Ropa de segunda mano: volumen récord y precios bajos preocupan a fabricantes locales
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En los primeros meses de 2025, el país recibió cerca de 200 camiones repletos de ropa de segunda mano, una avalancha que preocupa al sector textil y genera alarma por sus efectos ambientales y de salud pública.
Sólo en octubre ingresaron 1.067 toneladas de prendas usadas, sumando 3.521 toneladas en lo que va del año. Este flujo equivale al 11% de todas las importaciones de indumentaria que llegan por aduana.
El precio promedio de la ropa de descarte es de apenas 1,2 dólares por kilo, frente a los 18,4 dólares por kilo de las prendas nuevas importadas. Este desequilibrio de precios y cantidades amenaza la viabilidad de comercios e industria local, según advierten empresarios del sector.
La ruta de ingreso y su impacto ambiental
El 90% de esta ropa usada llega desde Chile, principalmente a través de la aduana de Jujuy, desde donde se distribuye al Área Metropolitana de Buenos Aires.
"Chile es hoy el cuarto importador mundial de ropa usada y sufre las consecuencias: el 40% termina en desechos en el desierto de Atacama. Muchas prendas contienen fibras sintéticas y químicos que contaminan el entorno", explican desde la Cámara Industrial de la Indumentaria.
Una prohibición que quedó en el pasado
La importación de ropa usada estuvo prohibida casi tres décadas. La medida, vigente desde 1999 y renovada periódicamente, buscaba proteger la salud pública, la seguridad y el medio ambiente. El último decreto que regulaba la actividad fue el 333/2017, con vigencia hasta diciembre de 2022.
Actualmente, no existe ninguna restricción que limite la entrada de ropa usada al país, lo que facilita un comercio masivo que preocupa a autoridades y empresarios.
El desafío para la industria argentina
Empresarios del sector de confección y comercialización advierten que la entrada sin control de ropa usada puede afectar la competitividad, generar pérdida de empleo y aumentar los riesgos sanitarios. Además, el impacto ambiental es significativo: la acumulación de fibras sintéticas y químicos provenientes de las prendas usadas representa una amenaza para suelos y aguas.
"El fenómeno de importaciones masivas de ropa usada no solo compite deslealmente con la producción local, sino que también reproduce los problemas que ya enfrentan otros países de la región, como Chile, donde grandes volúmenes terminan en basureros y rellenos contaminantes", sostienen desde cámaras textiles.
Boom de ropa china en TikTok: venden fardos de 20 kilos por $800.000
La fuente presencia de las plataformas online chinas, como Shein, Temu y la misma AliExpress, se están haciendo notar debido a la apertura importadora que dispuso el Gobierno de Javier Milei, disparó un negocio floreciente: el de la indumentaria a granel.
La expansión de este rubro, mayormente reservado a prendas de vestir de marca con fallas imperceptibles o de segunda mano, contrasta con el cierre en Argentina de 68 pymes textiles hasta mediados de 2025, la pérdida de más de 4.000 puestos, las 900 suspensiones y la caída al 40% en el uso de la capacidad instalada que asuela a la industria nacional del ramo.
Cada vez se comercializa más ropa por canales alternativos a los tradicionales, como shoppings y locales de marca, y precisamente la irrupción de las plataformas internacionales online, sobre todo las de procedencia china, reactivó la oferta en megaferias como La Salada, la avenida Avellaneda, en Flores, las ferias populares, las americanas e inclusive los manteros.
Las dos terceras partes de las prendas se fabrican y comercializan en el país a través de dos grandes circuitos mayoristas informales: La Salada y Flores. Son cada vez más buscados los fardos de ropa importada que promociona Shein: vienen directo de China y traen 50 o 100 prendas, cada una con su bolsita de la página web.
Muchos mayoristas de ropa ofrecen la opción de adquirir fardos, en los que suelen venir entre 80 y 100 prendas, depende de si las que llegan son más livianas o más gruesas. Todas las que integran esos paquetes son seminuevas y sus tallas son las comerciales, incluso algunas hasta con etiquetas.
Cada saco de 20 kilos contiene 80 a 100 prendas aproximadamente y puede llevar algunas para hombre. Vienen blusas de estilo más ejecutivo y semiformal en su mayoría de manga larga, procedencia europea. Los fardos ropa de casa son de primera con segunda y contienen 40 kg, que equivalen a 93 prendas aproximadamente, según el grosor de lo que salga.