El presidente Javier Milei se presentó ante el Foro Económico Mundial de Davos con un discurso de tono rupturista en el que advirtió que "Occidente está en peligro" porque se encuentra "cooptado por una visión que conduce al socialismo" e intentó asumir un rol de referente internacional del "modelo de la libertad" con una arenga a los empresarios presentes para que "no se entreguen a la clase política".

En su primera presentación ante un foro internacional Milei mostró que su discurso no varía según el auditorio, sino que por el contrario es capaz de potenciarlo. Al Presidente no le tembló la voz para cuestionar a los "organismos internacionales" y a la "academia" que, según dijo, se apoyan en la "doxa de izquierda" que promueve el "colectivismo".

"Estamos acá para decirles que los experimentos colectivistas nunca son la solución a los problemas que aquejan a los ciudadanos del mundo sino que, por el contrario, son su causa", lanzó Milei al tiempo que puso a la Argentina como ejemplo de ello y, en contraste, planteó que la única herramienta para reducir la pobreza es "el capitalismo de libre empresa" que ahora, bajo su Gobierno, intenta adoptar la Argentina.

De punta a punta el discurso del Presidente dejo ver un intento por empezar a jugar un rol en la geopolítica como referente del "libertarismo" y luchador contra el "socialismo" o "neomarxismo", pero en una segunda lectura también asoma el objetivo de atraer inversiones y préstamos que la Argentina necesita por parte del establishment empresarial internacional, para quienes su discurso suena como música.

Milei en Davos: ¿por qué su discurso apuntó a una proyección internacional?

A pesar de hablar ante un foro empresarial, las definiciones políticas del mandatario se destacaron por sobre las económicas. Es allí donde se filtra la intención de ocupar un lugar nuevo en el mapa de Occidente, al que advirtió sobre el "peligro" en el que están sus "valores" por la cooptación de ideas que llevarían "al socialismo y en consecuencia, a la pobreza".

Si bien realizó una exposición tipo cátedra sobre el crecimiento del PBI per cápita mundial desde el año 1800 en adelante que, según dijo, es la prueba de que "el capitalismo de libre empresa como sistema económico es la única herramienta para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia a lo largo y ancho del planeta", en términos políticos fue similar a lo que en su momento expresaba el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, e incluso fue un poco más allá.

Milei lanzó un fuerte mensaje político de alcance internacional con críticas a partidos, organismos y la agenda ambiental

Con su exposición como base, Milei afirmó que "sectores del establishment político y económico" hoy están "socanvando" ese sistema que ha dado "la mayor expansión de riqueza de la historia" y planteó que "los socialistas" reemplazaron la idea de la "lucha de clases" por "otros supuestos conflictos sociales" como "la pelea entre el hombre y la mujer" y "entre el hombre y la naturaleza".

En ese sentido, criticó lo que definió como "feminismo radical" y también a la "agenda ambiental", un tema central hoy para casi todos los países de occidente donde también es objeto de fuertes discusiones entre "derechas" e "izquierdas". Desde su lugar de Presidente, el posicionamiento de Milei en esa disputa podría darle cierta proyección internacional.

Más aún, el líder libertario dio un paso más en esa dirección y se metió en la política interna de los países de Occidente al afirmar que "buena parte de las ofertas políticas aceptadas" en ellos son "variantes colectivistas" sin importar que se definan como "socialdemócratas, demócratas cristianos, progresistas, nacionalistas, globalistas" u otras. "Todas defienden un modelo contrario al que llevó a la humanidad al progreso más espectacular de su historia", disparó el Presidente.

Hasta dónde puede llegar el mensaje político de Milei

Estas definiciones de Milei son sin dudas más que agradables para la llamada "nueva derecha" que en los últimos diez años mostró un notable crecimiento en numerosos países, con Trump y la radicalización de una parte del Partido Republicano en Estados Unidos; Jair Bolsonaro en Brasil; Vox en España; Giorgia Meloni en Italia o Marine Le Pen en Francia, entre otros ejemplos.

El Presidente se metió en la agenda internacional que aglutina a la "nueva derecha" con su definición en contra de lo que llamó "feminismo radical" y también su cuestionamiento del multilateralismo en un contexto que, según su teoría, solo favorece la proliferación de esas "ideas nocivas", en las que incluyó también a la agenda ambiental.

Y es que para Milei "los neo marxistas han sabido cooptar el sentido común de Occidente" gracias a la "apropiación de los medios de comunicación, de la cultura, de las universidades y también de los organismos internacionales". Es último caso es "el más grave" por la "influencia" que tienen "en las decisiones políticas y económicas de los países" que los integran, afirmó.

El Presidente buscó seducir inversores al arengar a los empresarios contra la política y presentarse como un aliado

A grades rasgos, el Presidente planteó una cruzada ideológica para "combatir frontalmente estas ideas", en un foro que hace llegar su mensaje a referentes políticos de numerosos países. "Por suerte, somos cada vez más los que nos atrevemos a levantar la voz", agregó en una inconfundible muestra de que su discurso no fue solo para que se escuche en Argentina sino también afuera.

¿Un intento por seducir inversores?: la otra cara del discurso con la mira en los empresarios

Más allá del mensaje político, la presentación de Milei en el Foro de Davos también tuvo en cuenta la necesidad que tiene la Argentina de atraer dólares, ya sea en forma de préstamos o de inversión directa. Es difícil que, en su defensa del "capitalismo de libre empresa", la definición de los empresarios como "benefactores sociales" e incluso "héroes" no haya sido pensada con ese fin, mucho menos su presentación como un "aliado" de los empresarios. 

Si bien estos conceptos forman parte del bagaje teórico del Presidente y de la ideología a la que se aferra en cualquier auditorio, Milei entiende que el Foro de Davos es una oportunidad para atraer inversores y es en ese contexto que su discurso puede cobrar un sentido más práctico.

"Hoy nosotros estamos volviendo a abrazar, luego de cien años de penumbras, el modelo de la libertad. Espero que esta vez Argentina y el mundo recorramos juntos el camino de la prosperidad", señaló Milei. 

Ese mensaje, en combinación con sus críticas a las regulaciones estatales, su planteo de que "el capitalista es un benefactor social" que "contribuye al bienestar general" y su promesa de que "este es el modelo" que él propone "para la Argentina del futuro", constituyeron su llamado al empresariado internacional para acercarse al país.

Pero además, esto se vio complementado con la arenga final que dirigió explícitamente a los empresarios, a quienes les dijo que "no se dejen amedrentar ni por la casta política, ni por los parásitos que viven del Estado, no se entreguen a una clase política que lo único que quiere es perpetuarse en el poder" y que "nadie les diga que su ambición es inmoral".

"No cedan al Estado, el Estado no es la solución, es el problema mismo", continuó el Presidente al tiempo que les aseguró que "a partir de hoy cuentan con un aliado inclaudicable en la República Argentina". Así, Javier Mieli atendió en el Foro de Davos tanto la cuestión político-ideológica como la económica, donde las inversiones juegan un rol central para su recién iniciado gobierno. Resta ver hasta dónde puede llegar su mensaje.