En San Pablo se hacen vinos soberbios, y no hablamos de Brasil
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San Pablo. Seguramente muchos asocien este nombre propio con tráfico, cemento y autopistas. Es decir, con una de las ciudades más populosas de América Latina y del mundo. Pero si le preguntaras a una persona a la que le gusta el vino y que se ocupa por investigar y estar al tanto de las últimas tendencias, entonces seguramente saque su celular del bolsillo y te muestre en Google Maps un punto perdido en Mendoza.
San Pablo, para los amantes del vino, es una zona clave, que está alumbrando algunos de los vinos más interesantes del Valle de Uco. Su historia es muy reciente para los parámetros de la vitivinicultura argentina: allí comenzaron a plantarse los primeros viñedos recién hacia mediados y fines de los años ’90.
Y no fue hasta fines de 2019, luego de cuatro años de trabajo por parte de tres bodegas, que se convirtió en una indicación geográfica (IG), luego de la aprobación por parte del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
La iniciativa correspondió a tres bodegas (Salentein, Tapiz y Zuccardi), que desarrollaron una tarea de investigación junto a la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Cuyo y el propio INV para obtener esa categoría.
Según marca la ley 25.163, que regula la denominación de vinos, en su artículo 4° plantea que una IG es el nombre que identifica un producto originario de una región, una localidad o un área de producción delimitada del territorio nacional no mayor que la superficie de una provincia o de una zona interprovincial ya reconocida.
Además, establece que la IG solo se justificará cuando las características del producto que allí se obtenga sean atribuibles fundamentalmente a su origen geográfico.
Y esto es justamente lo que señalan desde Bodegas Salentein, que acaba de presentar vía Zoom su ambiciosa y completa línea Single Vineyard con IG San Pablo.
En total, San Pablo tiene poco más de 500 hectáreas plantadas. De ese total, Salentein posee unas 230 hectáreas y en un par de meses más sumarán otras 20.
Antes de entrar de lleno en las características que ofrece este terroir, hay que marcar algunos puntos clave: está en una zona claramente de altura, con un rango que va de los 1.250 metros hasta los 1.600 metros sobre el nivel del mar. Y está bien pegada a la montaña, limitando hacia el noreste con Gualtallary y más hacia el sur, con Los Árboles. Para tener una referencia, Gualtallary en su parte baja parte de los 1.080 msnm.
José "Pepe" Galante, enólogo de Bodegas Salentein, remarcó que "la IG es importante, porque es un compromiso que surge de abajo hacia arriba; es decir que los productores son los responsables de sostener esta IG y de hacerla crecer. Por eso es algo muy sustentable".
A su turno, Matías Bauza Moreno, PR & Luxury Portfolio Manager de Bodegas Salentein, señaló como un hito el hecho de que "se trató de un desarrollo de la nada".
"En el año ’96, cuando se compró el viñedo La Pampa, en San Pablo, no había nadie. Recién en el ’98 se construyó la bodega y en el 2000 se presentó la primera cosecha. Llegar a los 1.600 metros y más, ese salto hacia la altura, era una locura en esa época. Pero el tiempo nos dio la razón y hoy podemos hablar de una IG".
Y aquí entra a tallar un factor clave: el microclima que se genera, especialmente en la parte más alta. En Vinos & Bodegas lo comprobamos en un viaje reciente, donde se visitaron algunos de los viñedos. Es un lugar diferente a todo lo que se conoce en el Valle de Uco. La humedad que hay, la vegetación, incluso la presencia de ruinas jesuíticas… es una experiencia en sí misma. Hay, incluso y sin ánimos de pecar de pretencioso, cierta mística en ese lugar.
Y Galante no oculta su pasión cuando habla de San Pablo: "Hay condiciones especiales para hacer grandes vinos realmente".
El enólogo señala como una de las características particulares el régimen de lluvias, con cerca de 500 milímetros, que en algunos años permite no tener que regar, algo impensable en cualquier otro lugar de Mendoza con viñedos. A esto se suman suelos de diferentes perfiles, con distintos niveles de carbonato de calcio.
¿Qué vinos probar?
Salentein Single Vineyard Viñedo Los Nogales San Pablo Sauvignon Blanc 2017 ($800)
Jorge Cabezas, enólogo de Salentein, explicó durante la presentación por Zoom que "la zona le da al Sauvignon Blanc un carácter diferente, más herbal". Detalló además como punto sobresaliente todo el trabajo que realizan con las borras, para garantizarse que tenga longitud y volumen. Y lo logran.
Podés explorar el viñedo de donde proviene este Sauvignon Blanc en Google Maps:
Qué nos propone este vino: nuestra nota de cata arranca así: tenés que probarlo. Si te gusta el Sauvignon Blanc como variedad, entonces tenés que conocer esta etiqueta, que efectivamente ofrece un perfil más herbáceo, con un dejo cítrico y un toque de tropicalismo, pero sin rastros de madurez. En boca es súper elegante, untuoso, con buen peso, largo. Conforme avanza, se luce con notas de pomelo rosado y más de esos toques herbáceos. La acidez está perfectamente integrada, con una energía natural que, si bien está presente, jamás te incomoda.
Salentein Single Vineyard Viñedo Las Secuoyas San Pablo Chardonnay 2017 ($1.250)
"La acidez natural que tiene sorprende", afirmó "Pepe" Galante sobre esta etiqueta. "Aquí prensamos en racimo entero y fermentamos en barricas, con levaduras indígenas. Lo hacemos tratando de respetar lo que el lugar nos está entregando. La planta te da todo lo que necesitás, nosotros tratamos de ser una guía de eso que pasa en la finca", agregó.
Podés explorar el viñedo de donde proviene este Chardonnay en Google Maps:
Qué nos propone este vino: cuando lo pruebes, te vas a encontrar con un comfort wine que se mueve entre el clasicismo de los blancos con madera y los blancos modernos. La clave está en su sana madurez y en el uso sensible de la barrica, que evita que sea un Chardonnay goloso. Además, cuando lo oxigenes, aparecerán matices más sutiles y austeros. En boca se muestra largo, con buen volumen y untuosidad. Pero la acidez lo va llevando hasta el final. Un ejemplar maduro, elegante, con un link en los clásicos grandes blancos y el pulso fresco que demanda parte del mercado hoy día.
Salentein Single Vineyard Viñedo Los Jabalíes San Pablo Pinot Noir 2016 ($1.400)
Cabezas destacó del Pinot Noir que "aquí logra una sanidad excelente. Logramos un vino con carácter y elegante". En cuanto a la elaboración, realizan cosecha manual, una parte la elaboran en cubas de roble, hacen pisoneos sutiles para evitar sobreextracción y, además, hacen maceraciones cortas. Trabajan también con levaduras nativas y evitan el agregado de sulfitos.
"Con esto logramos que el vino sea mucho más expresivo", sostuvo.
Podés explorar el viñedo de donde proviene este Pinot Noir en Google Maps:
Qué nos propone este vino: el resultado es un Pinot Noir con una fruta roja brillante que no llega a ser explosiva, mientras que tiene ese trasfondo terroso tan característico de la variedad. En boca es, ante todo, redondo y balanceado. Suena a cliché, pero es súper aterciopelado, con una delicada textura y taninos amables y maduros que lo harán muy bebible. Hay frescura pero no hay urgencia.
Salentein Single Vineyard Viñedo La Pampa 1997 San Pablo Malbec 2017 ($1.900)
"En 2010 lo que hicimos fue crear un departamento de investigación y desarrollo. Y este Malbec fue como el banco de pruebas de muchos experimentos. Teníamos tres vinos que a ciegas siempre sobresalían. Y uno de ellos era este Malbec. La propuesta fue embotellarlo y lanzarlo al mercado como una expresión del lugar. Me gusta de este vino el aroma a fruta bien típico, la textura y la jugosidad", detalló Galante.
Podés explorar el viñedo de donde proviene este Malbec en Google Maps:
Qué nos propone este vino: en un mundo ideal e imaginario, sería el vino de todos los días. Perfecto para acompañar desde pizzas hasta una tabla de quesos franceses. También sería perfecto antes del almuerzo o de la cena, como aperitivo. Y para cerrar una comida. Básicamente porque es muy rico y muy bebible. Hablamos de su nariz perfumada, de su sanísima madurez, de su fruta roja en alta definición, sobre un fondo herbáceo y una madera que apenas sí tiene protagonismo. Un Malbec de excelente volumen, redondo, súper jugoso, con más de esa fruta roja y la madera haciéndose notar en su medio de boca. La textura es delicada y el final, refrescante, invita a pedir otra copa.
Salentein Single Vineyard Viñedo Los Jabalíes San Pablo Malbec 2017 ($2.300)
Durante la charla por Zoom, Cabezas habló de este Malbec como un ejemplar "exótico". Su planteo es que, cuando se va subiendo en altura y el viñedo se esfuerza en sobrevivir, "ahí es donde aparecen aromas no tan clásicos".
Podés explorar el viñedo de donde proviene este Malbec en Google Maps:
Qué nos propone este vino: si el anterior era el vino para todos los días, este Malbec se pone un poco más noctámbulo. Hay aromas de fruta un poco más negra, más especias, alguna pincelada herbal. Hay varias capas sin costuras, que lo llevan a una profundidad diferente. En boca tiene un pulso fresco, dejando una sensación ligeramente herbal. Su textura, de la mano de sus taninos de grano fino, es realmente agradable. Un Malbec que habla de esa zona tan particular y que captura mucho de esa mística.