Mercados en retroceso: la licitación en dólares golpea al Merval y a los bonos
La vuelta del Tesoro a las colocaciones en moneda extranjera —algo que no ocurría desde hacía ocho años— dejó un sabor agridulce entre los operadores financieros. Tras el entusiasmo inicial, la lectura de la tasa interna de retorno del Bonar 2029N generó dudas y provocó un arranque bajista tanto para acciones como para títulos en dólares.
Bonos globales y el impacto de la nueva emisión
En Wall Street, los bonos soberanos retroceden de manera generalizada. El Global 2030 cede alrededor de 0,3%, seguido por el Global 2038, que ajusta 0,2%.
La plaza tomó con prudencia la emisión del Bonar 2029N, un bono a cuatro años bajo legislación local que permitió recaudar u$s 1.000 millones. El cupón quedó en 6,5% y la TIR en el precio de corte trepó a 9,26%, un nivel más alto del que estimaba el equipo económico.
Aun así, la demanda sorprendió: llegaron ofertas por más de u$s 1.400 millones, con la participación de más de 2.500 inversores, favorecidos, en parte, por las modificaciones normativas implementadas en los últimos días.
Acciones: un inicio en rojo para el S&P Merval
El índice líder de la Bolsa porteña retrocede 0,5% hasta los 2.997.971,40 puntos, mientras que su versión en dólares cae 0,8% a 1.996,65 unidades. La rueda muestra resultados mixtos entre las empresas locales: Transener encabeza las subas con 1,4%, mientras que Aluar marca la mayor baja con un recorte del 2,3%.
ADRs con movimientos dispares en Nueva York
El comportamiento de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street también es heterogéneo. Grupo Supervielle intenta recuperarse y avanza 1,2%, mientras que Cresud vuelve a ceder terreno con una baja del 1,4%.
Argentina retoma el crédito global y la City recalcula el próximo salto del dólar
l dólar oficial opera este jueves 11 de diciembre a $1460, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negocia a $1437,5. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1497 (+0,1%), y el MEP se ubica a $1471(-0,1%). Por último, en el segmento informal, el blue se negocia, a $1450.
La Argentina reabrió ayer una puerta que había permanecido cerrada durante casi ocho años: el acceso al financiamiento voluntario en dólares. La colocación del nuevo Bonar 2029, emitido por el Tesoro bajo ley local y con vencimiento bullet, marcó un regreso simbólico y financiero a los mercados internacionales, en un contexto donde las reservas continúan tensionadas y el calendario de pagos en moneda dura exige soluciones inmediatas.
La operación, por USD 1.000 millones, fue seguida de cerca por bancos, fondos, empresas y analistas, porque no sólo implica la aparición de un nuevo instrumento en dólares, sino también una señal de cómo puede evolucionar el dólar y la deuda local durante los próximos meses.
El bono fue diseñado con un cupón del 6,5% anual, pero su colocación se hizo por debajo de la par, lo que elevó el rendimiento efectivo hasta una tasa nominal del 9,26%. Esta diferencia abrió un debate profundo en la City sobre el verdadero costo de volver a endeudarse después de tanto tiempo y sobre qué lectura hace el mercado global del riesgo argentino. Sin embargo, más allá del análisis técnico, la operación dejó ver que existe una ventana —aun estrecha— para que el país vuelva a interactuar con inversores privados en dólares.
Otro aspecto central fue la demanda obtenida, que superó lo buscado inicialmente. Con ofertas por alrededor de USD 1.420 millones y más de 2.500 inversores participando, la colocación mostró que hay interés en papeles cortos, relativamente simples y con respaldo soberano. Para el Gobierno, eso significó no sólo conseguir los dólares necesarios, sino también validar que un instrumento nuevo puede ubicarse a una tasa menor que la curva vigente de bonos ley local.
A la vez, el uso principal de los fondos fue un elemento clave de la estrategia. El Tesoro destinará lo recaudado a enfrentar la mayor parte de los vencimientos del AL29 y AL30 del 9 de enero, por cerca de USD 1.270 millones, además de aliviar parte de los compromisos en moneda extranjera del próximo año. Para un mercado habituado a ver al Banco Central como única fuente de dólares, este movimiento fue leído como un intento de mostrar capacidad de financiamiento genuino.