Hipotecas UVA al rojo vivo: la entidad que explotó su tasa y la que se mantuvo firme contra la inflación
El mercado de créditos hipotecarios UVA atraviesa su momento más intenso en años. Las tasas nominales anuales (TNA), que hasta hace poco se movían con moderación, comenzaron a escalar banco por banco, alterando por completo el mapa de accesibilidad. La evolución reciente evidencia caminos opuestos: entidades que incrementaron sus tasas hasta en ocho oportunidades desde el lanzamiento de sus líneas UVA, y otras que optaron por sostener condiciones competitivas pese al contexto financiero.
Este comportamiento disparejo generó una brecha histórica entre bancos públicos, privados y digitales. Hoy conviven tasas del 6%, 8%, 9%, 12,5%, 13,5% y hasta un dramático 15%, lo que se traduce en cuotas iniciales que pueden duplicarse de una entidad a otra para el mismo monto financiado.
El impacto en los hogares es directo: un crédito de referencia de US$100.000 equivalentes puede implicar una cuota inicial desde $869.000 en las opciones más baratas hasta más de $2.000.000 en los bancos más caros. Esta diferencia es fundamental para quienes buscan dejar el alquiler y acceder a su primera vivienda.
La foto del mercado muestra que la evolución de tasas no solo encareció los créditos, sino que además generó ganadores muy claros y perdedores que, al ajustar de manera agresiva, dejaron de ser competitivos para la clase media.
El ganador absoluto: Nación y la tasa más baja del sistema
En un contexto de aumentos generalizados, el Banco Nación sobresale por haber mantenido una evolución moderada y ordenada de su tasa hipotecaria. Si bien aplicó un ajuste reciente —subiendo su TNA del 4,5% al 6%—, sigue estando muy por debajo del promedio de los bancos privados y se sostiene como la alternativa más accesible del país.
Esa estabilidad no es menor. Mientras el resto del sistema financiero ajustó tasas en cascada, Nación mantuvo su política de respaldar el crédito hipotecario como herramienta de acceso a la vivienda. Con plazos de hasta 30 años, 75% de financiamiento y relación cuota-ingreso del 25%, se convirtió en la única entidad capaz de ofrecer una cuota inicial que compite directamente con los valores de alquiler en las principales ciudades.
Para un monto equivalente a US$100.000, la cuota inicial ronda los $869.350, cifra que muchos hogares ya destinan hoy al alquiler mensual de un departamento de tres ambientes. Esa comparación es clave para entender por qué Nación se mantuvo como la opción más sólida para la clase media incluso en medio de un ajuste inflacionario.
Además, el banco permite sumar ingresos del cónyuge o concubino sin restricciones adicionales y no exige montos elevados de inversión previa, lo que amplía la posibilidad de aprobación para familias que no califican en entidades privadas.
En resumen, el Nación logró lo que ningún otro banco pudo: preservar una tasa baja mientras el resto ajustaba al alza una y otra vez.
Los digitales se consolidan: Brubank y Banco del Sol como segunda línea competitiva
En la evolución de tasas, hubo otro grupo que resistió mejor que los privados tradicionales: las fintech bancarias. Brubank, con una tasa del 8%, y Banco del Sol, con 9%, lograron ubicarse como dos de las opciones más razonables del mercado. Sus aumentos fueron progresivos, sin sobresaltos, y mantuvieron las tasas dentro de un rango competitivo.
Brubank, por ejemplo, ofrece plazos de hasta 30 años, financia el 70% del valor tasado y exige ingresos mínimos relativamente accesibles en comparación con los privados tradicionales. Su cuota inicial por US$100.000 se ubica alrededor de $1.060.000, cifra que, aunque superior a Nación, sigue siendo manejable frente a los alquileres altos y muy inferior a los bancos del extremo más caro.
El Banco del Sol, por su parte, destaca con su 80% de financiamiento, lo que reduce la necesidad de anticipo y facilita el acceso para quienes no pueden cubrir el 25% o 30% inicial que exigen otras entidades. Para un crédito de referencia, la cuota inicial ronda los $1.300.000, un escalón medio que resulta atractivo para quienes buscan un equilibrio entre accesibilidad y digitalización.
En ambos casos, la evolución de tasas muestra una estrategia clara: evitar incrementos bruscos, sostener un producto competitivo y captar a un público joven, profesional y urbano que valora la simplicidad operativa y los trámites 100% digitales.
El otro extremo: los bancos que no dejaron de subir la tasa
Mientras Nación y las fintech mantuvieron moderación, los bancos privados tradicionales protagonizaron la escalada más intensa del mercado. Varias entidades aplicaron aumentos consecutivos que llevaron sus tasas al máximo del sistema, volviéndolas prácticamente inaccesibles para la clase media.
El Supervielle lidera este grupo, con una tasa del 15% que se consolidó luego de múltiples ajustes desde mediados de año. La combinación de tasa alta y plazos más cortos —hasta 15 años— dispara la cuota inicial por encima de los $2 millones, ubicándolo entre los créditos más caros del país.
El Macro siguió un patrón similar, también alcanzando el 15% tras varios incrementos que lo alejaron de su posición original. Aunque ofrece incentivos para menores de 30 años, el impacto de la tasa general domina la ecuación.
El Santander, con la misma tasa del 15%, completó una evolución ascendente que duplicó el costo de sus créditos UVA. Su cuota inicial se acerca a los $1.900.000, lo que lo deja completamente fuera del radar de quienes buscan financiamiento accesible.
Un escalón más abajo, el Galicia se mantiene en torno al 14% tras sucesivas subas. Aunque permite sumar hasta tres ingresos familiares, la magnitud de la tasa termina anulando esa ventaja.
En todos estos bancos, la evolución fue la misma: aumentos repetidos, encarecimiento acelerado y pérdida total de competitividad.
Las subas que sorprendieron: Credicoop y BBVA
El caso del Credicoop generó sorpresa: tras haber mantenido tasas moderadas, decidió ajustarlas con fuerza. Pasó de 10,5% a 12,5% para quienes acreditan sueldo y de 11,5% a 13,5% para el resto. Ese salto lo posicionó cerca de los bancos más caros, alejándolo de su histórico lugar de banca "intermedia".
El BBVA, por su parte, mantuvo una evolución más progresiva, pero terminó consolidándose en un punto medio con tasas del 10,5% al 10,9%. Su versión preferencial del 7,5% existe, pero está tan restringida —inversiones altas y sueldos millonarios— que no constituye una referencia real para la mayoría de los clientes.
Ambos bancos muestran cómo la evolución de tasas redefine categorías: lo que era "competitivo" hace algunos meses hoy quedó neutralizado por aumentos sostenidos.
Conclusión: quién gana y quién pierde en el nuevo mapa UVA
El resultado de la evolución de tasas es contundente: El Banco Nación es, por amplio margen, la mejor opción del mercado, con una tasa del 6%, plazos largos, cuotas moderadas y condiciones accesibles.
Le siguen Brubank (8%) y Banco del Sol (9%), que mantienen un equilibrio atractivo entre digitalización y costo financiero.
En el otro extremo, los bancos menos convenientes —por su escalada continua de tasas— son Supervielle, Macro, Santander y Galicia, todos con tasas entre 14% y 15% y cuotas iniciales que duplican a las entidades más competitivas.
La brecha es tan grande que elegir mal puede significar pagar un millón de pesos más por mes desde la primera cuota. En un mercado hipotecario al rojo vivo, la diferencia entre financiar con Nación o con un banco privado puede definir si comprar una casa es un proyecto viable o un sueño inalcanzable.