La parálisis que evidencia el consumo desde la irrupción del Covid-19 mantiene en vilo al segmento de los comercializadores de combustibles, que en toda ocasión disponible no deja de exponer cómo cada instancia de la cuarentena extendida derivó en un incremento en las pérdidas de las estaciones de servicio.

Con un desplome de ventas que alcanzó un nivel cercano al 90 por ciento entre marzo y abril, los expendedores dan por descontado que el panorama se complicará aún más con la decisión oficial de establecer un congelamiento de los combustibles con vigencia hasta el mes de octubre.

Si bien resta la publicación de este movimiento en el Boletín Oficial, en el ámbito de los estacioneros dan por hecho que esto ocurrirá en el transcurso de estos días. Exponen, también, que imponer este freno a los aumentos por casi 5 meses guarda relación directa con la imposición de un nuevo barril "criollo" con un precio del orden de los 45 dólares.

Desde CECHA, la confederación que integra a los empresarios del combustible de toda la Argentina su titular, Gabriel Bornoroni, dijo a iProfesional que la consolidación de una nueva cotización para el crudo local permitirá proteger el empleo de la industria petrolera y garantizará regalías elevadas a las provincias productoras, pero complicará fuerte el abastecimiento y la venta de las compañías de la extracción a las mismas estaciones de servicio.

"Poner un barril en 45 dólares es positivo para la industria, claro, pero la decisión de congelar los combustibles hasta octubre juega en contra dado que la inflación dispara los costos. Y de acá a 5 meses a muchas petroleras no les convendrá vender combustibles a volúmenes amplios", comentó a este medio.

"Por efecto de esos mismos costos, las empresas sólo se limitarán a cumplir con los contratos de venta ya establecidos. ¿Qué pasará cuando se recupere la demanda de naftas? Bueno, ahí es muy probable que volvamos a tener problemas importantes en lo que tiene que ver con el abastecimiento. Regresaremos a un escenario que ya conocemos: el faltante y la cuotificación en la entrega de combustibles a las estaciones de servicio", anticipó a iProfesional.

Las estaciones de servicio anticipan que podrían volver los faltantes por el precio congelado.

Pérdidas millonarias

Bornoroni comentó que, en promedio, los puntos de venta de naftas acumulan pérdidas del orden de los 5 millones de pesos desde que se impuso la cuarentena a esta parte. Sostuvo que el peligro de cierres se mantiene latente, algo ya advertido a principios de abril.

"La flexibilización del aislamiento para algunas actividades no redundó en una recuperación de relevancia en las ventas. Hoy tenemos un desplome en la demanda del orden del 75 por ciento, veníamos de alcanzar un pico de 90 por ciento. Confiamos en que una salida más amplia de la cuarentena nos permitirá recuperar las ventas a razón de un 10 por ciento mensual".

El barril "criollo" alto impide cualquier baja en el precio de las naftas.

El entrevistado dio por descartada cualquier posibilidad de baja de precios de las naftas a partir del contexto económico y el momento que transita toda la producción hidrocarburífera en la Argentina.

"Algo así podría pensarse sólo si se comienza a operar con un barril en torno a los 30 dólares. Pero una cotización en ese número implicaría romper a toda la cadena de producción local. Justamente el valor de 45 dólares que se fijará para el barril 'criollo' apunta a seguir asegurándole rentabilidad a los petroleros. Pero ese mismo precio alto es que el impide abaratar las naftas. Es una cosa o la otra. El consumidor es quien, finalmente, terminará sosteniendo la diferencia en los surtidores", concluyó.