Blanqueo: en enero se liberan u$s20.000 millones que pueden destinarse a inversiones financieras e inmobiliarias
El 1° de enero marcará un punto de inflexión para el sistema financiero argentino: quedarán liberados los depósitos de las Cuentas Especiales de Regularización de Activos (CERA), tanto en bancos como en Alycs. Se trata de un volumen que superaría los u$s20.000 millones y que, según coinciden distintos especialistas, podría redireccionarse principalmente hacia inversiones financieras e inmobiliarias.
Cabe recordar que, en el marco del último blanqueo de capitales, se estableció que los fondos de hasta u$s100.000 debían permanecer inmovilizados en cuentas CERA hasta el 31 de diciembre de 2025, o bien destinarse a inversiones habilitadas para evitar el pago de alícuotas adicionales.
De acuerdo con datos citados por el economista Fernando Marull (FMyA), a partir de información publicada por el Banco Central, los depósitos en cuentas CERA y en Alycs alcanzan los US$20.600 millones, mientras que el total de bienes declarados en el blanqueo llegó a US$23.300 millones, cifra que incluye inmuebles declarados y cuentas en el exterior.
"Muchos ganaron un 20% en bonos y acciones. Se espera un movimiento fuerte: parte seguirá en instrumentos financieros y parte irá a inmuebles y campos", anticipó Marull.
Qué destinos podrían tener los dólares liberados
Desde una mirada tributaria, Sebastián Domínguez, CEO de SDC Asesores Tributarios, explicó que los fondos hoy invertidos en activos financieros podrían rotar entre distintos instrumentos habilitados, aunque consideró poco probable que salgan completamente del circuito inversor.
En relación con el mercado inmobiliario, Domínguez señaló que podría convertirse en un destino relevante si se aprueba la reforma tributaria incluida en la reforma laboral. "Si se exime del impuesto cedular al resultado de la venta, cuando hay ganancia, y si se eximen los alquileres destinados a vivienda, parte de esos fondos puede ir a inmuebles para obtener una buena renta", sostuvo.
También mencionó al mercado de campos como una alternativa posible, especialmente para quienes apuestan a una revalorización de la tierra ante una eventual baja de retenciones. A su vez, no descartó que parte del dinero se canalice hacia inversiones en empresas, mediante el Régimen de Incentivo para Medianas Inversiones (RIMI).
"Lo más relevante es que las circunstancias no están dadas para que la gente, en su mayoría, retire los dólares y los guarde en una caja de seguridad. De alguna forma van a quedar en el sistema, ya sea en inversión financiera, inmuebles, el aporte a una empresa o plazos fijos, pero difícilmente en este contexto se saquen los dólares del sistema bancario", recalcó Domínguez.
El impacto de una eventual reforma impositiva
En la misma línea, César Litvin, CEO de Lisicki, Litvin & Abelovich, consideró que los fondos liberados podrían orientarse tanto a inversiones financieras como inmobiliarias, en un contexto donde una reforma impositiva eximiría del Impuesto a las Ganancias a las rentas provenientes de inmuebles y de instrumentos financieros de fuente argentina.
Por su parte, el abogado tributarista Diego Fraga remarcó que el destino final dependerá de cada contribuyente. "Algunos lo usarán para comprar departamentos, otros campos, otros vehículos. Lo que no veo es que lo vuelvan a poner debajo del colchón, porque no es lo más recomendable: con la inflación en los Estados Unidos, el dólar pierde valor todo el tiempo", detalló.
Un inversor que prefirió mantener el anonimato sostuvo que es difícil anticipar con precisión qué porcentaje irá a cada destino, aunque destacó que el momento elegido juega a favor del Gobierno. "Está todo bien pensado, porque ahora los que entraron en el blanqueo van a tener libertad para disponer de sus dólares cuando la confianza en la gestión es bastante elevada. En los últimos meses, hubo poca compra de dólares. La gente confía en el plan económico y no se está refugiando en el dólar constantemente", señaló.
Además, recordó que el 1° de enero de 2026 también se levantará la parte del cepo cambiario que aún rige para las empresas. "Si el escenario fuera caótico, todos retirarían los dólares de inmediato. Pero con el nivel de confianza actual, es posible que ni siquiera se muevan demasiado", concluyó.
Así, con más de u$s20.000 millones que recuperan plena disponibilidad, el inicio de 2026 se perfila como un período clave para observar hacia dónde se canaliza ese flujo de capitales y qué impacto tendrá en el sistema financiero y en la economía real.