iProfesionaliProfesional

"Bipolaridad" por el dólar: calma en el Gobierno, nerviosismo en el mercado, ¿quién tiene razón?

A nivel oficial hay confianza por el ingreso de dólares y la refinanciación que logró el Tesoro. Pero el mercado ve un riesgo explosivo en la "maquinita"
23/07/2021 - 11:00hs
"Bipolaridad" por el dólar: calma en el Gobierno, nerviosismo en el mercado, ¿quién tiene razón?

Pese a todo, son días de relativo alivio en el equipo económico del Gobierno: todavía no terminó julio y el Banco Central ya superó los u$s1.000 millones de compras, y lo mejor es que, "gracias" a las nuevas restricciones cambiarias, la mayor parte de esos billetes irán directamente a engrosar las reservas, sin necesidad de ser sacrificadas en la venta del "contado con liqui".

No es poco decir, si se tiene en cuenta que en junio se había producido un bajón en el nivel de compras -u$s727 millones en el mes- y la demanda que le generaba la triangulación de bonos era más del doble que la que tiene en estos días.

El festejo corre por cuenta de la "supersoja", que resultó fundamental para un triple objetivo: reforzar las reservas -su volumen neto ya está en torno a los u$s8.000-, dejar un superávit de balanza comercial de u$s6.740 millones en el primer semestre y equilibrar la situación fiscal cuyo rojo primario es de apenas 0,5% del PBI.

Hay otro alivio vinculado a la obtención de fondos para costear el gasto público. Con la cautela que lo caracteriza, el ministro Martín Guzmán salió al mercado a obtener financiación anticipada, para evitar que la acumulación de vencimientos por $1 billón le provocara cimbronazos justo en el momento más caliente de la campaña electoral.

Así, logró descomprimir la situación del Tesoro, al captar $119.000 millones en su última licitación, con lo cual logró un "rollover" de 113% en lo que va del mes. Además, logró un canje parcial para el vencimiento de un bono por u$s530 millones.

"Con este, se despejaron el 40% de los vencimientos de agosto, permitiéndole alivianar las necesidades financieras de uno de los meses más cargados del año", observó un informe de Ecolatina, la consultora dirigida por Matías Rajnerman.

Hasta ahora, Guzmán obtuvo crédito por $400.000 millones. Es decir, un alto nivel de "financiamiento neto", según la terminología de Guzmán, pero que en la guerra retórica, la oposición califica como mayor nivel de deuda.

Lo cierto es que con esa masa de pesos obtenida en el mercado, el ministro viene sobrecumpliendo su promesa de financiarse con un 60% de emisión y un 40% de deuda. Hoy esa relación está "fifty-fifty".

El objetivo de todas estas medidas preventivas es claro: transmitir una sensación de solidez ante la mayor exigencia que tendrá el segundo semestre, en el cual no sólo se espera una fuerte expansión del gasto público sino que además habrá que hacer frente a pagos con los organismos internacionales por u$s4.700 millones hasta fin de año y por u$s5.000 en el arranque del 2022.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, logró un alivio en la carga de vencimientos de deuda del Tesoro
El ministro de Economía, Martín Guzmán, logró un alivio en la carga de vencimientos de deuda del Tesoro

Mercado intranquilo por el dólar y el efecto "maquinita"

Sin embargo, esa relativa calma está empañada por un dato al que en el mercado se presta cada vez más atención: aun a pesar del crédito que consigue en el mercado, Guzmán tiene cada vez mayores dificultades para hacer frente al gasto público y se ve obligado a recurrir a la asistencia del Banco Central.

Sí, otra vez "la maquinita" está funcionando a full, al punto que con el último envío de $50.000 millones ya acumula $130.000 millones en el mes, después de la asistencia por $90.000 millones que había realizado en junio.

En lo que va del año, el Central financió al Tesoro en $460.000 millones. Y los expertos se preocupan porque, además de esa asistencia, hay otros factores por los cuales aumenta la cantidad de dinero circulante. Por ejemplo, a través de los pagos de intereses de las Leliq, que se estiman en $100.000 millones mensuales.

El tema está ganando protagonismo en el debate público: Martín Tetaz, economista y ahora candidato a diputado por la oposición, ya avisó que si resulta electo presentará en el Congreso una ley para reformar la carta orgánica del BCRA e impedir que se financie con "la maquinita".

Por su parte, Guido Sandleris, que presidió el Central durante la gestión macrista, advierte que los últimos números fiscales no deben ser motivo de festejo sino de preocupación. Afirma que el déficit de 0,4% del PBI registrado en junio equivale al déficit de todo el año 2019.

Agrega que si no fuera por el impuesto a la riqueza, el déficit primario de junio sería 0,6% del PBI, el segundo más alto en una década, sólo superado por 2020.

"Si el gobierno sigue aumentando el gasto de cara a las elecciones, el déficit fiscal en el año va a estar entre 3,5% y 4% del PBI. Un déficit fiscal 10 veces más grande que el de 2019", advierte, y pronostica que esa mayor deuda se terminará traduciendo en emisión monetaria y más inflación.

Pero lo cierto es que la previsión de los expertos es que esa impresión de dinero se intensifique en los próximos meses. El motivo es claro: los factores que mejoraron el ingreso fiscal van a ir disminuyendo -básicamente las retenciones a la soja y el impuesto extraordinario a las grandes fortunas- mientras que el gasto va a ir en ascenso. De hecho, los motivos que habían jugado en favor de la austeridad fiscal resultan políticamente insostenibles, porque implican un retraso de salarios estatales y jubilaciones.

¿Cuánto puede agravarse la situación? Por lo pronto, la mayoría de las consultoras privadas creen que el déficit llegará a un 4% del PBI, empujado por subas en las jubilaciones, mayores gastos por subsidio energético, más planes sociales y una reactivación de la obra pública.

Entre los economistas cercanos al Gobierno se estima que, para conseguir el objetivo de estimular al consumo y la producción, se necesitará inyectar dinero por el equivalente a un punto del PBI. Hablando en plata, otros $400.000 millones.

Y, como hace tiempo advirtió Emmanuel Álvarez Agis -uno de los siempre candidatos a "ministeriables" del Gobierno- sólo se puede conseguir ese objetivo si, en simultáneo se fortalecen las reservas del Banco Central. Hasta ahora, le están haciendo caso en cuidar los dólares, aunque el método no sea el que más complazca al mercado. De hecho, lo que había sugerido Álvarez Agis era agilizar un acuerdo con el FMI.

Dólar y el efecto búmeran de los pesos

La gran contradicción para el plan del Gobierno es que por más que intenta "lubricar" la economía con más pesos, en vez de producirse un mayor consumo, se genera más inflación.

"En julio y agosto se empieza a dar vuelta el aumento estacional en la demanda de pesos que ocurrió en junio. Y tenemos menor liquidación de dólares, más presión cambiaria y se suma esta emisión monetaria del Banco Central para financiar parte de la caja, con lo cual hay que monitorear de cerca cómo eso va decantando", advirtió en una videoconferencia Federico Furiase, de la consultora Anker.

Su colega Fausto Spotorno, del estudio Ferreres, lo plantea así: "El gobierno tiene un problema fundamental. Quiere ponerle plata en el bolsillo a la gente, pero no quiere que la use. Porque compra carne y sube el precio de la carne, entonces traban la exportación. Si compran electrodomésticos, suben los precios de electrodomésticos y entonces limitan la importación. Y si quieren comprar dólares traban con más regulaciones".

Para empeorar las cosas, esa disminución en la demanda de dinero se produce cuando el Gobierno todavía no logró que la inflación pudiera "licuar" la gran emisión monetaria del año pasado. Jorge Colina del instituto Idesa, estima que hay todavía $1,2 billón en exceso, ya que el total de pesos en poder de la gente subió un 126% desde que asumió Alberto Fernández mientras la inflación acumulada fue del 71%.

Y mientras la "maquinita" acelera su marcha, va perdiendo capacidad la aspiradora del Banco Central: según Colina, la capacidad de absorber la emisión monetaria está menguada por el alto volumen de Leliq que ya tiene el Central, así como por los vencimientos de deuda del Tesoro.

El Banco Central aceleró la asistencia monetaria al Tesoro pero tiene más dificultades para absorber los pesos excedentes
El Banco Central aceleró la asistencia monetaria al Tesoro pero tiene más dificultades para absorber los pesos excedentes

La conclusión del analista de Idesa es que "no hay mucho espacio para tener un déficit alto". Con más pesos en el mercado y menos dólares en el Central -u$s2.400 millones menos que en diciembre de 2019-, una emisión masiva de dinero podría incentivar la corrida hacia el dólar, avisa.

En tanto, en el mercado se toma nota de que la base monetaria marcó un récord de $3 billones. Si se considera que hoy los recursos genuinos sólo financian el 70% del gasto, nadie muestra mucha sorpresa por la tensión cambiaria.

El dólar blue a $185 -y en $188 en algunas plazas del interior del país- parece darle la razón a los más pesimistas.

Y hay más señales de expectativa devaluatoria. Por ejemplo, en el mercado de futuros. "La suba de las variantes alternativas del dólar contado con liquidación se terminó trasladando al mercado de dólar futuro de Rofex, que desde que se impusieron las nuevas normativas tuvo subas en las implícitas de 550 puntos básicos en promedio", señala un informe de la firma bursátil Cohen. Y agrega que si se toman sólo los contratos postelectorales, el aumento pasa a ser de 700 puntos básicos.

Otra reacción que apunta la mismo lugar es la compra de bonos dólar linked -los que indexan con el tipo de cambio oficial-, cuya demanda creció en los últimos días.

Al revés de lo que ocurriría en una situación normal, son más altos los rendimientos de los bonos que vencen este año que los que vencen en 2022. Y eso se explica porque en el mercado saben que no habrá devaluación antes de las elecciones pero que difícilmente se pueda evitar una devaluación en el año próximo.