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Larga vida a la televisión paga, viva la TV paga: los servicios como Netflix no le harán mella

En la medida en que la banda ancha fija no se expandan, los diversos servicios de streaming de video no harán temblar a la TV. La foto actual y a 10 años
26/09/2018 - 06:53hs
Larga vida a la televisión paga, viva la TV paga: los servicios como Netflix no le harán mella

El abandono de la suscripción a la TV paga a manos de los nuevos proveedores de entretenimiento on line, como Netflix, no será ni tan rápido ni tan masivo como, hasta hace un tiempo, se preveía. Si bien en los Estados Unidos el fenómeno del cord cutting (dejar de pagar la TV por suscripción) viene incrementándose, ahora están surgiendo más dudas. Y en países como la Argentina, donde la penetración del servicio de TV paga es de 78% contra un 51% de penetración de la banda ancha fija, los cuestionamientos son todavía más profundos.

Es que, para abandonar un servicio de TV paga a cambio de poder tener uno o varios OTT (Over the top) como Netflix, Qubit, Crackle, Blim o contratar los llamados “stand alone”, la opción on line de las señales tradicionales de cable como HBO, ESPN, FOX y otros, hay que tener un buen acceso de banda ancha.

Y si en la Argentina hay unos 11 millones de abonados al servicio de televisión por suscripción, y algo más de 7 millones de clientes de banda ancha fija, donde los proveedores de internet no siempre brindan televisión, ¿hay dudas de dónde vendrá la resistencia para evitar que el fenómeno del cord cutting se produzca, tal como lo pronostican algunos analistas?

“La penetración de la TV paga en la Argentina es la más alta de la región, donde el promedio es de 51%. El ARPU (promedio de ingreso por cliente) se mantiene en u$s21 y es el más alto entre el resto de los servicios. No se está viendo un fenómeno de cord cutting de manera agresiva. Por el contrario, vemos que se va a mantener el abono a la TV paga en la medida en que los distintos operadores se adapten a las nuevas modalidades de servicios”, dijo Tomás Gennari, vicepresidente ejecutivo de la consultora Business Bureau (BB), durante su exposición en la jornada Nada Será lo que Era, que se desarrolló en la Universidad Austral.

Y la razón por la que no se advierte que haya un abandono masivo de la TV por suscripción tal como se la conoce es sencilla: el mercado de banda ancha fija no crece, lo que se incrementa es la velocidad de los ya conectados pero no hay un avance exponencial de más argentinos subiéndose al servicio.

La razón es sencilla: los grandes proveedores de telecomunicaciones encaran sus inversiones en renovar sus redes (en el caso de Telefónica y Telecom, convertir las viejas de ADSL en fibra óptica) o en desarrollar nueva infraestructura en fibra óptica, tal el caso de Claro o de iPlan.

Pero en ningún caso se trata de grandes inversiones: se efectúa por zonas, por “manchones”, siempre que pertenezcan a los sectores de mayor poder adquisitivo. Están muy lejos de ser desembolsos masivos en desarrollo genuino de infraestructura.

La velocidad de conexión crece, sí, y de acuerdo a diversos datos, públicos y privados, el promedio ronda los 20 mb, la mínima que necesita hoy un hogar conectado que consume streaming de video, de música, y además se conecta a otros servicios. Pero no se trata de un promedio equitativo en todo el país. Apenas alcanza a las grandes urbes.

Con estos datos el fenómeno del cord-cutting no tiene muchas perspectivas de avanzar de manera agresiva. Mucho menos cuando, ahora, hasta en los Estados Unidos se está poniendo en duda la velocidad de este comportamiento.

Si bien este año este comportamiento se incrementó un 30%, el 71% de los norteamericanos aún mantiene su plan de suscripción a la televisión. Y de ese total, un 97% no planea darlo de baja, de acuerdo a un reporte de la consultora GfK MRI tras sondear a 24.000 personas.

El informe mostró, además, que la decisión de mantener el servicio se debe a que se trata de una prestación “probada y profundamente establecida”. Y esto cabe tanto a los millennials, es decir, el segmento de 18 a 34 años, cuyo 58% continuará pagando el servicio como también al grupo de 35 a 49 años, que lo mantendrá en un 69%, al igual que el 80% de los mayores de 50 años.

Si bien se advierte un corte generacional fuerte, que más de la mitad del segmento más joven aún se mantenga en niveles por encima del 50% es una muestra de que, al menos en el caso de la televisión, hay una inclinación a la adopción de los nuevos servicios pero que todavía conviven con los de la era más analógica.

Por supuesto que el streaming de video continuará in crescendo. En América latina 7 de cada 10 hogares con internet tiene acceso a alguna de estas plataformas. Y sobre ese total, el 36% cuenta con Netflix, el 8% con Clarovideo y el 2% con Amazon Video Prime, según los datos de BB.

En la región conviven más de 270 plataformas de este estilo, y la penetración alcanza al 25% de los hogares. Si, crece, sin dudas. Pero se trata todavía de un negocio menor respecto de la televisión paga.

Acá vale volver otra vez sobre la Argentina porque es donde la televisión paga tiene su mayor inserción. Este negocio mueve unos u$s3.000 millones anuales contra u$s2 millones que está moviendo el streaming de video en el país, siguiendo el reporte de BB.

La mirada es compartida por quienes participan del negocio de la televisión, pero desde el lado de la provisión de infraestructura, donde se ve con más fidelidad los movimientos que se dan de un lado y del otro.

“La convulsión en el mercado de la televisión es extraordinaria. Las incumbentes resisten y las entrantes se juegan todo. Habrá una tensión constante entre ambos mundos. Los viejos prestadores no van a dejar el modelo así nomás porque tienen todo el negocio, desde los contenidos hasta la distribución y la pauta”, dijo Facundo Favelukes, director de BVS, una compañía especializada en soluciones de broadcast y TI.

Las proyecciones sobre el mercado de TV son hasta optimistas. "La penetración de la TV por cable se mantendrá estable en un 41% en los próximos 10 años. A esto se suma que los millennials, contrariamente a lo que se creen, consumen cada vez más televisión lineal y un 21% tiene acceso a internet de alta velocidad", explicó, por su parte, Martín Caravia, director general de Research de DirecTV para América latina.

El experto detalló que en la región los millennials consumen 14 horas de TV lineal por semana, en un comportamiento similar a los pertenecientes a la Generación X y también a los baby boomers.

El siete básico

Sin embargo, el negocio continuará moviéndose, quién lo duda. Más en momentos donde cada vez más servicios pueden confluir a través de una misma red.

“Cualquier empresa que da TV e internet, que es un MSO (Operador de Múltiples Sistemas) tiene que estar preparado para el heptaplay, cuyo consumo promedio básico es de u$s92”, dijo, por su parte, Horacio Gennari, presidente de BB durante su exposición en la Universidad Austral.

Para el especialista, son siete los servicios básicos que tendrán que brindar los operadores porque allí se librará la mayor competencia. A saber: telefonía fija (u$s12), internet (u$s24), telefonía móvil (u$s10), TV paga (u$s21), TV everywhere/VOD (u$s10), música (u$s5), y Smart home (u$s10).

“Las grandes luchas de los operadores se van a concentrar para dar estos servicios básicos”, insistió Gennari padre. Y consideró que la fusión de Telecom con Cablevisión, que calificó de “defensiva”, apunta a posicionarse en ese negocio que permite ganar u$s92 de promedio por la combinación de los siete servicios básicos.

Es la razón por la que Telecentro decidió incorporar a Netflix de entrada, cuando comenzó a popularizarse en la Argentina. Idéntica a la alianza global que Telefónica selló con la misma empresa para incluirla en su paquete de servicios. Y similar a la que no descarta Telecom a futuro.

Porque la amenaza que significó el surgimiento de los prestadores de video on demand ya no lo es tanto. El trillado “Si no puedes contra el enemigo, únete a él” cobró, una vez más, vigencia en este segmento. Y, cada uno a su ritmo, también lo hará.

Por esa razón, Caravia, de DirecTV, coincidió en que "el cord cutting no va a desarmar a la industria de la TV paga de un día para el otro". Aunque advirtió que el cambio vendrá más que nada por la mayor adopción de los múltiples servicios a través del móvil. Y que, de cara a los próximos 10 años, seguramente el mayor consumo se de a través de Youtube, Instagram, Twitch, Netflix y la PS4, que hoy ya concentran 40 minutos de consumo, lógicamente entre las generaciones más jóvenes.

Una de las dudas que aún no tiene respuesta cabal es la vinculada con el streaming de música. Personal ya ofrece acceso a Spotify en algunos de sus planes, y Movistar lo hace de la mano de Napster. Todos, de alguna manera incorporan cada uno de estos siete servicios básicos.

En este punto vale acudir a otro dato, también revelado por BB: aunque un 66% de los conectados de América latina usan algún servicio de streaming de música, menos de la mitad está dispuesto a pagar. En la Argentina, ese negocio mueve u$s56 millones anuales. Las dudas pasan por si se debe ofrecer como un servicio de valor agregado o si se trata, realmente, de un negocio, planteó Gennari hijo.

Por supuesto que será una batalla que se dará principalmente en las grandes urbes. Porque si no crece la cantidad de abonados a la banda ancha fija, que es la que mejor facilita la disponibilidad de todos estos servicios, las expectativas serán más que moderadas.

Que algunas compañías, como Movistar, planee anclar parte de sus futuros servicios convergentes en 4G allí donde no hay fibra óptica es una alternativa. Pero todo dependerá también de qué tan potente sea la banda ancha móvil, que todavía muestra grandes falencias en el país.

En definitiva, mucha convergencia, mucha tendencia, y también mucha propensión a mantener el status quo. Al menos en la Argentina.

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