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Ginés reconoce error en pronóstico sobre contagios: ¿hay margen para volver a la cuarentena estricta?

El ministro había dicho hace dos semanas que se acercaba el punto de inflexión de la curva. Ahora se muestra preocupado por un relajamiento de los cuidados
24/07/2020 - 06:50hs
Ginés reconoce error en pronóstico sobre contagios: ¿hay margen para volver a la cuarentena estricta?

No fue, precisamente, el momento más profético de Ginés González García. Hace dos semanas, todavía en la fase de aislamiento estricto, el ministro de Salud Pública había pronosticado que "en dos o tres días" se alcanzaría el punto de inflexión a partir del cual la curva de contagios comenzaría a descender.

La explicación del funcionario era que el aumento en la cantidad de contagios –en ese entonces se sumaban de a 2.400 por día- obedecía a la mayor circulación de personas durante la flexibilización de la cuarentena y que, por lo tanto, al haber vuelto al régimen más estricto, eso redundaría en una disminución de casos que se sentiría con un par de semanas de retraso.

Lo cierto es que cuando llegó el momento de revisar la vigencia de la medida, los contagios no sólo no se habían aplanado sino que habían subido al entorno de 3.500 casos diarios y ahora, cuando toca la nueva evaluación, se superó la inquietante marca de 6.000 nuevos contagios.

A esta altura, cuesta creer que el ministro de Salud no tenga una consultoría en comunicación que le advierta sobre el riesgo de hacer proyecciones sobre casos de contagios. Lo cierto es que su pronóstico se mostró absolutamente alejado de la realidad, al punto que hoy se vuelve a hablar sobre la eventualidad de retornar a la fase de la cuarentena estricta.

Esa es, de hecho una posibilidad mencionada por el ministro de salud bonaerense, Daniel Gollán, quien justificó las medidas tomadas con el argumento de que ahora la situación podría ser peor de no ser por el aislamiento estricto.

La culpa de los asados

En tanto, los infectólogos de instituciones privadas no tienen dudas sobre que lo que viene es un empeoramiento, y se señala el mes de agosto como posible punto máximo en los niveles de contagio.

Como posible disculpa para el error de apreciación de Ginés, varios especialistas señalaban que en el reciente regreso al régimen de aislamiento estricto se observó un acatamiento bajo, como quedó demostrado por los análisis de movilidad geo referenciados.

"Venía viendo números que no me gustaban, creí que iban a empezar a bajar como consecuencia de la cuarentena anterior. Evidentemente no tuvo los efectos que tuvieron las anteriores y eso se debe a que no fue hecha de manera correcta por algunos argentinos", explicó el ministro a modo de autocrítica.

Para Ginés, un relajamiento en el acatamiento de la cuarentena explica la aceleración de la curva de contagios
Para Ginés, un relajamiento en el acatamiento de la cuarentena explica la aceleración de la curva de contagios

El diagnóstico del funcionario es que "mucho de lo que está pasando tiene que ver con reuniones clandestinas, asados, mateadas". Y dio a entender que la posibilidad de un nuevo retroceso en la apertura de la actividad en el AMBA es una posibilidad a estudio.

De hecho, en provincias como Jujuy, Córdoba y Santa Fe se produjeron en los últimos días endurecimientos de los controles ante la constatación de una suba de casos de contagio.

Pero en el caso del área metropolitana de Buenos Aires queda la duda respecto de si, a esta altura, sigue habiendo margen para implementar un nuevo cierre. La propia desobediencia civil a la cuarentena anterior parece dar la pauta de que ello no es posible, ante la situación de crisis económica y de hastío social.

El último anuncio a cargo del presidente Alberto Fernández había hablado sobre la necesidad de apelar a una "libertad responsable" y se puso el foco en algunos indicadores positivos, como el hecho de que la duplicación de nuevos casos se producía en un lapso más largo, o que en términos porcentuales era menor la cantidad de infectados que requería internación.

Pero claro, una cosa es la mejora en términos relativos y otra el empeoramiento en términos absolutos, que es lo que cuenta a la hora de dar asistencia con los recursos hospitalarios.

El termómetro en el sistema hospitalario

La repetición de pronósticos errados sobre la pandemia hace que la credibilidad del ministro de Salud haya entrado en cuestionamiento. Y esta situación lleva a la paradoja de que, posiblemente, el sistema de salud deba enfrentar su momento de mayor estrés en coincidencia con una apertura del aislamiento.

Uno de los puntos preocupantes en ese contexto es la limitación en la disponibilidad de camas para internación en terapia intensiva. Sobre todo porque hay una situación cercana a la saturación en instituciones privadas de Capital –que en principio habían sido vistas como la reserva para asistir a un eventual desborde en el conurbano-.

Y es ahí cuando toma nuevamente vigencia un potencial conflicto: qué ocurrirá cuando sea necesario que el desborde ocasionado en el conurbano implique el uso de recursos de infraestructura de áreas vecinas, empezando por la Ciudad de Buenos Aires.

El gobierno nacional logró hasta ahora contener –pero no eliminar- un debate que se había esbozado de forma intensa al comienzo de la cuarentena: si la infraestructura privada de las empresas de medicina prepaga debían estar a disposición de un plan nacional. Lo cual, eventualmente, podría implicar que los asociados perdieran posibilidades de atención en esas instituciones, que deberían derivar sus recursos.

En las últimas semanas trascendieron cifras en el sentido de que ya un 30% de los ocupantes del sistema de salud pública porteño corresponde a derivaciones de la provincia, una situación que podría intensificarse en la medida que la curva de contagios se mantenga.

Y fue ese marco que volvieron a sentirse las tensiones entre el sector público y el privado. Temerosos de que puedan sufrir juicios por parte de afiliados que no encuentren lugar para internarse en su institución, los empresarios de la salud se niegan a que haya derivaciones desde hospitales públicos, sobre todo si se trata de personas sin ningún tipo de cobertura.

El colapso del sistema de salud, principal preocupación con la suba de los contagios
El colapso del sistema de salud, principal preocupación con la suba de los contagios

En las últimas semanas hubo hospitales del conurbano que ya completaron su capacidad de atención en las salas de terapia intensiva, lo cual obligó a medidas de emergencia –tales como traslados de respiradores y habilitaciones de camas en centros modulares- en zonas como Tigre, Quilmes, La Matanza y Morón.

Los intendentes de los partidos más castigados por la pandemia hablan de niveles de ocupación de las terapias intensivas que superan con amplitud el 70%, con clara tendencia ascendente, una cifra que se contrapone a la estadística oficial de 65% para el AMBA y que hace temer a los expertos por un colapso en la capacidad.

Lo cierto es que muchas de las camas ocupadas no responden a casos de Covid-19 sino a otras típicas enfermedades estacionales. La situación había sido prevista por el gobernador Kicillof cuando, al anunciarse una de las extensiones de la cuarentena recordó que lo peor no había llegado porque todos los indicadores se agravarían en el invierno.

El gobernador recordó que, para esta altura del año pasado, sin pandemia, ya la infraestructura sanitaria en el conurbano estaba colapsada por el aumento estacional de internaciones que ocasionan las neumonías, la influenza y las típicas enfermedades contagiosas en el invierno.

Con lo cual, la perspectiva de un colapso, más allá de los pronósticos optimistas que intenta transmitir Ginés Gonzáles García, sigue estando latente.