ESTRATEGIAS

Para ser rico hay que gastar... ¿verdadero o falso?

La riqueza tiene sus secretos y no basta con alcanzarla. Una vez que los millones están en el banco, ¿qué hay que hacer con esos billetes? Te lo contamos
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 10 de Junio, 2020

¿Quién no soñó, alguna vez, con ser rico?

La riqueza, ese conjunto de cosas que se poseen, especialmente dinero, bienes o cosas valiosas, es algo que la mayoría de las personas sueñan con tener, pero una vez alcanzada, si es que se logra, también hay que saber qué hacer con ese dinero.

Para el especialista Agustín Grau, antes que nada, es importante definir qué es la riqueza y cómo conseguirla. Para ello, hay 8 claves mágicas que enseñarán, al mismo tiempo, qué hacer con ese dinero.

"Son claves que quizá nunca habías considerado porque solemos estar enfocados en otras cosas", explica.

Según la creencia popular, la riqueza es ser rico, es decir. tener mucho dinero. Pero, ¿de qué vale tener mucho dinero si todo debes emplearlo en pagar deudas? ¿De qué te sirve si para conseguirlo tienes que trabajar de forma activa y continuada? Eso no puede ser riqueza porque no conlleva libertad financiera ni libertad personal.

También está quien cree que para ser rico hay que hacer muchas cosas, tener muchas ocupaciones. Pero una vez más, no tiene más quién más hace, sino quien mejor hace.

Tener mucho dinero, el sueño de la mayoría, para alcanzar la riqueza.

Las claves de la productividad sirven para algo, entre otras cosas para no perder el tiempo y centrarse en lo importante. Además, una sola cosa que funcione bien replicada hasta el infinito, suele ser más rentable que múltiples pequeñas cosas que reporten múltiples pequeños ingresos. Y cansa menos.

Otros (cada vez menos, claro) siguen pensando que coleccionar títulos, masters, grados, postgrados, semigrados… otorga más oportunidades en el sorteo de próximos ricos. Bueno, según Grau, esos tendrán que esperar.

También los hay que se enfocan casi en exclusiva en la nueva moda: los idiomas, para ser los más políglotas del mercado y llamar la atención de las grandes multinacionales, esas que pagan mucho.

"Sí, saber inglés es importante, pero tampoco hace falta que un niño desde los 3 hasta los 17 años esté internado en un colegio británico para aprender el idioma mejor que los nativos. Después sabemos mucho inglés, sí, pero ¿qué hay de «lo otro»? Puede ser que no tengamos creatividad ni inventiva alguna, o no sepamos gestionar los conflictos, o no tengamos la serenidad suficiente para utilizar todo el poder de la mente, o no podamos resolver las cosas por nosotros mismos, o nos creemos dependencias, esperando que alguien nos busque para ofrecernos algo sin saber tomar la iniciativa", explica Grau.

Factores clave de la riqueza

Para saber entonces cuáles son los factores claves de la riqueza hay que pensar un poco más allá. Las cosas a tener en cuenta son las siguientes:

  • Para ser rico hay que gastar, ingresar también, pero igualmente gastar. La abundancia es un concepto que se gestiona en el subconsciente, y este cuando habla de riqueza lo hace tanto en su forma pasiva como activa: abundancia y riqueza lo son tanto a la hora de gastar como a la hora de ingresar; ambas son manifestaciones de prosperidad y representan lo mismo, el inconsciente no las distingue. Si sos de los que miran con recelo lo que sale de su bolsillo, o tan solo querés ingresar para invertir más y más, o en general sos más de recibir que de dar, entonces cumplís solo una fase del ciclo y la energía no circula correctamente. Tu inconsciente, por tanto, no recibe el mensaje/orden correcta. La perfección no importa, la impecabilidad sí.
  • No importa hacer las cosas a la perfección, porque la perfección no existe. Siempre podés ganar más, emplear menos tiempo, hacerlo mejor, ahorrar más costos, etc. Nunca acabas. Lo que importa es la impecabilidad: dar lo mejor de uno en cada momento. Hacer las cosas lo mejor que puedas, entregarte por completo con tu mejor actitud y propósito y honrar lo que hacés como la mejor expresión.
  • Sentite orgulloso de tu trabajo y agradecé la perfección imperfecta que representa para ti ese momento respecto a los anteriores. El universo, entonces, también te honra y te colma de lo que mereces en correspondencia a tu actitud. Atención con las programaciones mentales Creemos que elegimos, pero somos los que menos nos enteramos de todo. Alguien decía que cuando creés elegir estás asintiendo silenciosamente a lo que el destino te tiene reservado. Cuando creés elegir estás respondiendo automáticamente y como acto reflejo a la programación mental acumulada por décadas de historia familiar, siglos de memoria celular de la humanidad, circunstancias educativas de tu vida actual, entornos de cada uno con los que tendemos a mimetizarnos…
  • ¿Sos vos el que elige? Sos el resultado de todo lo que desde tiempos inmemoriales golpea sobre vos, te abduce y te arrastra hacia sí impidiéndote un grado de conciencia mínimo como para elegir sobriamente. Por eso, ¡atención a los programas mentales! Apagá el termostato. Tenemos una mente adaptada a vivir y desenvolverse en un cierto nivel de riqueza y, pase lo que pase a lo largo de los días, tiende a recolocarse automáticamente en ese nivel. Podés tener un nivel de cientos de dólares al mes (ganás más o menos unos cientos de dólares y los gastás), o de miles de dólares, o de decenas de miles de dólares… Sea cual sea tu nivel, ganás y gastás de manera que te colocás en el mismo nivel y resulta casi imposible subir del mismo, porque aunque un mes tengas un extra de dinero te surge un impedimento inesperado y lo gastás.

Para subir la temperatura del termostato es buena estrategia el primer punto anteriormente citado, gastar, porque de esa manera demostrás al subconsciente que podés jugar en otra liga y él, a la vista de eso, crea las situaciones que permiten ingresar para gastar y jugar en ese otro nivel. Lo importante es el poder personal Y sí, es muy importante el marketing, los planes de acción, las estrategias, los estudios de mercado, los costos.

El lujo, lo que todos quieren alcanzar con la riqueza.

Todo eso es muy importante, pero el poder personal te otorga en un instante más que todo eso. El poder personal es lo que determina lo que recibís. Si es elevado, estás en el lugar y el momento adecuado donde se produce lo que se tiene que producir para que resultes beneciado.

El poder personal coloca a la persona ahí donde puede experimentar los beneficios. Estás en el lugar y hora correctos. El poder personal ni es gratis ni se compra. Se crea y se acumula, y a fuerza de ir trabajándolo y teniendo cada vez más te coloca en mejor situación.

El poder personal exige las siguientes premisas:

  • Estado emocional equilibrado.
  • Buen estado energético.
  • Nivel de conciencia limpia y plena.
  • Y la culminación de todo ello: hallarte en un estado impecable de ser.
  • Esto tiene relación con la impecabilidad de que hablábamos antes. Además, según Grau, no importa lo que hacés, sino lo que sos. Lo que importa es el crecimiento personal.

    Primicia para saber qué hacer con la riqueza

    En este contexto, Grau revela una primicia mundial.

    "La primera. Nunca hasta ahora he dicho esto. Bueno, quizá lo haya dicho pero no con estas palabras. Y es algo muy personal. Ahí va: mi vida tiene como único objetivo alcanzar un estado impecable de ser, porque eso me permite el conocimiento y la liberación en todos los sentidos. Se puede ser rico con tiempo", explica.

    Volviendo a la realidad, también es cierto que el dinero no es la única medida de riqueza. Puede serlo el tiempo. Al fin de cuentas, ¿sos rico si tenés dinero pero no tiempo en qué gastarlo? ¿Si no tenés, en general, tiempo en tu vida para nada?

    ¿Comprar o guardar? El dilema de los ricos.

    Esto tiene otra variante: No es más rico quien más tiene sino quien menos necesita. Si tenés mucho menos que otros, pero no necesitás gastar tanto, quizá sos más rico que ellos. Hay personas que son muy ricas con unos cientos de dólares al mes, por ejemplo: viven en países de nivel de vida bajo, no tienen préstamos, carecen de coche, no tienen vivienda que pagar, les da igual la ropa que usen… Son ricos… Tienen más de lo que necesitan y les sobra. El dinero es importante… mientras no lo tenés.

    Lo que explica Grau, es que el dinero es importante hasta un punto, concretamente hasta el punto en que ya no lo necesites. Cuando podés pagar tus gastos y te sobra para ahorrar y caprichos, ¿qué importancia tiene el dinero, para qué querés ser rico?

    Por eso el dinero tiene su importancia mientras no lo tenés. Cuando ya no te hace falta, necesitás algo más, requerís de un aliciente mayor para hacer las cosas (pasión, altruismo…).

    Segunda primicia mundial sobre la riqueza

    "Cuanto más tengo más me doy cuenta de que menos necesito. No necesito hacer más dinero y no necesito más fuentes de ingresos. Necesito continuar el recorrido en mi búsqueda personal: alcanzar un estado impecable de ser que me lleve al conocimiento y la liberación. El conocimiento también es riqueza y la liberación es la culminación de todo conocimiento. Pero, volviendo a la realidad ordinaria, lo que es necesitar cosas necesito muy pocas", dice Grau.

    "Me da igual la ropa, me dan igual los coches . El conocimiento también es riqueza y la liberación es la culminación de todo conocimiento", asegura.

    El primer nivel de creación es el pensamiento. Acto seguido sentimos y experimentamos emociones de acuerdo a lo que pensamos. Acto seguido tomamos la decisión de actuar en consecuencia. Y continuamos expresando a través del lenguaje todo lo anterior, haciendo nexo de unión de esta forma del mundo interior con el mundo exterior. El lenguaje, en ese nivel, crea realidad. Y sentencia. Y determina. Hay que llevar cuidado.

    Por eso un poderosísimo ejercicio que se puede hacer es vigilar el lenguaje que se utiliza hasta el punto de convertirse en policía detective de las palabras que se piensa emitir. 

    Se trata de no emitir quejas, críticas o lamentos. No utilizar expresiones en negativo (no quiero esto, no me gusta esto, no voy a hacer esto…). Su opuesto: utilizar expresiones en positivo (quiero esto, esta es mi decisión, me gusta esto…).

    Relacionado con lo anterior: practicar la amabilidad y el agradecimiento, porque elevan el nivel vibratorio de las situaciones y provocan sutiles cambios en las personas. La utilización correcta del lenguaje es super importante si además tenés hijos, porque estás creando y contribuyendo (de manera inconsciente) a las creencias que tengas en el futuro, y estas pueden ser muy limitantes sin quererlo. Por eso, el lenguaje crea la realidad.

    "También hay expresiones que son importantes para evitar con los niños: no queda de esto, hace falta más, se ha agotado, no podemos pagarlo, lleva cuidado de que no se acabe, es demasiado caro, papá no tiene dinero, espera a fin de mes… Y ya, por supuesto, las suburbiales: cuando seas mayor te lo compras o con tu dinero haces lo que quieras. Todo lo anterior transmite carencia y estás creando un sentimiento de carencia, que es lo opuesto a la abundancia".

    Estás lanzando el mensaje de que no se puede o no hay.

    "Intento que mi lenguaje transmita la idea de que hay abundancia de todo y no falta de nada (cosa cierta), sabiendo que sin embargo no todo hace falta ni hay porqué tenerlo, pero que en caso de que se quiera es posible y simplemente hay que hacer las cosas necesarias (generar los ingresos necesarios) para disponer y disfrutar de ello. Esto, claro está, no se lo explicas así a un niño, pero la idea es esa. No olvides que eres responsable de la vida que has traído al mundo, y tus hijos te han elegido a ti para que les instruyas en el camino, así que, por favor, pon de tu parte, intenta hacerlo lo mejor que puedas. Ya sabes que no es imprescindible la perfección, tan solo intenta dar lo mejor de ti. Impecabilidad", finaliza Grau.

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