Tal como pasó el viernes de la semana pasada, los principales industriales de la Argentina volverán a analizar con el Gobierno y con los gremios las medidas que podrían permitirle a la Argentina iniciar un proceso de reconstrucción post 13 de abril.

Es decir, los mecanismos que el Gobierno podría adoptar para empezar a reactivar la economía luego de que flexibilice el cepo sanitario obligatorio para que la industria, el comercio, el campo y los servicios puedan recomenzar a facturar, vender, producir y pagar salarios.

La cita sería este martes por la tarde, aunque todavía no se tiene en claro si será a través de una videoconferencia o presencial y en la Quinta de Olivos, al estilo de los encuentros que Alberto Fernández mantuvo el último día hábil de la semana pasada con representantes de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), por la mañana; la CGT durante el mediodía y la Unión Industrial Argentina (UIA), por la tarde.

Fueron reuniones por separado pero numerosas en cantidad de asistentes al punto que en el caso de la compartida por los referentes de la dirigencia gremial, por lo menos para la foto de ocasión no se respetaron las distancias sociales recomendadas para evitar un posible contagio del virus.

Más allá de esta anécdota, la dirigencia industrial llevará su propia propuesta para encausar la próxima etapa del combate contra la pandemia del Covid-19 que será con un aislamiento más light, progresivo pero que también deberá atacar las nefastas consecuencias que las medidas sanitarias están generando en todas las actividades.

Los planteos de la UIA se basarán en encuestas propias entre sus empresas asociadas que arrojan preocupantes resultados sobre el estado actual del sector industrial.

Y también en otras consultas que anticipan que las ventas anuales de las empresas caerán entre el 20% y el 50% producto de la crisis provocada por el virus. O que el 90% tiene problemas para pagar salarios, atender las obligaciones tributarias, acceder a créditos blandos que les permitan reconstruir capital de trabajo y pensar en terminar el año, por lo menos, recuperando los niveles de producción y ventas con los que los iniciaron.

De hecho, en las encuestas que maneja la UIA, casi el 80% de los consultados no cree que las medidas económicas tomadas por el gobierno nacional sean suficientes para atenuar el impacto negativo de esta crisis en la coyuntura económica.

Por eso, ya en reuniones anteriores, la cúpula de la dirigencia industrial que encabeza Miguel Acevedo los pedidos de asistencia estatal se orientaron a la necesidad de disminuir los aportes patronales para afrontar el pago de salarios; financiación adecuada para las pymes; flexibilización en el cumplimiento de las obligaciones previsionales y tributarias, entre otras.

Ahora, la UIA quiere un paso más allá y dejarle a Alberto Fernández una carpeta con iniciativas para que el Jefe de Estado analice y tome en cuenta cuando defina cómo será la salida de la cuarentena obligatoria.

"Daremos sugerencias", dicen desde la entidad industrial, sobre qué sectores deberían ser tenidos en cuenta para que puedan volver a sus actividades de una forma más habitual pero de manera paulatina y pautada, analizando las posibilidades de liberación pautada por el volumen de producción de una empresa o por la cantidad de personal, por ejemplo.

También, para las empresas de capital intensivo como petróleo y gas, automóviles, telecomunicaciones, construcción, trenes, aerolíneas, minería, acero, químicas, que la están pasando mal, se encuentran con un derrumbe de sus operaciones o hasta totalmente paralizadas por la crisis sanitaria.

A esto, siempre según voceros de la UIA, se podrían agregar las de trabajo intensivo como restaurantes, hoteles, agricultura, alimentos, textil, medios de información, manufacturas, que deberían encarar el nuevo proceso tratando de respetar en extremo las recomendaciones sanitarias contra el coronavirus, en especial las relacionadas con el distanciamiento, la cantidad de personal afectado a sus tareas, entre otras.

Los hombres de la industria también le aconsejarán a Fernández que permita la operatoria habitual del sistema financiero. Es decir, que los bancos sean considerados un sector esencial y estén abiertos casi de manera habitual.

En este caso, existe mucho malestar del empresariado con el sector financiero, porque consideran mezquino el aporte que vienen haciendo ante la necesidad de financiamiento y crédito accesible que se debe volcar a la economía para ayudar a la reconstrucción.

Los acusan de "esconder" los préstamos flexibles que el Banco Central anunció que se van a volcar a la economía a tasas de hasta el 24% pero que, en la práctica, no existen. También, de complicar las operatorias de las grandes empresas, en especial en lo que respecta a las que se concretan con cheques.

El aporte de la UIA hasta analiza el escenario del transporte público de pasajeros, teniendo en cuenta que la cuarentena flexible volcarás más usuarios a las calles y, por ende, se precisará de una mayor dotación de trenes, subtes y colectivos, en especial en las horas pico.

Pero en el plan de la industria sobrevuela un problema. El pico de la pandemia que, según las autoridades sanitarias, llegará para la primera mitad de mayo. Esto obligará a que la liberación del aislamiento obligatorio sea mucho más cauteloso para evitar un recrudecimiento de los contagios y de los graves efectos para la salud de todos los trabajadores que puedan sumarse a los sectores permitidos para volver a las tareas casi habituales.

En este sentido, los industriales pedirán a todos los sectores que sean autorizados a trabajar a profundizar los protocolos ya utilizados hasta ahora vinculados a las relaciones dentro de las fábricas, las distancias y la higienización de los trabajadores.