiere un traslado genuino hacia activos en dólares. La diferencia restante, de u$s12 millones, correspondería a pagos a organismos internacionales. No obstante, el Tesoro comenzó la semana con apenas u$s156 millones en sus cuentas, frente a los u$s853 millones que debía girar al FMI, situación que refleja la fragilidad del frente externo.
Para Max Capital, establecer un esquema previsible de compras de dólares sería clave para ordenar las expectativas. Si esas compras se hacen directamente en el mercado cambiario, fortalecen las reservas netas del Banco Central; si se realizan contra el propio BCRA, no generan mejora en el saldo neto. Por eso, la transparencia y regularidad de estas operaciones resultan determinantes para estabilizar el tipo de cambio.
Ambas consultoras coinciden en que el margen operativo sigue siendo acotado. La liquidez está normalizada, pero las reservas aún se mueven en niveles mínimos. En este escenario, cada movimiento —ya sea en las tasas, en la curva de deuda o en el balance contable del Central— puede convertirse en un detonante para el mercado cambiario.
Qué debe pasar para que el dólar encuentre un nuevo piso de estabilidad
El consenso entre analistas apunta a que la clave inmediata está en las reservas netas. Si el BCRA logra mantenerlas estables y el Tesoro consigue acumular divisas genuinas desde el mercado, el tipo de cambio podría encontrar un nuevo piso de estabilidad. Por el contrario, si se confirma que parte de los pasivos del Central son en dólares de corto plazo, la presión sobre el mercado podría reaparecer más temprano que tarde.
Desde Max Capital creen que la evolución de la inflación y la curva de tasas serán los principales amortiguadores. Si la desaceleración de precios continúa, el rendimiento real en pesos mejorará, reduciendo la demanda de cobertura en divisas. Esa combinación podría contener al dólar sin necesidad de una intervención directa significativa.
Para PPI, el elemento determinante será la composición de las reservas. El mercado no reaccionará tanto a los números brutos, sino a su calidad y disponibilidad efectiva. Si parte de la liquidez proviene de instrumentos de corto plazo o swap de monedas, la percepción de fortaleza será débil y la presión podría trasladarse nuevamente al mercado financiero.
En síntesis, el equilibrio cambiario de noviembre dependerá de tres factores: tasas reales positivas, canales genuinos de acumulación de reservas y claridad contable en el balance del BCRA. Si esos tres elementos se alinean, el dólar podría transitar un período de calma. De lo contrario, el mercado volverá a testear hasta dónde llega la paciencia del Central y de los inversores.
El mercado está en alerta, pero no en pánico. La estrategia del Gobierno muestra señales de orden: tasas más bajas, liquidez normalizada y recomposición gradual de reservas. Sin embargo, la fragilidad estructural sigue presente. El movimiento contable del BCRA es más que un dato técnico: es la variable que puede redefinir el precio del dólar en las próximas semanas. El termómetro, una vez más, será el balance del Central. Allí, entre líneas, se jugará el verdadero valor del peso argentino.
El precio más bajo que se espera para el dólar
En el informe mundial que acaba de publicar FocusEconomics, en el que encuestó a un grupo de 40 economistas de bancos y consultoras nacionales y del exterior, alrededor de 25% de ellos prevé que el precio más bajo esperado para el dólar puede alcanzar un nivel muy similar al que terminará este 2025.
Así, los analistas más optimistas para el tipo de cambio para fin de diciembre de 2026 son los de Barclays Capital, que aguardan un dólar mayorista de $1335 para ese entonces. Le siguen la consultora Econometrica, dirigida por el economista Ramiro Castiñeira, asesor de Javier Milei, que proyecta $1.400; Pezco Economics ($1.414), 4Intelligence ($1.516) y C&T Asesores, que proyecta $1.571 para fin de 2026.
"Ese escenario está suponiendo que, a partir del resultado de las elecciones, se calma la demanda de dólares y es más, empieza a ver la posibilidad de que el Gobierno renueve su deuda en el mercado o con el financiamiento del Tesoro norteamericano. Es decir, se calma muchísimo la demanda de dólares, y eso favorece que el Banco Central pueda controlar más el tipo de cambio", dice Camilo Tiscornia, economista y director de C&T Asesores, a iProfesional.
Por eso, lo que supone el escenario que proyecta de precio de dólar mayorista de $1.571 para diciembre del año que viene es que, "con el superávit comercial y el flujo de dólares que pueda llegar de ingresos de capitales, el tipo de cambio tendría un movimiento suave el año que viene, y no habría necesidad de un salto del tipo de cambio", acota a este medio.
En cifras, en este caso proyectado por C&T, la devaluación que tendría el billete estadounidense en todo el 2026 sería de apenas 4,5%, al tomar el valor negociado por el mercado de futuros en diciembre que viene y el cálculo de lo estimado para 12 meses después.
El precio de dólar mayorista consensuado por los 40 analistas relevados por el FocusEconomics para fines de 2026, es que alcanzará los $1.774,2. Unos 270 pesos por encima de los $1.504 esperados para fines de diciembre del corriente año por el mercado.
Es decir, la misma distancia (alrededor de 270 pesos) entre el consenso respecto a los precios "más bajos" esperados por varios economistas para fin del 2026.
Por lo pronto, los expertos consideran que en todo 2025, el billete mayorista se mantendrá por debajo de la banda máxima de flotación establecida por el Banco Central, de no intervención en el mercado, que en la actualidad se ubica en $1.498,5, y que se actualiza a razón de 1% mensual.
En todos los casos, todos los pronósticos más optimistas se ubican unos 200 pesos por encima de los $1.325 estipulados a diciembre que viene por el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, en el proyecto de Presupuesto 2025 y 2026, presentados en septiembre pasado en el Congreso de la Nación.