Tras el atentado a la vicepresidenta Cristina Kirchner, en el Gobierno hubo planteos internos sobre el momento político y también sobre la relación con el arco opositor. En el oficialismo quedó la sensación de que se manejaron correctamente durante el día posterior al violento episodio, pero hay desconfianzas mutuas con su contraparte que hasta ahora traban la posibilidad de un mensaje conjunto para descomprimir el clima.

Al inicio de la pandemia de Covid-19 en marzo de 2020, el presidente Alberto Fernández, el jefe de Gobierno porteño y referente del PRO, Horacio Rodríguez Larreta, y los líderes parlamentarios de la oposición y del oficialismo se mostraron juntos en el intento por transmitir tranquilidad durante uno o dos meses. La especulación de que la escena se repitiera sobrevoló el ambiente político en las últimas horas.

"Hubo idas y vueltas con ese tema todo el día", deslizó a iProfesional una fuente que transita los pasillos de la Casa Rosada tras la extensa jornada del viernes. Durante la reunión del Gabinete de urgencia que se realizó por la mañana se evaluó la posibilidad de un llamado a referentes de Juntos por el Cambio, pero la profundidad y el resultado de esa charla se mantuvo bajo reserva.

En el Gobierno porteño que encabeza Rodríguez Larreta y que protagonizó durante los días previos una tirante discusión con Cristina Kirchner por el operativo de seguridad ante las concentraciones de militantes en su departamento de Recoleta y con la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, por el nivel de "dureza" de la Ciudad también hubo análisis sobre un posible llamado.

Una fuente del Gabinete porteño consultada por este medio indicó que "esperaban ser convocados a la reunión" que, por la tarde, se realizó en la Casa Rosada con dirigentes sindicales, empresariales, religiosos y de derechos humanos cuyo fin, según el propio Gobierno, fue "construir un amplio consenso contra los discursos del odio y la violencia". Pero no se dio.

¿Qué piensan en el Gobierno sobre el manejo de la crisis?

Sobre la falta de una convocatoria a la oposición para bajar la tensión del clima, algunas voces del oficialismo señalaron las dudas y la división que hubo en Juntos por el Cambio ante el llamado a una sesión especial de la Cámara de Diputados convocada para este sábado. "¿Iban a querer ir a la Rosada?", se preguntaron en el oficialismo, con ese hecho delante.

Alberto Fernández reunió a referentes de sectores diversos pero no hubo una decisión de convocar a la oposición

Por otro lado, en la Casa Rosada hubo cierta satisfacción con los movimientos del Presidente ante el ataque sufrido por la vicepresidenta. La evaluación en algunos despachos fue que Fernández estuvo "ordenado" desde la cadena nacional y hasta su visita a Cristina Kirchner en el departamento de Juncal y Uruguay, en el barrio de Recoleta, donde hasta el viernes por la tarde noche. También en sus mensajes posteriores.

En líneas generales, en el oficialismo consideran que, más allá de los cantos de la militancia en Plaza de Mayo contra algunos medios de comunicación y de las banderas partidarias, las expresiones de los dirigentes más importantes del Frente de Todos, entre ellos referentes de La Cámpora como Andrés "Cuervo" Larroque fueron correctas y "muy medidas".

Además, destacaron que "los repudios internacionales fueron fuertes". Uno de los que más satisfacción generó fue el del secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, quien expresó la "fuerte condena" de ese país al "intento de asesinato" de la vicepresidenta y expresó su apoyo "al Gobierno y al pueblo argentino, en rechazo a la violencia y el odio".

Los asesores comunicacionales que trabajan para el Frente de Todos tomaron nota de ese rechazo al "odio", una de las palabras claves del discurso oficialista en su repudio al atentado.

La relación Gobierno-oposición: ¿convivencia imposible?

A la desconfianza del Gobierno sobre la posición de Juntos por el Cambio en esta situación se le suma el propio escepticismo de la coalición opositora frente al Gobierno, en especial dentro del PRO.

Lo expresó el jefe del bloque de diputados, Cristian Ritondo: "Hablan de la unidad nacional y no convocan a un solo opositor. Hablan de amor en un discurso cargado de odio y resentimiento. No fue un 'feriado de reflexión', fue un acto partidario y una oportunidad perdida de ser mejores".

En el gobierno de Rodríguez Larreta sorprendió la actitud de la Casa Rosada y hay desconfianza en la oposición

Sin la presencia opositora, el Presidente encabezó un encuentro con referentes de los derechos humanos como la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, y dirigentes sindicales como los líderes de la CGT, Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, y de la CTA, Hugo Yasky.

También concurrieron Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA, y Alfredo González, presidente de la CAME, y referentes de entidades religiosas como Amos Linetzky, presidente de la AMIA; Christian Hooft, presidente de ACIERA; Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y Jorge Knoblovits, presidente de DAIA, entre otros.

La foto fue una muestra de unidad del Gobierno tras meses de crisis interna y un intento por alcanzar una unidad nacional para repudiar el ataque contra la vicepresidenta y condenar el uso de la violencia en todas sus formas.

Fernández destacó en la comunicación posterior los "puntos en común" vertidos durante la reunión, que tienen que ver con "volver a poner en práctica un pacto democrático donde la violencia sea excluida, el discurso del odio sea eliminado y el respeto sea un valor".

La posibilidad de dar una muestra de verdadera unidad nacional contra la violencia a partir de un gesto conjunto con la oposición, por ahora, está lejos.