Google tiene un poder inmenso, por encima incluso de Facebook y Amazon. Por ejemplo, es el dueño de Android, el sistema operativo de mayor masividad global. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y, entre sus múltiples éxitos, también hay fracasos, como los siguientes:

Google Glass

Tenían un precio demasiado elevado para el consumidor medio, un impacto muy elevado en la privacidad y su estética no casaba con la forma de vestir de la ciudadanía. Por eso, en el año 2015, las Google Glass dejaron de venderse al público en general y pasaron a convertirse en un producto específico para profesionales de ámbitos muy determinados.

Lively

Se trataba de un ambicioso proyecto de Google que pretendía recrear un mundo virutal al estilo "Second life". Los usuarios podían crearse un avatar a su gusto y establecerse en una parcela del mundo virtual.

A diferencia de Second Life, el proyecto de Google nunca terminó de calar. Una de las razones de peso tras este fracaso fue que, mientras que en el primero era posible comprar y vender objetos, en el segundo no existía una economía establecida.

Google Buzz

Se trató de una extraña red social que se integró en su servicio de correo electrónico, Gmail. Sin embargo, la red social presentó problemas de privacidad y nunca llegó a calar entre el público en general. A principios de esta década Google anunció que cerraría en el servicio para centrarse en Google+.

Google+

Tras el fracaso de Buzz, Google apostó por Google+ como su gran red social. Al igual que su antecesor, también se trata de un producto que fracasó estrepitosamente. La mayoría de los usuarios nunca terminó de entender cómo funcionaba la película ni para qué servia. Sin embargo, cuando un problema de software expuso por error los datos de cientos de miles de usuarios de esta red social Google tiró la toalla definitivamente y echó el cartel del cierre.

Google video

"Si no puedes con tu enemigo, únete a él". Durante años Google intentó desarrollar su propia plataforma de streaming de videos para competir con un incipiente YouTube. Sin embargo, tras años de intentar superar en vano a YouTube, Google decidió tirar de chequera para hacerse con la empresa de vídeos en streaming más famosa del mundo.