La inteligencia artificial (IA) está ya presente en todas las industrias y cuando hablamos de dispositivos tecnológicos de uso diario como celulares o computadoras, la relación surge de modo natural e intuitivo.

Sin embargo, no resulta tan directo el vínculo si pensamos en los electrodomésticos, esos mismos que hace un tiempo identificábamos como de línea blanca. ¿Qué tiene para ofrecer la IA en un lava secarropas o en una heladera?

La respuesta estará relacionada en forma directa con el uso más eficiente de los recursos, con el consiguiente ahorro en la factura de energía, y la interacción del aparato con su dueño por medio de una aplicación móvil.

En la década pasada los fabricantes de electrodomésticos comenzaron a sumarles el calificativo de "inteligentes" a los productos que incorporaron conectividad con el objetivo primario de añadirles la opción del manejo remoto. Así fue posible apagar desde la calle o la oficina un climatizador cuyo dueño olvidó encendido.

En este rubro observamos hoy que se acerca mucho más a una inteligencia efectiva, relacionada en forma directa al conocimiento y la toma de decisiones. Aparatos que a través de sensores son capaces de identificar con precisión lo que sucede tanto en su interior como en su entorno y utilizar esa información en pos de mejorar su eficiencia con notables beneficios para sus usuarios.

El otro elemento fundamental que incorporan en esta nueva generación radica en la integración mediante protocolos de comunicación que permiten controlar desde una misma plataforma dispositivos diferentes de una misma marca o incluso de fabricantes distintos.

Desde una plataforma y una aplicación se puede controlar desde el móvil a los electrodomésticos de la casa.

Dos casos emblemáticos en el mercado local son los sistemas ThinQ de LG y SmartThings de Samsung. Ambas compañías surcoreanas ofrecen aparatos de líneas variadas de productos que se comunican y controlan a través de estas plataformas cuyo corazón es una aplicación móvil.

El principio sobre el cual actúa la IA en productos de línea blanca radica en una pregunta clave: si todos tenemos dinámicas y hábitos de uso diferentes en nuestros hogares, ¿por qué nuestros electrodomésticos no pueden conocernos al punto de adaptar su modo de funcionamiento?

Dicho de otro modo: ¿puede una heladera aprender sobre los horarios del día en los cuales más veces serán abiertas sus puertas y adelantarse con una performance más activa en esos momentos y de menor consumo en los restantes? Con la IA es posible.

Lavado inteligente con la IA

Un ejemplo interesante es el de los lava secarropas de la familia IA Ecobuble de Samsung, que forman parte del ecosistema SmartThings, una plataforma que integra, entre otras funciones, un servicio que analiza el consumo de energía de los electrodomésticos compatibles y ofrece recomendaciones para reducir gastos.

Este tipo de plataformas vinculadas a una aplicación permiten saber en tiempo real cuánta energía consume el electrodoméstico mientras está en funcionamiento. Esto brinda la posibilidad de programar los lavados con mayor o menor frecuencia.

Además la IA agrega recomendaciones de uso de acuerdo con lo que aprende sobre los hábitos de los usuarios, y la aplicación consulta sobre el tipo de prendas que serán lavadas y su nivel de suciedad y sugiere los ciclos de lavado más adecuados.

Lavarropas Samsung de carga frontal con IA.

Para estas recomendaciones tiene en cuenta además el peso total de la ropa que se introduce en el tambor del aparato. Las capacidades de estos aparatos permiten reconocer los tejidos de las prendas con el fin de realizar un lavado en profundidad utilizando únicamente agua fría.

A la hora del lavado el propio movimiento del agua, generado por el funcionamiento inteligente del motor y las burbujas que esto produce, puede ayudar durante el ciclo para lograr una limpieza más profunda y penetrante en los tejidos con menor uso de jabón.

El Ecobuble mezcla en el inicio del lavado el jabón con el agua para generar pequeñas burbujas que inyecta luego en el tambor. Penetra así entre las fibras y evita la fricción entre ellas. El resultado, según sostiene el fabricante, es un lavado de alta calidad con un ahorro energético de hasta el 70% comparado con uno estándar.

Respecto a la utilización de insumos, el propio equipo dedica mayor o menor cantidad de detergente de acuerdo con la turbidez del agua que detecta inicialmente. Desde el celular es posible activar, pausar y programar los ciclos de lavado para que lleguen al final en el momento en el cual los usuarios estarán presentes en la vivienda para retirar la ropa del interior.

El consumo de agua por parte de los sistemas de lavado siempre puede ser optimizado, por ejemplo generando mezclas con aire en diferentes proporciones para que las burbujas hagan parte del trabajo.

La IA permite al equipo realizar un autodiagnóstico sobre su funcionamiento correcto para comunicarle al usuario a través de la aplicación si debiera realizar algún tipo de acción relacionada con el mantenimiento preventivo del aparato.

Burbujas generadas por la IA de Samsung en un lavarropas.

La inteligencia artificial en la heladera

El único electrodoméstico del hogar que funciona las 24 horas es la heladera. Esto nos puede llevar a pensar que este aparato consumirá de manera inevitable la energía que deba utilizar para cumplir su tarea. Sin embargo, la inteligencia artificial llegó para hacer un aporte valioso en materia de ahorro energético.

Mediante la IA, este tipo de aparatos detecta el tamaño y la temperatura de los alimentos que se le introducen para adaptar su modo de funcionamiento que conjuga el control de temperatura y humedad del interior, elementos fundamentales para la mayor conservación de la frescura de los alimentos.

En tiempos como los que estamos atravesando de aumentos cotidianos de precios, ¿cuánto significa para la economía de una familia conservar frescas las frutas y verduras durante una semana más?

En este proceso de determinar temperatura y humedad del aire del refrigerador intervienen los sensores internos y externos con que cuenta, ya que naturalmente la demanda de funcionamiento de la heladera no es la misma en las diferentes épocas del año, incluso en diversos momentos del día.

El diferencial que aporta la inteligencia en este sentido radica en que toma decisiones para regular el nivel de rendimiento del motor, siempre con el objetivo de consumir la energía justa y necesaria.

Las heladeras compatibles con plataformas móviles permiten también controlar en forma remota le temperatura interna del refrigerador porque, de hecho, no es necesario mantenerlo funcionando al mismo nivel si no habrá moradores durante un período determinado de tiempo. Por ejemplo, desde allí es posible activar el Modo Vacaciones para que el electrodoméstico adapte su accionar a un tiempo en el cual la exigencia será mínima.

Desde una aplicación se puede programar un lavado de ropa.

Estas características se suman a las ventajas que ofrecen los motores con tecnología Inverter los cuales regulan su funcionamiento de acuerdo con la demanda, a diferencia de los modelos estándar en los cuales el motor siempre se activa bajo un mismo régimen de potencia. Sumadas todas funcionalidades descriptas permiten obtener un ahorro anual del orden del 30% en materia de consumo energético de la heladera.