El ejercicio es uno de los pilares de la vida saludable. Practicar actividad física en forma frecuente es esencial para mantener al cuerpo en movimiento y, de este modo, prevenir la aparición de ciertas enfermedades que se relacionan con el sedentarismo.

No obstante, el impacto positivo del ejercicio físico no se manifiesta únicamente en el cuerpo. La mente, la salud mental y psicológica también se ve beneficiada por la práctica de un deporte o una actividad, sin importar de cuál se trate. Sobre todo en situaciones como la que se vive actualmente, de cuarentena y aislamiento preventivo, mantenerse activos puede ser de gran ayuda para sobrellevar el día a día y minimizar los efectos negativos. 

Produce químicos "de la felicidad"

El ejercicio favorece la liberación de endorfinas, unas sustancias químicas que producen sensación de felicidad y euforia. En este sentido, hacer ejercicio en forma frecuente puede impactar positivamente en el estado de ánimo, más allá del efecto físico que tendrá. Para que la práctica de actividad física sea efectiva se aconseja hacer al menos tres veces a la semana y un mínimo de media hora. En relación al tipo de ejercicio no existe una distinción que indique que uno sea mejor que otro en la producción de endorfinas, por lo que cada persona puede seleccionar la actividad en función de sus gustos, intereses y objetivos.

Muchos estudios han demostrado que incluso pueden aliviar síntomas de ciertos trastornos psicológicos, como la depresión, por ejemplo. Por este motivo, algunos especialistas de la salud mental aconsejan que las personas que sufren trastornos como depresión o ansiedad, entre otros, mejoren su calidad de vida a partir de la inclusión el ejercicio en sus vidas.

Reduce el estrés

El estrés es un problema que aqueja a millones de personas en todo el mundo. Si bien las causas son diversas y prácticamente infinitas, el trabajo es uno de los principales motivos que pueden desencadenar un cuadro de estrés y afectar severamente la salud mental y física de la persona.

En este sentido, es importante mencionar que otro de los beneficios del ejercicio es la reducción de los niveles de estrés. El incremento en la producción de noradrenalina es el motivo de este efecto que la actividad física puede tener en la salud mental. La noradrenalina es un neurotransmisor y hormona que actúa en múltiples puntos del cuerpo, que se encuentra dentro del grupo de sustancias compuesto por la dopamina y la adrenalina.

El ejercicio puede disminuir el estrés

Después de un día de trabajo muy estresante o de una situación de tensión personal, una jornada de ejercicio puede ser altamente efectiva para mejorar el estado de salud mental y el nivel de afectación que estos hechos pueden tener.

Mejora el autoestima

La práctica de ejercicio es una actividad que, en la mayoría de los casos, resulta motivadora para las personas. Esto implica que los individuos tienen ganas de hacerla y que después de haber hecho ejercicio se sienten mejor y con ganas de continuar el día.

Esa motivación, sumada a los cambios físicos que la persona pueda ver en su cuerpo y al impacto en la salud mental, puede tener un efecto positivo en los niveles de autoestima. Esta situación es independiente del sexo, la edad o el peso, dado que está relacionada a la motivación y a la percepción positiva del propio cuerpo que la persona tiene.

Mejora las relaciones sociales

A medida que la percepción de uno mismo y la salud emocional mejoran, las relaciones sociales también pueden tener a mejorar. La relación positiva con uno mismo es un elemento central para poder establecer relaciones con otros individuos, ya sea en términos de amistad, de pareja, laborales o incluso con la propia familia.

Alivia la ansiedad

Los neurotransmisores liberados durante y después de practicar ejercicio pueden ayudar a la gente que sufre ansiedad a calmarse. Este impacto aparece, sobre todo, cuando el ejercicio que se hace es aeróbico y, dentro de lo posible, de media o alta intensidad.

Previene el deterioro cognitivo

A medida que las personas se hacen mayores se incrementa el riesgo de sufrir enfermedades degenerativas como el Alzheimer, especialmente a partir de los 60 años. La práctica de actividad física durante toda la vida, pero particularmente entre los 25 y los 45 años se consigue aumentar las sustancias químicas del cerebro que previenen la degeneración de algunas neuronas.

Además, practicar ejercicio físico de forma regular y adaptando la exigencia para mayores, está asociado con un menor riesgo de mortalidad. Principalmente, como consecuencia de un efecto protector cardiovascular, la actividad física disminuye el riesgo de sufrir un infarto cerebral y mejora la función cognitiva reduciendo el riesgo de padecer demencia y Alzheimer.

Mejora la memoria

Practicar ejercicio regularmente puede tener un efecto positivo sobre la memoria y la habilidad de aprender cosas nuevas. Esto sucede porque incrementa la producción de células del hipocampo que son responsables de la memoria y el aprendizaje. La investigación en este campo relaciona positivamente el desarrollo cerebral de los niños con la condición física de los mismos.

La práctica de ejercicio puede mejorar la memoria

Aumenta la capacidad cerebral

Al hacer ejercicio elcerebro produce más neuronas y más conexiones entre ellas, fenómeno que se conoce como neurogénesis. Por lo tanto, tu cerebro ganará forma y aumentará su capacidad de aprendizaje.

La capacidad cerebral puede aumentar cuando se practica ejercicio

En una investigación de Vaynman, Ying y Gomez-Pinilla, se demostró que un entrenamiento intenso aumenta los niveles de una proteína conocida como BDNF (Brain Derived Neurotrophic Factor) que se encuentra en el cerebro, y que se cree que influye positivamente en la toma de decisiones, en el pensamiento y el aprendizaje.

Más productividad

Una investigación realizada en 2011 concluyó que los trabajadores que practican ejercicio o deporte regularmente son más productivos y tienen más energía que sus compañeros sedentarios.

En algunos casos la productividad puede disminuir por el cansancio y el estrés

Además, es importante tener en cuenta que si se practica ejercicio antes de comenzar la jornada de trabajo o de estudio el día suele ser más productivo. La liberación de hormonas que tiene lugar durante la práctica de un deporte suele tener un impacto positivo en la productividad de los trabajadores.

Ayuda a controlar la adicción

El cerebro libera dopamina, un neurotransmisor que se conoce como "de la recompensa", en respuesta a un estímulo placentero como el sexo, las drogas o los alimentos. La práctica de ejercicio puede ayudar en la recuperación de un paciente adicto, dado que las sesiones cortas de ejercicio tienen un efecto positivo en los adictos al alcohol o las drogas al postergar el "carving" (al menos a corto plazo).

El abuso de alcohol, además, impide la normalidad en la vida del adicto. Una consecuencia negativa del consumo excesivo de esta sustancia es que interrumpe los ritmos circadianos, y como resultado, los alcohólicos tienen dificultades para dormir o permanecer dormidos si no consumen alcohol. Practicar ejercicio puede ayudar a reiniciar el reloj biológico y ayuda a conciliar el sueño.