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Los 3 motivos clave que derrumbaron el riesgo país: por qué cayó bajo los 600 puntos

El índice de JP Morgan marcó uno de los valores más bajos del año. Qué factores explican la mejora, cómo rinden los bonos y qué anticipan grandes bancos.
Por Marcos Phillip
FINANZAS - 13 de Noviembre, 2025

El riesgo país argentino perforó esta semana los 600 puntos básicos, su menor nivel desde enero y el más bajo en casi un año, según el índice EMBI elaborado por JP Morgan. En concreto, el indicador se ubica en torno a 596 puntos, lo que refleja una caída en el orden del 70 % respecto de los picos de 2024, cuando superó los 2.100 puntos, a principios de enero de 2024.

El dato representa un hito simbólico: implica que Argentina paga hoy una prima de riesgo menor para financiarse en los mercados internacionales, señal de que los inversores perciben una reducción del riesgo crediticio.

El índice mide la diferencia entre el rendimiento de los bonos soberanos argentinos y el de los títulos del Tesoro de Estados Unidos. Cuanto más bajo es el número, menor es la desconfianza sobre la capacidad del país para cumplir sus compromisos.

La mejora se apoya en tres ejes: la recuperación de los bonos Globales y Bonares, la estabilidad cambiaria y las señales de consolidación fiscal. Sin embargo, los bancos internacionales advierten que todavía falta para que Argentina recupere el acceso pleno al crédito voluntario.

Qué miran los bancos globales

Los informes de JP Morgan, Bank of America y Morgan Stanley coinciden: el descenso del riesgo país refleja avances, pero la sostenibilidad dependerá de mantener disciplina fiscal, acumulación de reservas y estabilidad política.

JP Morgan señala que una consolidación fiscal que ubique el déficit primario por debajo del 1 % del PBI podría recortar 200 puntos adicionales al riesgo país. También destaca que el rebote de los bonos argentinos fue impulsado por compras de fondos especializados en deuda de alto rendimiento.

Bank of America Global Research advierte que "Argentina necesita al menos tres años consecutivos de consistencia macroeconómica para recuperar grado de inversión". Según el banco, un riesgo país por debajo de 500 puntos sería la señal de entrada para los grandes fondos institucionales.

Por su parte, Morgan Stanley sostiene que el mercado argentino "entra en fase de normalización temprana", aunque subraya que la mejora es frágil y depende de la continuidad de políticas económicas previsibles.

En todos los casos, la visión común es que el descenso del riesgo país marca una oportunidad, pero no el final del camino: la confianza global todavía está en modo "observación".

Bonos argentinos: del derrumbe al rebote

El cambio de tendencia también se refleja en los bonos soberanos. Los títulos en dólares emitidos tras el canje de 2020 —los llamados Globales (GD) y Bonares (AL)— muestran en 2025 las mejores performances desde su creación. Los mejores desempeños del año son:

  • GD35D: 11,1 %
  • AL35D: 10,3 %
  • AL41D: 8,8 %
  • AE38D: 8,4 %
  • GD46D: 4,1 %

Estos movimientos confirman que el rally no es homogéneo: los bonos más largos (como GD35D y AL35D) muestran mejores avances, mientras que los títulos más líquidos y seguidos por el mercado —como el AL30D— todavía se mantienen en terreno negativo.

La mejora se explica por el retorno de flujos extranjeros hacia activos argentinos y por la percepción de que el Gobierno logró estabilizar el mercado local sin necesidad de mayores controles.

Para los bancos internacionales, el umbral de los 1.000 puntos fue el "punto de inflexión". Con el riesgo país debajo de 600, los analistas creen que se abre una nueva etapa de revaluación progresiva de los activos argentinos.

Factores que explican la caída

El retroceso del riesgo país se sostiene sobre tres pilares concretos. Primero, la estabilización del tipo de cambio: el dólar financiero se mantiene contenido, lo que redujo la demanda de cobertura y generó espacio para que los fondos recompraran bonos.

Segundo, la mejora del frente fiscal: la reducción de subsidios energéticos y el repunte de la recaudación permitieron mostrar un déficit primario menor, algo que los bancos globales ven como señal de responsabilidad fiscal.

Tercero, un entorno internacional favorable: la Reserva Federal de Estados Unidos mantiene su política de tasas altas pero sin nuevos incrementos, lo que impulsa la búsqueda de rendimiento en mercados emergentes. En ese marco, Argentina reaparece en el radar de los inversores más agresivos.

No obstante, el panorama no está exento de riesgos. La baja de inflación y la acumulación de reservas aún deben consolidarse. Además, cualquier sobresalto político o atraso cambiario podría hacer que los spreads vuelvan a ampliarse rápidamente.

Qué necesita Argentina para volver al crédito

Los analistas coinciden en que, para sostener el rally, el país debe mostrar resultados verificables. JP Morgan estima que con tres trimestres consecutivos de superávit primario y un stock neto de reservas positivo, el riesgo país podría caer hasta 450 puntos en 2026, habilitando emisiones voluntarias.

Bank of America plantea un escenario similar: si la inflación se mantiene a la baja y el tipo de cambio oficial logra estabilidad, Argentina podría "reabrir gradualmente el acceso al mercado internacional" hacia mediados de 2026.

Por ahora, el desafío será no retroceder. Los bancos advierten que la credibilidad cuesta años en recuperarse, pero solo días en perderse.

El tablero financiero y la oportunidad local

Con el nuevo escenario, los bonos argentinos se convirtieron nuevamente en protagonistas. En el mercado local, los fondos de inversión ya comenzaron a reposicionarse en títulos soberanos y provinciales, aprovechando el spread todavía elevado respecto de otros emergentes.

Para los inversores minoristas, la oportunidad también está disponible: los bonos GD30, GD35, AL30 y AL35 pueden adquirirse a través de cuentas comitentes locales o CEDEARs de bonos, tanto en pesos como en dólares MEP.

El diferencial actual sigue siendo atractivo: los bonos argentinos rinden entre 10 % y 12 % anual en dólares, mientras que otros países de la región, como Brasil o México, ofrecen entre 4 % y 6 %. Si la tendencia de baja del riesgo país se sostiene, las ganancias potenciales por compresión de tasas podrían ser aún mayores.

Lo que viene

El descenso del riesgo país por debajo de los 600 puntos marca un cambio de era para el mercado argentino. Aunque el país sigue lejos del grado de inversión, la mejora en los precios de los bonos, el orden fiscal y la estabilidad cambiaria delinean un escenario más previsible.

Los bancos globales lo ven como una "ventana de oportunidad": si Argentina sostiene el rumbo y consolida sus indicadores, podría volver a emitir deuda voluntaria en 2026.

Después de años de desconfianza, el mensaje del mercado es claro: la confianza empieza a volver, punto por punto.

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