Dólar estable: cuál es la jugada de fin de año que vuelve a tentar a la City
El dólar oficial opera este martes 11 de noviembre a $1.445, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa bajó a $1.414 (-0,5%). De esta manera, la brecha con el techo de la banda ($1.501,50) subió al 6,3%, el máximo desde el 15 de octubre.
En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1.476 (-0,41%), y el MEP se ubica a $1.445 (+0,18%). Por último, en el segmento informal, el blue se negocia, a $1430.
La discusión sobre el dólar vuelve a dominar el tablero en el tramo final del año. La estacionalidad de pesos por aguinaldos y gastos de fin de año, la normalización paulatina de algunas curvas financieras y la percepción de una calma cambiaria relativa reabren una pregunta clásica: ¿conviene rearmar estrategias en moneda local para capturar rendimiento antes de que termine 2025?
El escenario combina señales que, por momentos, lucen convergentes: tasas en niveles que vuelven a resultar atractivos para apuestas tácticas, mejoras en algunos indicadores de riesgo y un mercado menos enrarecido que meses atrás. Sin embargo, también persisten condicionantes que pueden invertir la tendencia: el comportamiento del tipo de cambio en el régimen vigente, la capacidad de absorber vencimientos sin pagar demasiado premio y la consolidación de los fundamentos fiscales y externos.
Entre oportunidades y cautelas, el cierre del año se perfila como un test crucial: la ventana existe, pero su duración y profundidad dependerán de cuánto aguante la tranquilidad del dólar y de si los pilares macro logran sostenerla. En ese delicado equilibrio, lo que ocurra con la demanda de dinero, la curva de rendimientos y el anclaje de expectativas terminará de escribir el resultado de la carrera.
Clima en pesos: tasas, estacionalidad y la (re)apertura del carry
Desde GMA Capital señalaron que el mercado de pesos atraviesa una fase de mayor tranquilidad, con tasas nominales en torno al 30% anual y un telón de fondo donde la demanda estacional de dinero del último bimestre suele reforzarse. Ese combo reaviva el interés por estrategias de "carry" siempre que el dólar se mantenga en cauces ordenados.
Los expertos de la sociedad de bolsa explicaron que, bajo el régimen cambiario actual, los rendimientos mensuales de instrumentos de corto plazo —como la curva de Lecaps— han mostrado tasas en el rango de 2,5% a 2,7% mensual durante 2025, con potencial de retorno en moneda dura si el tipo de cambio se mantiene en la zona central del esquema. La premisa es clara: sin sacudones del dólar, el carry puede capturar rendimiento.
Sus analistas apuntaron además que, en perspectiva histórica, el carry local exhibe una "historia extrema" de riesgo y retorno: el promedio en dólares a lo largo del tiempo es acotado y la dispersión de resultados, elevada. Por eso, el atractivo coyuntural no elimina la necesidad de monitorear el comportamiento del tipo de cambio y los cambios de régimen.
Para Mega QM, el contexto reciente mostró señales de normalización financiera tras el proceso electoral y una mejora en la lectura de riesgo de corto plazo. El cambio de pendiente en la curva en dólares y la compresión parcial del riesgo país sugieren menor probabilidad inmediata de eventos extremos, un telón que también favorece la calma en pesos.
Qué se mira para el dólar: fundamentos y "etapa de definiciones"
Desde Mega QM explicaron que la economía entra en una "etapa de definiciones" donde el foco ya no pasa solo por bajar la nominalidad, sino por apuntalar fundamentos: equilibrio fiscal consistente, perfil de vencimientos manejable, acumulación de reservas y un marco de reglas que ancle expectativas. Ese reposicionamiento de objetivos es central para la dinámica del dólar hacia adelante.
Los especialistas del bróker detallaron que la lectura de la curva soberana en dólares —que pasó de invertida a con pendiente positiva— refleja una mejora en la percepción de riesgo de default cercano. Esa señal, aunque insuficiente por sí sola, alivia tensiones y contribuye a que el canal financiero del tipo de cambio se estabilice, siempre que no se deterioren otros frentes.
Para Mega QM, la sostenibilidad del programa exige coordinar frentes: disciplina fiscal, manejo ordenado de la deuda en pesos, y un sendero de reservas que despeje dudas. Si esas piezas encastran, el dólar podría conservar un comportamiento más previsible, permitiendo que las estrategias en moneda local no queden a merced de shocks.
Sus analistas puntualizaron que, con el proceso electoral concluido, el mercado exige señales de implementación. El "qué" luce claro en papeles; el "cómo" y el "cuándo" definen la credibilidad. De ese timing dependerá que la tranquilidad cambiaria sea un puente hacia 2026 o un interludio breve.
Régimen cambiario y límites del trade: por qué el dólar manda
Para GMA Capital, la aritmética del carry depende de que el dólar se mueva dentro de carriles compatibles con los rendimientos de corto plazo. Si el precio se mantiene cerca del centro de referencia en el régimen actual, la estrategia puede materializar retornos efectivos; si se desplaza hacia extremos o cambia el marco, el colchón de tasa puede evaporarse.
Los expertos de la sociedad de bolsa explicaron que la ganancia en pesos no siempre se traduce en rendimiento en dólares: el pass-through de movimientos cambiarios y la volatilidad pueden neutralizar o revertir el resultado. La experiencia histórica del carry, agregaron, muestra episodios de fuertes caídas cuando el tipo de cambio corrige.
En paralelo, Mega QM advierte que la foto financiera más amable no debe confundirse con película asegurada. La consistencia de los fundamentos —en especial, el frente fiscal y la administración de pasivos del Tesoro— es lo que puede sostener una dinámica cambiaria menos errática. Sin esos anclajes, las curvas volverían a exigir premio y la calma del dólar sería difícil de sostener.
Sus analistas agregan que la lectura de riesgo país y la forma de la curva siguen siendo termómetros sensibles: mejoran cuando el mercado cree en el programa y se tensionan si aparecen dudas. En ese vaivén, la viabilidad del carry se juzga día a día en función de lo que haga —o deje de hacer— el dólar.
Táctica de fin de año: qué se puede esperar (si nada se rompe)
Desde GMA Capital señalaron que, con tasas cercanas al 30% anual y mayor demanda estacional de pesos, el tramo corto de instrumentos en moneda local luce como el espacio natural donde se concentra el interés táctico. El razonamiento es explícito: menor duración frente a sorpresas y compatibilidad con un horizonte de semanas más que de años.
Sus analistas apuntaron que, en este marco, el monitoreo del precio del dólar es el principal "stop": un corrimiento significativo puede convertir un buen devengamiento nominal en un mal resultado en moneda dura. La señal de alerta viene de la historia del carry en Argentina, que alterna rachas de éxito con reversals bruscos.
Para Mega QM, el puente hacia 2026 dependerá de convertir la tranquilidad coyuntural en una mejora de fundamentos: sostener el equilibrio fiscal, administrar vencimientos sin disrupciones y fortalecer el frente externo. Si ese andamiaje se consolida, la estabilidad del dólar ganará probabilidades y las estrategias en pesos tendrán más aire para transitar.
Los especialistas del bróker remarcan que la mejora de la percepción de riesgo post-electoral es una condición necesaria pero no suficiente: la ejecución marcará la diferencia entre una ventana de carry acotada y un proceso más durable de normalización financiera, con un dólar menos sensible a sobresaltos.