Vacaciones 2026: qué cambios evalúa la reforma laboral y cómo impactarían en los trabajadores
La reforma laboral que ya tiene dictamen del Senado de la Nación y será debatida en el recinto en febrero evalúa flexibilizar las vacaciones en Argentina para 2026, permitiendo fraccionarlas en tramos mínimos de 7 días (actualmente continuos), con un posible mínimo de verano cada tres años, y extendiendo el período para tomarlas, lo que otorga mayor autonomía al trabajador para planificar su descanso, aunque genera debates sobre el poder del empleador y la previsibilidad, buscando adaptar la ley a las necesidades actuales y reducir litigiosidad, con notificación previa y acuerdos colectivos.
Vacaciones 2026: qué cambios plantea la reforma laboral
Fraccionamiento: Se permitiría dividir las vacaciones en períodos de, al menos, 7 días corridos, en lugar de ser continuas, lo que da más flexibilidad para usarlas en diferentes momentos del año.
Período de disfrute: Aunque se mantiene la base de octubre a abril, se busca más flexibilidad para acordar con el empleador el disfrute fuera de este período, o incluso adaptar los períodos según la actividad.
Garantía de verano: Se evalúa que, al menos una vez cada tres años, un tramo de vacaciones coincida con el verano (temporada alta de descanso), especialmente si el empleador las asigna individualmente.
Notificación: Se propone un preaviso de 30 días (o según el Convenio Colectivo de Trabajo) para que tanto empleador como trabajador puedan organizarse, adaptándose a la dinámica de cada empresa.
Parejas: Se busca garantizar que las parejas que trabajan en el mismo lugar puedan tomar sus vacaciones juntas.
Pago: La reforma podría mantener el pago al inicio de las vacaciones, o incluso permitir que se pague todo al inicio del primer tramo si son fraccionadas.
Cambios en las vacaciones 2026: ¿cómo impactaría en los trabajadores?
Mayor autonomía: Los empleados podrían adaptar mejor sus vacaciones a necesidades personales, familiares o de estudio, al poder fragmentarlas.
Flexibilidad vs. control: Aunque otorga flexibilidad, también podría dar más poder de decisión al empleador sobre la asignación de los períodos, aunque con la garantía del mínimo de verano.
Adaptación a la actividad: Se busca que los convenios colectivos y acuerdos sectoriales definan regímenes que se ajusten mejor a la realidad de cada industria, como servicios o producción.
Reducción de litigiosidad: El objetivo es clarificar la normativa para evitar conflictos, pero algunos temen que se precarice el descanso.
Reforma laboral: vacaciones y "banco de horas"
La propuesta de reforma laboral también incluye la figura del banco de horas para dar mayor flexibilidad a la organización del trabajo, especialmente en sectores con actividad estacional o fluctuante.
Más precisamente, el banco de horas es un mecanismo de flexibilidad de la jornada laboral que permite acumular horas de trabajo adicionales realizadas por el empleado en una "cuenta personal" para luego compensarlas con tiempo libre o reducción de jornada en períodos de menor actividad, en lugar de pagarlas inmediatamente como horas extras.
El banco de horas se establecería mediante convenios colectivos de diversos niveles o incluso acuerdos individuales que permitirían negociar la distribución de la jornada.
En momentos de alta demanda o picos de producción, el trabajador podría extender su jornada (por ejemplo, trabajar 12 horas en lugar de 8 por 4 días), y esas horas adicionales se acumularían en el banco.
En períodos de baja demanda, el trabajador podría usar el tiempo acumulado para tomarse días feriados compensatorios o tener jornadas reducidas, sin que esto implique una disminución de su salario.
El banco de horas será una alternativa a las horas extras tradicionales, pero no las reemplazaría por completo. El Artículo 201 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) que regula los recargos del 50% y 100% por horas extras seguiría vigente, pero el convenio podría priorizar el banco de horas. En caso de no haber acuerdo, las horas seguirían pagándose con recargo.
El objetivo es adaptar la distribución de horas según los picos de producción de la empresa y permitir que los trabajadores recuperen tiempo libre después, equilibrando productividad y descanso.