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Caputo y la teoría de los primeros 100 días de un nuevo líder

La salida del extitular del BCRA fue criticada por desordenada y por su mal "timing". Cómo proceden las empresas ante la renuncia de un referente clave
27/09/2018 - 06:54hs
Caputo y la teoría de los primeros 100 días de un nuevo líder

Con tres oraciones en un escueto comunicado de prensa, el otrora brazo financiero de la cúpula de Cambiemos, Luis "Toto" Caputo, se despidió de su carrera en el sector público el martes.

"Esta renuncia se debe a motivos personales, con la convicción de que el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional restablecerá la confianza acerca de la situación fiscal, financiera, monetaria y cambiaria", adujo la misiva que contenía el discurso oficial.

Más allá de ese gesto para cuidar las apariencias, el "timing" fue, como mínimo, desprolijo: con el Presidente Mauricio Macri sentado a la mesa de Christine Lagarde (titular del FMI) en Nueva York y cerrando el acuerdo que permitiría dar margen de acción al Banco Central para controlar el dólar y así luchar contra el enemigo mayor, la inflación, karma incontenible de este Gobierno.

Tampoco pasó desapercibido que el mensaje salió de la entidad financiera cinco minutos antes de que comenzara la jornada cambiaria del martes, cuando la norma indica que estos anuncios suelen hacerse a última hora del viernes para aminorar el impacto en los mercados.

Se suscitaron entonces numerosos rumores sobre lo ocurrido. Se habló de chicanas, de internas con uno y otro funcionario, de "amiguismos" de la poderosa Jefatura de Gabinete, y hasta de una operación del Fondo Monetario Internacional (FMI). Vale la pena recordar que el reemplazante designado, Guido Sandleris, fue investigador visitante en esa entidad multinacional –así como en el BID y la Reserva Federal de Minneapolis- y además formó parte de las negociaciones que se desarrollaron en estos días en Estados Unidos.

Sandleris proviene del riñón del ministro Nicolás Dujovne. Ambos referentes de Cambiemos mantienen, además, estrecho vínculo con la Universidad Torcuato Di Tella, de la cual el nuevo titular del BCRA fue recientemente decano. Por lo que también se tejieron versiones acerca de una pulseada entre el titular de Hacienda y el exlíder de Finanzas, donde el primero habría salido victorioso.

Pero oficialmente se mantuvieron los buenos modales: "Caputo le ha expresado al Presidente Macri todo su agradecimiento por la confianza depositada en él para ocupar diferentes cargos desde el comienzo de su gobierno", continuó el mensaje que difundió la entidad que defiende el valor de la moneda nacional.

E inmediatamente después, funcionarios de primera línea como el Ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, salieron a llevar calma y asegurar que se trató de una sucesión planificada, para nada sorpresiva.

"Los silencios siempre se llenan con hipótesis, fantasías o temores. Sentir que hay alguien solvente a cargo del timón, es fundamental para poder abocarse al día a día" (Miguel Cortina)

Estos intentos estuvieron lejos de convencer: "Me parece increíble que, si estaba ya consensuado, hayan elegido el día de un paro contra la política económica del Gobierno para hacer este anuncio. Comunicar es también manejar el timing", recordó Miguel Cortina, consultor empresarial y titular de AL Grupo Humano.

El agradecimiento y la salida por motivos personales son la versión políticamente correcta. Según consideran los expertos en management, conservar la etiqueta es la opción más adecuada para los casos en los que deja su puesto una figura clave en el entramado organizacional.

Pero con salvar las apariencias no es suficiente para la salida de un referente de alto perfil. Por caso, en su manual para dejar "un alto cargo y salir favorecido", el coach de alta gerencia y autor Daniel Colombo, es tajante al respecto: "No se puede renunciar e irse. Cuanto más alto el puesto, mayor es la responsabilidad".

Para este especialista, que también es conferencista internacional, lo mejor es planificar la salida tanto como sea posible. Y ahí es donde entra a jugar el factor clave que destacaron todos los analistas políticos: el "timing".

"Por más acuciante que sea el problema con el que el ejecutivo esté lidiando, es conveniente estudiar el momento conveniente. La única excepción sería un motivo grave de salud que haga insostenible la situación, o un caso de corrupción, donde lo esperable sería que ante la menor sospecha, la persona renuncie sin que se lo pidan, cosa poco frecuente en Iberoamérica", dijo Colombo a iProfesional.

"No hay que transformar la salida en un reality show. A mayor claridad en la comunicación, menos desvíos y más consistencia e integridad en lo que se transmite" (Daniel Colombo)

Además del momento propicio, otro factor que muchas veces se olvida es el de que coincidan el discurso de la persona saliente con las comunicaciones oficiales del organismo o empresa. En este sentido si fueron exitosos los esfuerzos comunicacionales de los máximos referentes del Gobierno, al ser consultados al respecto en los medios.

Aunque el consejo de Colombo es "evitar utilizar fórmulas gastadas y poco creíbles", como los "motivos personales" poco claros, y ser sincero y honesto. "No hay que transformar la salida en un reality show. A mayor claridad en la comunicación, menos desvíos y más consistencia e integridad en lo que se transmite", definió el master coach.

Más allá del éxito o no de cómo se comunicó la decisión del extitular del BCRA, los ruidos que produjo no dejarán de sonar en lo inmediato. Caputo no era un nombre cualquiera ni un líder más en el equipo de Cambiemos. Se lo consideraba parte del círculo de confianza de Mauricio Macri, quien primero lo nombró Secretario de Finanzas, lo promovió a Ministro del área y más tarde lo eligió para "capear" la batalla contra el dólar, tras la primera corrida cambiaria en 2018, como Presidente del Banco Central de la República Argentina.

Inevitable entonces no asociar su renuncia a la recordada salida de Alfonso Prat Gay al Ministerio de Hacienda. Aquel estratega que sacó a la Argentina del cepo cambiario en el primer año del Gobierno, la "estrella más brillante" del equipo económico –"el mejor de los últimos 50 años", según el propio Presidente- fue reemplazado nada menos que por Caputo y Nicolás Dujovne, tras un almuerzo muy ameno que el funcionario saliente compartió con el mandatario en Villa Langostura.

Caputo había sido instrumental en el equipo que, con Prat Gay a la cabeza, negoció con los fondos buitre. Así el funcionario pasó a ser el preferido para el sillón principal en Finanzas. Ahora, tras haber reemplazado a Federico Sturzenegger, fue desplazado de la comitiva que viajó a negociar con el Fondo, y finalmente reemplazado en su función.

Prueba de los 100 días

En las empresas, cuando la salida de un líder clave en la cúpula directiva se hace de forma desordenada, produce un efecto de "radio pasillo".

"Eso siempre existe. Lo más relevante es que incorpore la mirada de la empresa. Esa perspectiva, debidamente comunicada, tiene que estar en la mente y dialogo de los colaboradores", aclaró al respecto Cortina.

"Los silencios siempre se llenan con hipótesis, fantasías o temores. Obviamente, a cada empresa le pega distinto y estas crisis connotan algo diferente para los respectivos colaboradores. Sentir que hay alguien solvente a cargo del timón, es fundamental para poder abocarse al día a día", resumió el titular de AL Grupo Humano.

Para Colombo, tampoco el silencio es una opción, y además es necesario "ser consistente en la comunicación externa e interna". Ya que "de todas formas se hablará al respecto, al menos, que se incluya la versión oficial de quien renuncia", indicó.

En las empresas es ineludible que, ante un recambio de referentes de alto perfil, proliferen los rumores, la incertidumbre, el mal clima. Pero eventualmente la organización se reagrupa, las dudas se disipan y en el mejor de los casos, se vuelve al curso natural.

En este sentido, tanto la compañía como los actores involucrados pueden tomar medidas para colaborar en la transición.

"Lo fundamental tiene que ver con trabajar con la comunicación y contrarrestar la falta de información, que genera mayores niveles de ansiedad y negatividad", recetó la psicóloga y consultora organizacional, Lucrecia Mendes da Silva.

Ella sugiere diseñar un plan de comunicación con un estilo claro, destinado a llevar tranquilidad a los colaboradores para que puedan continuar con sus procesos diarios. "Cuando ellos ven que se avecina la llegada, por ejemplo, de un nuevo CEO, es inevitable que se genere una tensión. Porque eso implica conocer una persona nueva, que va a venir con un liderazgo distinto, con valores diferentes a los del líder anterior. Es inevitable, pero hay que navegarlo de la mejor forma posible para que la organización pueda seguir cumpliendo con sus objetivos de base", aclaró a este medio.

Por su parte, Colombo propone que la persona que se va muestre "los dos o tres próximos pasos que se hayan acordado, y así aquietar el clima enrarecido, que si o sí se va a dar tanto dentro como fuera de la empresa".

La diferencia entre estos escenarios y lo ocurrido en el caso del Banco Central, más allá de la escala, es que las consecuencias de ese "radio pasillo" pueden ser devastadoras: suba del dólar, baja en los precios de las acciones de empresas argentinas, desconfianza en los mercados y el impacto en el índice de riesgo país, solo para nombrar algunas.

En ese punto, lo ocurrido esta semana no admite paralelismos con lo que pasa en las empresas. No por nada, algunas de las fuentes expertas en conducta organizacional consultadas por este medio, se abstuvieron de opinar y se limitaron a hablar de una "profunda tristeza para el país" y de cómo los actores involucrados "no ayudan en nada" a que la sociedad argentina puede superar el momento.

Dicho esto, que la salida de Caputo se produzca a 100 días de su llegada al BCRA (asumió el 14 de junio pasado), provoca una asociación inevitable con la teoría de "los primeros 100 días" con la que se suele abordar el desembarco de un líder externo a una compañía.

Se estima que los primeros tres meses, cuando un CEO o director ejecutivo no es promovido desde el interior de la organización, son clave en una nueva gestión. En ese período, se espera que ese jefe complete su inducción y se haga con el mando interno.

"Es para toda persona nueva que se incorpora a una cultura de trabajo que ya está establecida, y que tiene que darse a conocer a través de su estrategia, de sus valores, su forma de trabajo, de como proyecta a futuro la organización y de qué manera espera llegar a los objetivos. También dice mucho sobre sus capacidades para el puesto la forma en la que logre superar los obstáculos que se presenten", describió Mendes da Silva.

Un reporte de Boston Consulting Group de 2013, describe este "período de gracia" como la etapa en la cual "los CEO estudian el contexto y la dinámica de la compañía, y desarrollan un plan de acción que sienta el tono probablemente para todo su período".

"Mejor que lo hagan bien", advierten en la firma de consultoría.

No se trata de un desafío menor. Las investigaciones de la consultora Signium indican que a nivel global, sólo el 40% de los ejecutivos reclutados para esta función superan los primeros 18 meses sin declinar al puesto.

En ese marco, si el objetivo de que Caputo estuviera al frente del Central era para llevar tranquilidad a los inversores de Wall Street –como se dijo al inicio de su gestión-, los resultados no fueron los esperados: el dólar pasó de cotizar $28,40 a $38,10 en su último día.

"El ingreso de un nuevo CEO es una oportunidad de repensar las prácticas actuales, de delinear una estrategia que permita implementar cambios y mejoras, y desarrollar un conocimiento de la situación actual y el contexto" (Lucrecia Mendes da Silva)

Pero para ser justos, al ex titular de Finanzas le tocó sentarse en la "silla eyectora": desde la fundación del Banco en 1935, a excepción de su primer presidente, Ernesto Bosch, ninguno de sus sucesores terminó su mandato.

Aunque como dice el proverbio, "a rey muerto, rey puesto". Esto es, desde Nueva York Sandleris comenzó su propio período de gracia de 100 días en el BCRA. ¿Será él quien finalmente cambie la historia de esa famosa "silla caliente" en Reconquista 266?

"El ingreso de un nuevo CEO es una oportunidad de repensar las prácticas actuales, de delinear una estrategia que permita implementar cambios y mejoras, y desarrollar un conocimiento de la situación actual y el contexto", contestó Mendes da Silva, enfocándose en lo que ocurre en estos casos exclusivamente en el ámbito empresarial.

En sus primeros 100 días un líder transmite su estilo al equipo y a los grupos de interés, llega a conocer los perfiles de cada uno y así facilita la transición y la diaria laboral, dijo la consultora organizacional.

"Es ideal que en ese período, quien asuma pueda generar confianza no solamente en el equipo de trabajo sino en los grupos de interés, para lograr mayor adhesión a su estilo y a su forma de trabajo. Esto es fundamental para que la organización vuelva de a poco a acomodarse y se consiga la alineación entre la estrategia del CEO y los procesos que se vayan llevando adelante", indicó.

Según Boston Consulting Group, no existen fórmulas infalibles para que los CEO puedan superar esta prueba de los 100 días, ya que cada talento y cada lugar es diferente. Solo hay algunas constantes que se repiten en todos los casos.

De acuerdo al mencionado reporte, los flamantes directivos necesitan "maximizar su preparación para el trabajo, usando este entretiempo para investigar, consultar y ser introspectivos".

También deben, según recomienda la consultora norteamericana, alejarse "del intenso y a veces hostil escrutinio de los stakeholders, de la presión de las distintas agendas y de las demandas en conflicto".

Por último, es conveniente que todo nuevo CEO permanezca flexible, atento a las ideas de los demás, y que sepa diferenciar entre los "consejeros" que solo están buscando servir a su propio interés y aquellos que se alinean sus objetivos y están preparados para actuar en consecuencia.